Connect with us

Opinión

La proximidad del vacío

Published

on

El prolongado discurso de la señora Jefa de Estado, Cristina Fernández, nos puso frente a dos cuadros de situaciones que ya son totalmente habituales en el ambiente kirchnerista. Por Mario Delgado.

Por un lado, la decisión bien subrayada desde Casa Rosada, de que todo aquél que disienta con los preceptos del “modelo” implementado allá por el año 2003, es en esencia un enemigo acérrimo al que habrá que combatir con los argumentos que estén al alcance. Y en otro ángulo, en concordancia desde luego, la creciente presunción de que por fuera de Ella, no hay más nada; sólo el vacío cósmico. Esto se debería a lo bendecido que ha sido el país con la irrupción “K”, según la versión presidencial.

Ese ejercicio continuo y constante de difamar a troche y moche, hoy le ha tocado a un sector de la Justicia que, naturalmente no suscribe con ciertas políticas oficialistas y se ha atrevido a ir dando pasos por disímil senda.

Para el Gobierno Central hay una línea judicial provechosa y digna de elogios diversos: la denominada o, mejor expresado mis amigos, la auto titulada “Justicia Legítima”, una obra de la señora Procuradora Gils Carbó en aras de congraciarse con el Poder Ejecutivo Nacional.

Entonces, con el Presidente de la Corte Suprema presente en el recinto deliberativo, la ex senadora utilizó su catapulta para arrojar piedras contra los jueces y fiscales promotores de la Marcha del 18F y, de paso, ató cabos y puso su sello distintivo para el ambiente tribunalicio que no brinda junto con sus pares de la “JL”.

La otra cuestión es el tránsito que la mandataria hace por los carriles de su gestión – resaltando cada logro, o presunto logro, y anticipando algo de lo que vendrá, como, mis amigos, la estatización que propondrá en el Congreso justamente, de los trenes, tanto de carga como también de pasajeros – es un tramo ancho, largo, excesivo si se quiere y carente de cualquier mínima autocrítica.

Puntualizar, enrostrar cifras, vapulear a bloques y diputados de la “opo”, burlarse con sorna e ironía, fueron condimentos salientes de su alocución. Pero, insistimos, sin inmutarse ante ningún error; por el contrario aprovechó las condiciones para agredir sin pudores a un fiscal de Estado muerto: Alberto Nisman.

Actitud increíble en una estatista de fuste, cual es la Presidente argentina. Mas así fue. Si alguien aguardaba inocente, un gesto de reconciliación entre hermanos, un pequeño aunque fuese llamado al diálogo con los legisladores y los presidenciables, armando una agenda de tres o cuatro ítems para encarar una transición mesurada, acorde a los aciagos tiempos nuestros, se quedó con las ganas en la gatera.

Si esa misma persona u otra, quisieron ver un cambio de estilo o un abrazo fraterno que desdibujara el rencor y la idea falsa de que todo el que no piensa igual, es un sátrapa, se fue a casa con las esperanzas desechas.

El último mensaje ante los representantes del pueblo, no satisfizo las expectativas de miles y por qué no de millones de compatriotas. Sólo el círculo de adeptos, que por supuesto merecen respeto, se sintió con el pecho henchido.

Por Mario Delgado.-

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho