Opinión
Opinión: ¿Célula de la sociedad?
¿Qué mejor que el calor afectivo familiar? ¿Era posible, acaso, introducir un estado más paradisíaco que el del entorno parental?
Se nos dijo en un momento, lo recordarán ustedes, amigos lectores, con letras en rojo y bien potentes: “La familia es la célula de la sociedad”. Y fuimos creciendo con tal concepción de la vida, con ese valor intrínseco, grabado a fuego.
¿Qué mejor que el calor afectivo familiar? ¿Era posible, acaso, introducir un estado más paradisíaco que el del entorno parental?
¡Pero si ni en las más horripilantes pesadillas pudimos idear o concebir monstruos tan deplorables como los que vamos advirtiendo ahora!
Y nos vamos despertando de pronto y muy de golpe, a una variedad de casos de abusos sexuales, ocurridos amigos míos, dentro de hogares nuestros, acá nomás cerquita en tiempo y espacio.
Estos sucesos son puestos ahora sobre el tablero de la visualización total. Quien no desee ver, quien observe hacia otro sitio, podrá ser el único que no reconozca el altisonante momento actual.
Todas las horas previas a la marcha de este viernes 10, contaron con decenas de entrevistas y actividades de las hoy mujeres que, por muchos y traumáticos años, fueron abusadas por sus PROPIOS PADRES, siendo niñas o adolescentes.
Micaela Álvarez, Romina Cisneros o Balaguer, Liliana Cuenca, Luz, Yanet Moya y Nadia Vega, son algunos de los nombres que se captaron en las imágenes y en los audios, y en los renglones de las notas por estos impactantes días.
El estremecedor video expuesto por Romina, donde su progenitor, entre bocado y bocado, rubrica su maldad, desentendido de consecuencias, circuló por todo el mundo y atrajo, en cada ángulo geográfico, idéntica sensación de repudio y asco, para con este individuo llamado Antonio Cisneros.
El cónclave nocturno, como se informa en nota aparte en este mismo portal, aglutinó buena cantidad de personas y sirvió, a su vez, para deletrear sobre el centro ciudadano, una pila enfermiza de otros hechos puntuales más, los cuales siguen teniendo a olavarrienses depravados, como protagonistas nefastos de abusos sexuales y violaciones a hijos o nietos inclusive.
Claro que la antorcha se ha encendido con combustible de calidad. Lo que significa que no podrán extinguir su llama y su luminosidad, así nomás. Ya la carrera hacia la búsqueda de una JUSTICIA que ponga las cosas en su casillero, no tendrá retorno.
La movilización de ayer, puede también convertirse en disparador de una necesaria y, hasta estas instancias cruciales, velada condena social a los malparidos.
“Que hablen”, solicitó Romina Cisneros a la multitud reunida, mientras los ojos de ella y sus compañeras de cruzada, se teñían de lágrimas. Es lo más importante, no dejar escurrir este promisorio minuto y salir del closet, para contar, para acusar, para denunciar y comenzar un novel sendero.
El desgarro interno, no cesará jamás. Mas sacarlo del oscurantismo, sí posibilita una sanación espiritual y un alivio conmovedor. Reacciones que sólo han de experimentar las víctimas en su fuero íntimo.
Por Mario Delgado
Foto: Dante Lartirigoyen

