Opinión
Pasillos políticos
- ALLÍ.- La vehemencia de la señora Cristina Fernández ha ido quedando atrás, cubriéndose de a poco, de nostalgia y de hondas preocupaciones cada vez más impactantes, para ella misma y para la sociedad también.
La presunción de los “Ancianos Sabios” de que, una vez retirada de la Casa Rosada, se le vendría irremediable, la noche obscura y tétrica, se irá cumpliendo y ampliando inclusive, con el natural correr de las agujas del reloj del tiempo.
Dejar el sillón de Rivadavia fue su desazón. Nunca se recuperará la ex senadora y ex presidente, de tal circunstancia desagradable. Y desgraciada (para ella, claro). Porque ahora el látigo de la ley y la justicia, se bambolea frenético frente a la mujer que ostentó tanto poder para propios y extraños.
Sus ex socios Báez y López, están a punto de ingresar a un precipicio muy desalentador y sin escapes posibles. Se comenta además, con asideros tangibles, sobre la factibilidad de una prisión fría en el futuro de la líder del “cristinismo”. No es broma, amigos, semejante panorama en ciernes.
La estela de corrupción e impunidad con que se movió la ex Primera Dama y su séquito reducido, escandaliza. O, peor, aún, enerva. En un intento desesperado por protegerla de los lobos, el señor juez Casanello ha clamado a quien desee oír, la inocencia de la ex mujer de Néstor Kirchner. Desequilibrante osadía de un magistrado que se presume imparcial.
Y los boqueteros de la paz, braman sus odios y resentimientos, prometiendo cortes de calles y palos en las ruedas del nuevo gobierno, si “Cristina Conducción”, llega a ser apenas tocada por el grillete de la honestidad judicial.
En ese plus de total aislamiento en el cual la ex Jefa de Estado, transita sus días sin laureles ni aplaudidores a sueldo, viene a mi mente una imagen patética que muestra al hombre que vino del sur, abalanzándose sobre una caja fuerte, hace lustros atrás.
- AQUÍ.- La maquinaria teóricamente muy bien aceitada del eseverrismo, ha sufrido un cortocircuito en las recientes jornadas, con una denuncia penal ya esbozada por el señor Intendente actual en mesa de entrada de la correspondiente fiscalía.
El título de lo expuesto da letra: “Presunción de comisión de delito de acción pública”. En términos prácticos, se trataría, a entender del Palacio San Martín, de una demostración de favorecer a un allegado al ex líder local.
Revisando numeritos se toparon con una variación de cifra bastante llamativa. Un proveedor, por contratación directa, facturó en 2014 $ 90 mil y en 2015, mutó a $ 2 millones.
La polvareda tiene sentido, luego de acusaciones de los ex oficialistas, que tildaron a los noveles administradores comunales de favorecer conductas “nepotistas”.
Tibiamente, una voz de defensa se alzó en la plaza pública. No obstante, los condimentos del devaneo, irán desglosando nuevas facetas, mientras la Justicia da su veredicto.
El andamio ya se instaló. El edificio se halla diagramado y en marcha. La construcción de poder por parte de Ezequiel Galli, ha comenzado su periplo. Y, en tal dirección, es pertinente aguardar futuras controversias de gran peso con sus antecesores.
El universo eseverrista, a su turno, copa la cancha con diversos ítems, cuando la ocasión se lo facilita. Buscadores de oro, revisan debajo de cada piedra, por si las moscas…
Todavía queda lejos, la próxima parada electoral. Sin embargo, por lo bajo o en voz alta y de a poquito, irán sembrándose nombres y posibilidades, de cara al porvenir de un nucleamiento que tendrá insidencia, es lógico suponer, dentro de las filas del peronismo, aunque tal cosa le pese a los “peronistas puros”, desde luego.
¿Se abroquelará el eseverrismo a ultranza, en una venidera interna del PJ, exponiendo su candidato bendecido? No debiera resultar casual el aproximarse de varias figuras, con el estandarte de Perón y Evita.
Mientras un militante de José María, se pregunta, haciendo cálculos matemáticos, ¿sería capaz alguien de materializar un eseverrismo sin Eseverri?
Por Mario Delgado.-
Opinión
Lo bueno de tener prioridades
Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.
Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar.
Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego.
A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa.
Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera.
Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas.
Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido.
El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría.
Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad.
Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?
Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora.
Por Mario Delgado.-
Opinión
Te acostumbrás
Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera.
“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo.
La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos.
Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto.
Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros.
No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.
En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino.
Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes.
Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales.
Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre.
Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás.
Por Mario Delgado.-