En Dámaso Arce, 25 de Mayo 1.129, entre las 20:20 y las 21:55 horas de este lunes 29 de enero, se congregó el fomentismo con pronosticadas ausencias de instituciones que habitués eran en las reuniones del año pasado.
Todo venía desarrollándose con normalidad, salvo alguna pequeña vuelta de opinión ante un par de asuntos, pero nada fuera de lo común en la primera reunión del ciclo de la nueva Comisión Directiva de “Federación de Sociedades de Fomento y Juntas Vecinales”.
Precisamente se fijaron de arranque pautas de trabajo, determinadas por la creación de tres Comisiones internas: Prensa, a cargo de Renzo Toranza; Legal y Técnica con Sandra Gómez Menguillo; y Desarrollo Social en manos de Martín Roldán.
Se oyeron los planes de la faz de Prensa, donde se pondrá hincapié en la remozada página de Facebook federativa y también en interiorizar a los distintos medios de las actividades. En el área de Desarrollo Social se mencionó la urticante problemática de la violencia de género y se instó al fomentismo a involucrarse en tales cuestiones, siendo un nexo entre las personas que padezcan este drama y los organismos competentes.

Se fijó a su vez el anhelo de darle auge a diversas acciones en materia cultural, deportiva y cristalizar eventos barriales. Se tiró inclusive la perlita de una posible Fiesta Popular propiciada por el universo fomenteril local para el próximo verano.
Quedó por allí expresado el concepto de que “Federación debe intervenir en ítems sociales. El financiamiento es secundario”. Un par de interesantes intercambios de posturas al respecto y a otra cosa.

Entró en escena César Saavedra, de Villa Magdalena, con su realidad de haber quedado trunca su elección, antes del cierre de 2.017, hecho muy discutido por ese entonces, sin lugar a dudas. Pero anoche se optó por postergar el debate a fondo, sugiriendo Jorge Salías que “no pudimos ayudar a César por el actual reglamento que existe en nuestra entidad madre”.

Surgieron opuestas visiones entre el dueño de casa Ricardo Nasello y Gómez Menguillo, de cuál es el rol del Municipio en tales encrucijadas. Y se ahondó en el recurrente deseo de mutar de una vez el reglamento federativo, lo antes posible para que “no pasen estas cosas”.
Acto seguido se mencionaron aspectos del ámbito de Legal y Técnica, anticipando entre varios tópicos, un curso de capacitación venidero para dirigentes barriales.

La nave hasta ahí se había podido pilotar, más allá de divergencias particulares y no sostenidas en el tiempo nocturno. Pero la apoteosis se vislumbró: una treintena de fomentistas presentes, vieron entrar al salón a la señora Directora de Relaciones con la Comunidad, Laura Sequeira, y entonces todo se eclipsó de golpe y porrazo. Se hizo literalmente la tormenta y al unísono se disparó un potente misil: “Se le notificó al Municipio que no iban a ser invitados a esta primera reunión. Quedo convenido en un encuentro que tuvimos y Laura, vos lo sabías porque estabas ahí”, dijo áspero Martín Roldán. Sequeira intentó despegarse del clima tensísimo con un “sólo vine a saludar por pedido del Intendente” que no fue convincente para Roldán. A su lado, Jorge Salías respaldó tal actitud de su compañero de Comisión.

La grieta en el piso se abrió. La separación de aguas fue evidente y heló la sangre, ya que varios componentes incluso de la CD federativa, se fueron raudos y descontentos con el trato propinado a Laura. La ex Presidente “Petty” Mapis se enfureció: “¡JAMÁS VI ESTO EN 30 AÑOS DE FOMENTISMO!”, exclamó iracunda.
Otros colegas le hicieron coro en subir el tenor de las conjeturas. La reunión se partió al medio. Se generó un obligado cuarto intermedio para buscar redentores o culpables. Nasello procuró conciliar, bajando el cariz de los gestos. La intransigente directiva no se hizo esperar: “Nos tomó el pelo ella. Sabía bien que no tenía que venir”, repitieron desde la conducción.
Completamente inédito este momento. Vendrá un pormenorizado análisis en horas posteriores. Algunos esbozaban que “la independencia de criterios” frente a la Comuna no debía entregarse así nomás y otros subrayaban la falta de tacto o diplomacia exhibida al instante de enfrentarse a la prueba de fuego intempestiva.
Se volvió al recinto con bajas notables. El último argumento desgranado fue las habilitaciones municipales para las entidades con salones.

La noche del arranque tuvo su escaramuza de imprevista notoriedad. No se alcanzaron a tocar necesidades que viven a diario ciertos barrios: inseguridad creciente; falta de iluminación; y “tarifazos”, entre otros puntillosos ejes.

Por Mario Delgado.-