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El potro de la inseguridad

El hermano de Fernando Palahy, Pablo, dijo algunas sentidas palabras y luego se marchó en silencio por Rivadavia hasta General Paz, por ésta a Vicente López y por esta arteria hasta Dorrego, para regresar luego por Rivadavia hacia las escalinatas de la Municipalidad.

1.- El potro de la inseguridad galopa impertérrito por la planicie de los ciudadanos inocentes. Ojos saltones, enrojecidos, busca permanentemente a quien devorar. No sabe de códigos ni excepciones. Y como no ama su propia vida, no logra valorar ni por asomo, la de los demás.
Se alimenta a diario en distintos barrios y en la zona rural también. Desde un pequeño arrebato, hasta un sonado crimen; su idiosincrasia no conoce límites ni se aminora su marcha desbocada.
Los intentos para frenar tamaña locura, han sido variopintos y han otorgado momentos de presunta calma, pero los movimientos espasmódicos del mal, han continuado su gestión despiadada, haciendo sufrir a los receptores de los delitos, cada vez un tanto más.
Sin Dios ni Ley que lo abrigue y obligue a meditar un poco, el relincho del animal es iracundo en la tarde o en la noche. El delito no se guía por ningún uso horario.
Su misión es asolar, sembrar zozobra y acobardar a los seres de buena voluntad. Crea con su mano despótica, numerosas víctimas, a las cuales en un segundo fatal, les transmuta la existencia, haciéndolos colisionar de frente con la realidad más insoportable.
Nada es igual luego de ser sorprendido por un hecho crucial. De golpe, los padecimientos y los peregrinajes por las salas de la Justicia, se convierten entonces en moneda cotidiana.

2.- Para aclarar los puntos oscuros, para despejar el sendero, para reclamar ser oídos y atendidos por quien corresponda, es que, una oportunidad más, más de trescientas almas se congregaron en pleno centro de Olavarría, a las 21 horas de este sábado primero de octubre.
Como telón de fondo, el horrendo final de un comerciante que cayó en las garras del Destructor, un 30 de junio de este año. Pero acompañaron también otros familiares y amigos de otros olavarrienses que han sido tocados por la hoz del inmisericorde.
Hubo referentes políticos, de entidades intermedias, comerciantes y público en general que no quiso quedarse en la comodidad del hogar y apuntaló un pedido latente de Justicia con mayúsculas.
El hermano de Fernando Palahy, Pablo, dijo algunas sentidas palabras y luego se marchó en silencio por Rivadavia hasta General Paz, por ésta a Vicente López y por esta arteria hasta Dorrego, para regresar luego por Rivadavia hacia las escalinatas de la Municipalidad.
3.- En contacto con InfoOlavarría, el periodista deportivo se mostró conforme: “La gente ha respondido. Estoy contento con la convocatoria. Yo marcho por Fernando, pero deseo que sea esta movilización por Olavarría. Quiero que todos se vayan sumando por cuestiones anteriores y previendo inclusive lo que puede pasar, y así con estas marchas, podemos empezar a evitar cosas. Por ahí se le puede cambiar la cabeza a alguien. Los jueces en algún instante tendrán que aplicar el sentido común. En algún momento tenemos que cambiar como sociedad y bueno, yo voy a seguir marchando, aunque se haga justicia con mi hermano, voy a estar por otros casos también”.
“No podemos descreer de la Justicia. Sino estamos innecesariamente en este mundo. Con respecto a esta noche, no me sorprendió ninguna ausencia y les agradezco a quienes vinieron y a los que no pudieron venir, les agradezco si se suman en la próxima, porque haremos una marcha por mes”, concluyó Pablo Palahy.
A las 21:30 y con el Padre Nuestro, se dio por concluida la manifestación.

Por Mario Delgado.
Fotos: Miguel Ferreyra

 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho