Opinión
7.171 Votos en blanco
El eminente mensaje de los sufragios en blanco, es motivo recurrente de sendos análisis en los ámbitos políticos. Sobre todo si se observa con detenimiento exhaustivo, la enorme catarata de sobres emitidos sin boleta dentro.
Alusión categórica a los que gobiernan, a los que quieren ingresar y, por qué no también, al sistema democrático en general. Porque hemos de contemplar el panorama en su real y total dimensión, mis amigos. Hete aquí que en un domingo de perros, como el próximo pasado, con lluvia incesante adosada, que un nutrido grupo de personas, salga de la comodidad de su hogar para emitir el voto y actúe en consecuencia, votando absolutamente en blanco, no es un dato a ningunear.
Algo ansía transmitir tal actitud tan crucial. Puesto que la batería de opciones era amplia, ejerciendo un abanico de posibilidades para todos los gustos. Sin embargo, estos compatriotas desoyeron el llamado de las diferentes propuestas y prefirieron el vacío del celeste sobre electivo.
Y a las cifras nos remitimos, cual fuente incontrastable: casi un millón de votos en blanco a nivel país, o para ser aún más certeros, 877.611. A este cúmulo si nos les parece mal, le anexamos los nulos, que fueron 232.594.
O sea esta franja simbolizó algo así como el 5 % del electorado en el domingo 9. Trasladando este paneo al ambiente local, nos topamos con un porcentual también digno de enmarcar: 9,93 %. Dispuesto en cantidad de personas nos muestra que 7.171 sufragantes, eclipsaron cualquier lista en pos de su voluntad de no auspiciar a nadie.
Si volamos con la mente más allá de la hora de cierre de los comicios, veremos que esta porción podría incluso conseguir un concejal, en caso de haber sido esta una elección general y disponer de un hipotético edil, los votantes en blanco.
Puede ser un posicionamiento medio retorcido esto último aquí esbozado. Y lo admitimos. Mas permítannos exponer que la votación en tal sentido, no es de balde. Es una queja que busca su epicentro, su receptor.
Claro que con ese clamor, con ese grito en el desierto, inconscientemente, el elector, culmina sin proponérselo, apuntalando al oficialismo de turno. Porque el códice electoral argentino, se inscribe en ese rumbo.
Por Mario Delgado.-

