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Opinión

Ganar tiempo

Mientras no menos de cien cubiertas aguardaban el instante de ser encendidas, a la vera de la Avenida Eva Perón, el señor concejal Gerardo Ripoll, se reunía con un grupo de quienes forman parte de los Vecinos Autoconvocados del Villa Magdalena y del Villa Aurora. Por Mario Delgado.

Radiante el medio día de jueves, especial para la ronda de mates y la charla con precisiones. Actitud para aplaudir la de Gerardo, puesto que los ediles son veinte y solamente él pone la cara. Es de suponer que su misión tiene cierta anuencia del Palacio San Martín. No resulta descabellado enfocar su “gestión” hacia ese ángulo.

Empero es importante que haya desembarcado en el foco mismo de la tormenta. Repito en aras de ser reiterativo: nadie fue antes; ni oficialistas ni de la vereda de enfrente. Raro desde luego, mis amigos, en pleno auge electoral. Mas así las cosas.

Ripoll va consciente de lo que abarca su presencia. Va convencido de los pedidos que le vociferarán. Aunque también lleva consigo un bagaje conciliatorio: un maletín de proposiciones que se trasladan desde el “granseado” de las calles, hasta un espacio recreativo para los chicos del sector.

Obvio que el hombre, con esto último, sabe de qué habla. Como referente deportivo y dirigente del Club de la Avenida Pringles, deduce que llevarles por ejemplo fútbol a “los purretes”, significa distraerlos, ubicarlos en un lugar específico, darles contención. Proyectar esas jóvenes vidas a un futuro más promisorio.

Por tal motivo me parece que no es un ítem a despreciar el asunto del deporte en la barriada. Simboliza en sí un efecto cultural de avanzada y muy útil en cada punto cardinal del partido de Olavarría. Porque además el balompié puede instrumentarse cual eje de otras acciones posteriores, léase dictado de talleres de música, idioma extranjero u otras disciplinas acordes a la demandas del entorno.

Todos auguran tales ideas. Claro que sale a relucir el viejo apresto de las prioridades. Entonces queda marcado con resaltador que lo primero que anhelan los habitantes de por allí es el beneficio imponderable del asfalto.

La conversación es difícil. Hay que ubicarse en el sitio y contemplar los rostros adustos de la gente, a la cual los cánones a los que están acostumbrados, los taladran en la mente y el corazón con un grito unánime.

Defendiendo su plan a ultranza, Ripoll evade culpas y silencios de los demás. Y alza un estandarte impensado antes quizá: abrir la portezuela chirriante de una tregua hasta el lunes 10 de agosto. Caprichosa la fecha, mis amigos. Y nada casual.

Las miradas se cruzan. Las dudas remolinean como las llamas de las gomas prendidas horas atrás. “¿Será coherente sentarnos a esperar tantos días?”, medita alguien de los protestantes devenidos ahora en parlamentarios del resto.

Las garantías de rigor, brillan por su ausencia. Pero se nota un mínimo aunque sea, terreno ganado a la confrontación y al deseo de continuar cortando el tránsito sobre las vías de la calle San Martín. Puede escucharse un resoplido. Un atisbo de inquietud. Un murmullo de expectación. Las caras curtidas y dispuestas a luchar por sus derechos, se relajan.

La visita en solitario del concejal ha obrado frutos dulces. La bandera blanca se exhibe aunque sin mayores convencimientos. Pero es un oasis en el desierto. Ganar tiempo. Esa es la cuestión. Cerrar la boca del lobo en un contexto electivo.

Hete aquí que los díscolos vecinos, que no creen en los fomentistas del área, firman el pacto de no agresión y se enrolan en las filas de una nueva categoría: los esperanzados de que, por lo menos, les arreglen como corresponde, las arterias de ambos barrios. Y otras operatorias colaterales.

El tacto que faltó en el Municipio para evitar el drama, para disolverlo ni bien arrancar, lo puso sobre la mesa de diálogo Gerardo Ripoll. Habrá que estar atentos de aquí en más, a las venideras jornadas y sobre todo al 10 del octavo mes.

Por hoy se levantan las copas oficialistas, mis amigos del alma. Se ha triunfado sobre las huestes del tiempo.

Por Mario Delgado.-

 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho