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Opinión

Opinión: Números y acciones

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PLANO LOCAL: 1.- ESEVERRI.- Se miran las encuestas, se frotan las lámparas se ruega a los dioses pero las cifras parecen, mis amigos, no variar. Con mayor o menor oscilación, el péndulo se inclina para el ángulo del oficialismo vernáculo, de cara a las PASO del octavo mes. Por Mario Delgado.

En los dominios eseverrianos, esta expectativa se observa con lógico entusiasmo y se aprestan a transitar por una arena política electiva muy candente, sin dudas, pese insisto, a los guarismos previos que se sospechan favorables.

Aunque por estos días tormentosos y desapacibles, empezarán a llover no sólo lágrimas del cenit; también caerán piedras filosas, rellenas de críticas contra don José María. Se presume que él se hallaba muy ocupado, siguiéndole los destinos a su líder tigrense, cuando de pronto, como en el año anterior, decidió el doctor en leyes, darle un empujoncito al transporte público nuestro, aumentando por su cuenta y orden, sin consultar a los amigos ediles, 25 % el valor del boleto, con lo cual el pasaje cambia el rótulo, o sea para dar un solitario ejemplo: el que salía 5 pesos, ahora “duele” 6,25 pesos.

La “opo” obviamente, ya calcula dónde arrojará las andanadas con sus certeras catapultas. Pero hay más. Un poco más. Y en este caso el protagonismo lo llevan los barrios que aún no poseen la bendición del señor asfalto. Un señor muy reclamado, por cierto en los últimos tiempos.

Chapoteando barro y esquivando cráteres lunares, vecinos del Lourdes se aglutinan reclamando la única petición que no debiera descuidar ningún mandatario: anhelan ser oídos por el Ejecutivo. Y que, en lo posible, se les brinde una contestación acorde, no el ya consabido planteo de “solamente tenemos dos máquinas” para operar en las arterias sedientas de un arreglo preciso y duradero.

Claro que si el mal otoño continúa, se multiplicarán los conciudadanos ávidos de una calidad de vida un poquito superior. Y, tal actitud, mis lectores del alma, no es para nada conveniente en un ciclo electivo como éste.

Por eso será pertinente visualizar cómo procede Rivadavia 2801. Hasta hoy, la pilotea a la situación con sagacidad de atleta, aunque en determinadas circunstancias, con evidente falta de tacto por parte de algún funcionario que no revela ni un ápice de sensibilidad. La pregunta es, entonces: ¿Es prudente y beneficioso en estas lides, dejar llegar sangre al río?

PLANO LOCAL 2: INTERNA K.- Se abrazan contentos los adeptos de José Gervasio González Hueso al contemplar el tablero electrónico de la compulsa. El rectángulo esboza un numerito cadencioso y halagador: 43 % de intención de votantes en la lucha intestina. Y un agregado de lujo: si don César Valicenti desiste de ir por el sillón de Amparo Castro y se inscribe como precandidato a ser reelecto diputado, Gervasio trepa a un codicioso 54 %.

Estas parciales particularidades, recalientan la labor de los otros muchachos peronistas intervinientes: Guillermo Santellán y Gonzalo Bagú, quienes desplazan por los andariveles de nuestra comarca, distintas estrategias para captar futuros sufragantes.

PLANO NACIONAL: 1.- CONCEPTOS MASSISTAS.- El acto del 1° de mayo en Vélez dejó ciertos enunciados de Sergio Massa, dignos de compilar. Es que se palpitaba un ajuste de tuerca en su redil renovador, habida cuenta de la pronunciación de las encuestadoras que lo mantienen tercero. Ya hablaremos de eso al final de esta columna.

“Yo quiero argentinos propietarios y no inquilinos”, es una frase de slogan. Otra por el estilo: “Me da asco la corrupción”. Y para aquellos que no lo adscriben dentro de una diferenciación con el modelo en marcha, dijo: “Tenemos que darle a la Argentina la certeza y va a haber cambios”.

La fluctuación ha de ser dejada de lado abruptamente por los renovadores, en un cielo de polarizaciones cubierto por Scioli y Macri. “La solución no es volver para atrás”.

PLANO NACIONAL: 2.- UBICACIONES.- Antes del acuerdo De la sota – Massa y previo al “velezaso”, se leían estos porcentajes en cuanto a intención de votar por tal o cual oferente. Echemos pues, un vistazo: Scioli 36,4 %; Macri 30,3 %; Massa 22,1 %; Stolbizer 6,7 % y Altamira 4,5 %.

Preguntada la gente acerca de sus inquietudes para el venidero Gobierno, las ideas marcaron que un 36,9 % quiere que gire el timón; un 32,9 % preferiría una continuidad con retoques específicos y un 17,2 % se queda en el estándar vigente.

Por Mario Delgado.-

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

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Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

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Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

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“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho