La Región
Azul: el Concejal Colman se suma al Massismo
“Tenemos claro qué es lo que le podemos aportar a este frente de cara a lo que viene en Azul en 2015”. Lo aseguró ayer el concejal del CET al confirmar a este diario su pase a las filas del massismo y su incorporación al interbloque denominado MásAzul. Oficializará este acuerdo el viernes próximo en una conferencia que dará junto al diputado Facundo Moyano y con la presencia del intendente de Olavarría, José Eseverri. “Era un proceso que ya venía madurando, veníamos trabajando en algunas políticas y con muchas conversaciones, tratando de buscar puntos en común”, expresó además.
EL DATO:
Tanto Diego Colman como Alicia Zubiría que ahora forman parte del interbloque MásAzul ingresaron al Concejo Deliberante por la lista del Frente para la Victoria que llegó a José Inza a convertirse en intendente de Azul. Ocupaban el segundo y tercer lugar en la nómina que se presentó en las elecciones de 2011.
El concejal del unibloque del CET (Cultura, Educación y Trabajo) y referente en Azul de la Juventud Sindical, Diego Colman, habló con este diario y confirmó su pase al interbloque denominado MásAzul donde conviven los ediles Ramiro Ortíz, Pablo Yannibelli, Alicia Zubiría yUlises Urquiza.
Si bien ya venían trabajando en conjunto y era un decisión que se veía venir, Colman oficializará el pase al “massismo” en una conferencia de prensa que brindará el viernes con la presencia del líder máximo de la Juventud Sindical y diputado del CET, Facundo Moyano.
También estará presente en la conferencia donde se formalizará este acuerdo, el intendente José Eseverri, máximo exponente del Frente Renovador en la Séptima Sección Electoral.
Colman explicó que “era un proceso que ya venía madurando, veníamos trabajando en algunas políticas y con muchas conversaciones, tratando de buscar puntos en común”.
Si bien Moyano ya había dado algunas señales de acercamiento a Sergio Massa, “nosotros en Azul entendíamos que el proceso tenía que ir un poco más lento, más allá de algunas conversaciones que veníamos teniendo con la gente del Frente Renovador”.
Colman señaló asimismo que querían hacer este proceso en forma ordenada y por eso esperó para tomar la determinación lo que pasará en el nivel nacional y también el anuncio de alejamiento de Hugo Torrez del cargo que ocupaba en la Municipalidad.
El pasado 1 de noviembre Torrez, que es uno de los representantes de este espacio, renunció a la dirección de Tránsito.
En referencia a este alejamiento, el concejal manifestó que “le deseamos a esta gestión que tenga éxito, que pueda terminar de la mejor manera posible y ojala que el aporte que hayamos hecho nosotros a la gestión le haya servido. Por lo menos no tuvimos ningún inconveniente y no hubo ninguna situación de polémica”.
“Hugo se fue por la puerta de adelante y no como otros casos en los cuales funcionarios han renunciado con algún ruido”, apuntó.
Heterogeneidad de este frente
Consultado sobre lo que será la convivencia con el PRO, a través de la figura de Ramiro Ortíz, dado de vienen de espacios ideológicos opuestos, Colman dijo que “eso tiene que ver con el espíritu de este frente que es heterogéneo y puede albergar en una misma fuerza algunos posicionamientos más conservadores y algunos otros más progresistas”.
En tal sentido, resaltó que “nosotros le podemos dar un valor agregado a ese frente a partir del desarrollo y el trabajo territorial que tiene nuestro espacio y podemos construir a partir de los disensos”.
Ante la pregunta de si se imaginó alguna vez que compartiría un espacio con un dirigente político como Adrián Pérez, el concejal del CET advirtió que “está claro que venimos de ámbitos distintos, de ámbitos de militancia distintos, nosotros somos peronistas, venimos del sindicalismo de Hugo Moyano, y él viene con otro derrotero político. Eso no nos influye para nada, tenemos claro el contenido nuestro y qué es lo que nosotros le podemos aportar a este frente de cara a lo que viene en Azul en 2015”.
La Región
Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca
Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.
A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.
Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.
En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.
“Una descarga descomunal”
Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.
Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.
Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.
En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.
Perseguida
Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.
Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.
Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.
Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM
La Región
Un poco más solos
Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.
Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.
Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.
El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.
El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.
Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.
Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.
La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.