Connect with us

Las 5 de hoy!

5 trucos que no conocías del microondas

1. Cortar cebolla sin llorar
Dentro de las células de la cebolla existen algunos compuestos que contienen azufre. Al cortarla con un cuchillo las células se rompen y estos compuestos sufren una reacción química que los transforma en moléculas sulfuradas más volátiles.
Éstas, a su vez, reaccionan con la humedad de los ojos generando ácido sulfúrico y producen una sensación de quemazón.
Y ante esto, las terminaciones nerviosas detectan la irritación y el cerebro reacciona diciéndole a los conductos lacrimales de tus ojos que produzcan más agua, es decir lágrimas, para diluir el ácido y proteger así los ojos.
Sin embargo, este proceso se puede evitar introduciendo la cebolla con los extremos cortados en el microondas durante 30 segundos en la máxima potencia.
2. Esterilizar frascos
La forma posiblemente más conocida para esterilizar los frascos con los que hacer después conservas es hervirlos. Pero existe otra manera, más rápida y eficaz. E incluye, como no, el microondas.
El procedimiento no te llevará más de dos minutos.
Antes de introducirlos en el horno hay que quitar las tapas a los frascos y llenarlos de dos dedos de agua.
Después hay que esperar a que el agua hierva, lo que serán, aproximadamente, dos minutos.
3. Comprobar que una taza es apta para el microondas
No toda la vajilla lo es. Entre los materiales permeables a las microondas y por tanto aptos para cocinar en este tipo de hornos se encuentran el vidrio refractario tipo Pyrex, Arcoroc, Duralex, Arcopal, Pyroflam (siempre que no sean demasiado finos porque se romperían), la porcelana, la cerámica, la loza, la madera, el mimbre y el barro.
Este último, si está vitrificado puede llevar hierro y plomo en su composición por lo que no debe introducirse en los microondas comunes, que no aceptan herramientas metálicas.
Por esa misma razón, también la porcelana estampada o con filos dorados puede llevar metales. Antes de usarla en este tipo de hornos hay que comprobar siempre si es apta o no.
Una manera sencilla de saberlo es poniendo sobre el plato giratorio el recipiente a comprobar vacío y junto a éste un vaso de agua.
Programa después el horno para que caliente a máxima potencia durante un minuto.
Al cabo de ese tiempo, si el recipiente es apto para microondas, debe estar frío y el agua del vaso caliente. Si el recipiente está caliente, quiere decir que absorbe microondas y, por tanto, no es apto para ser usado en este tipo de hornos. Esta prueba no debe hacerse con el recipiente vacío y sin el vaso de agua a su lado. La razón es porque, si éste fuera permeable a las microondas del horno, el aparato se podría estropear al no tener ningún elemento que absorbiera las ondas de radio de alta frecuencia que está emitiendo.
4. Dejar el horno como nuevo
Una manera fácil de limpiar un microondas es introduciendo en él servilletas de papel de cocina. Humedécelos y pégalos en el interior del microondas, dejando la salida del aire libre.
Después debes poner en marcha el aparato. A los 5 minutos los papeles estarán secos, habrán absorbido toda la suciedad y el microondas estará impecable.
Aunque si el electrodoméstico está extremadamente sucio es probable que debas echar mano de este otro truco.
En ese caso puedes colocar sobre la bandeja un bol lleno de agua y rociar con vinagre el interior del horno.
Si lo pones en marcha y lo apagas en 5 minutos, podrás quitar la suciedad pasando un trapo sin frotar.
De forma similar, si deseas eliminar los olores del microondas sólo debes introducir un vaso con agua y medio limón y dejarlo en funcionamiento durante 2 o 3 minutos.
5. Aprovechar al máximo el limón
Si querés aprovechar hasta la última gota del ácido jugo, metélo durante 10-20 segundos con el microondas a su máxima potencia.
Esto ayudará a que se desprenda más fácilmente de la piel. Así, al exprimirlo obtendrás más jugo.
Y el truco sirve por igual para las naranjas.
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho