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Conflicto en la Escuela 6: Dirección monitoreada

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Entre las 17 y las 18:30 horas de ayer martes las puertas de la Escuela 6, emplazada en la intersección de las Avenidas Trabajadores y Alberdi, se abrieron para dar pie a una reunión muy urticante, sostenida por un grupo de padres de alumnos que concurren allí, y la presencia de las señoras Cecilia Bonavetti, Supervisora de Educación, Claudia Escudero Inspectora Jefe Distrital y el señor Juan Pablo Arouxet.

La motivación central del coloquio lo estableció, mis lectores amigos, un pedido formal ya hecho con anterioridad por los papás, el 27 de noviembre pasado para ser precisos, con un solo objetivo puntual: que la Directora del establecimiento en cuestión, Verónica Rodríguez, cese en forma inmediata en su función, habida cuenta de distintos inconvenientes suscitados en el anterior ciclo lectivo.

Los preocupados progenitores asistentes, escucharon la notificación oficial de que en realidad, no depende de Olavarría separar a la cuestionada persona, sino que es una decisión del Ministerio de Educación de la cuidad de las diagonales. Incluso una Junta Médica evalúa la situación de salud psico física de la docente que, sin ser Directora titular, ocupa ese sitial de preponderancia.

Los términos de la asamblea iban subiendo de tono y la búsqueda de consenso en cuanto a cómo actuar de aquí en más, se convirtió en un ítem de vital significado. Las componentes educativas explicaron que todo el personal de la 6, está al corriente y que ya nada será igual, puesto que la señora Verónica “está bajo monitoreo”.

Sin embargo, las explicaciones nunca fueron del todo convincentes. La seguridad de los chicos es la que correría riesgos, a entender de los padres. Escenas de tensión, malos tratos a alumnos, ninguneos y desautorización a ciertos maestros y otras críticas situaciones, se han desplegado cual negros mantos durante el año 2014. Saltó también un delicadísimo drama: una comunicación escrita allá en las postrimerías del citado año, señalando que no se podía hacer cargo la Escuela de darles de comer a los chicos.

No es un caso para minimizar. El Consejo Escolar aquella vez afirmó de cara a este incidente, que era ajeno al mismo. Tal fue la implicancia que los papás acusaron y acusan a miembros del lugar de sustraer alimentos que eran de y para los educandos.

Una tras otra entonces, las diatribas se oyeron en la calurosa tarde. Hicieron además especial énfasis en dos ocasiones en las que Rodríguez debió  sufrir internación clínica debido a sus brotes de nervios. Una mamá contó con lujo de detalles un episodio que rubricaría tal aseveración.

Las autoridades educativas reflejaron que en La Plata, se halla un pre sumario contra Verónica y que en breve se establecerá una resolución al respecto. Pero que, en el “interín”, no convendría coartar su derecho a trabajar. Y ampliaron el espectro ejemplificando que hubo reuniones con los sindicatos y personal de la Escuela 6, donde las cartas se expusieron en la mesa.

El tiempo avanzaba y no se advertía una determinación plenamente votada. De hecho, un papá propuso que los chicos viniesen el inicial día de clases, y ahí se firmase su asistencia y luego se retiraran sin concurrir al aula. Y así sucesivamente hasta lograr el apartamiento de la mujer. Intercambio de opiniones e ideas y un acuerdo que surgió al fin: concretar un venidero diálogo con todos los actores en la primera semana de clases. Dejando efectiva constancia de que las jerarquías educativas se harán responsables por completo de la problemática de la Directora.

El transcurso de la charla, amigos, dejó traslucir una diferenciación visceral. Para los padres la única y primordial “acusada” de traer “males” a las aulas es la señora Rodríguez. De eso no poseen dubitaciones de ningún concepto. En contrapartida, para la Supervisora e Inspectora el campo de acción, rozaría en su camino a demasiadas aristas, entre las que se podría subrayar, además de lo ya explicitado, a internas incomprensibles entre educadores, miedos a perder cargos o privilegios y un creciente clima de conflictividad social en el área barrial. Aunque declaran una férrea voluntad de “limpiar” cualquier suciedad, y de garantizar que las cosas han de virar, con el concerniente beneficio para los alumnos y papis.

Habrá ahora que quedar expectantes hasta el próximo instante de diálogo. Lo cual se podría interpretar como un atractivo aliciente, porque existiendo el diálogo, hay esperanzas de solucionar el dilema.

Por Mario Delgado.-

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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur

A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.

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El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad. 

Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.

Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico. 

En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro. 

Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto. 

“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario,  Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio. 

“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”. 

El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana. 

Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.

 

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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda

El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.

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Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.

Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.

La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.

El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.

El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.

FOTO. Infoeme

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho