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El incidente se produjo en alrededor de las 5 de la mañana de este sábado, cuando los agresores ingresaron a la Iglesia por la parte trasera a través un patio lindero. Desde allí accedieron a un cuarto donde se guardan los elementos para la misa, que fueron destrozados. Luego pasaron al templo, donde rompieron todo lo que se cruzaron en su camino. Y finalmente, apilaron los bancos, los incendiaron y salieron por el frente, sin llevarse nada. Los bomberos tuvieron que trabajar arduamente para apagar las llamas.
“No llegamos con el mensaje a la gente que hizo este daño”, afirmó el obispo Hugo Salaberry al arribar esta mañana a la parroquia, donde también se hicieron presentes el intendente José Eseverri, varios concejales y funcionarios, y la fiscal Susana Alonso.
Luego de recorrer el edificio y frente a un grupo de vecinos, el prelado indicó: “A veces es mejor que no haya nadie, que no esté el sacerdote, porque si hacen un daño de este tipo y viene una persona, le puede pasar algo a la persona. Pero si hacemos una relectura o una suposición, puede ser que sí, que haya sido el hecho de que la parroquia esté sola anime un poco más a la gente a ingresar”.
Sobre la investigación, dijo que conversó con la fiscal, aclaró que no vio inscripciones en el interior y advirtió: “Se van a ver las cámaras de seguridad, de todas maneras hay huellas de sangre, como prueba es mayor”.
Sin desmedro de ello, desvinculó la agresión de un conflicto que vive el colegio parroquial. “Una cosa es que los padres defiendan con fervor lo que piensan, y otra cosa es un caso como este que sería de tipo delictivo amenazante”, comentó.
“Lamentablemente un hecho así en Iglesias es bastante común. Quizás no ha sido acá en Olavarría. Pero en la diócesis, sí. Es muy de esta época, más común de lo que uno cree. Lo lamento seriamente. Impresiona mucho”, concluyó el obispo.
Aunque se barajó la posibilidad de suspender eventos previstos para esta semana, se anticipó que el domingo a las 16 habrá una misa y que “todo seguirá como estaba previsto”.