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Helen Houstoun presentó su nuevo libro
Fue en la Biblioteca “Collinet”, con buen marco de público. La escritora local Helen Houstoun, presentó “Mi familia anglo- argentina. Entre Temperley y Sierra de la Ventana”.
En la Biblioteca “Collinet”, sita en Alsina 2659, y con buen marco de público, fue puesto en vidriera el novel material literario de la señora Helen Houstoun, bajo el título de “Mi familia anglo- argentina. Entre Temperley y Sierra de la Ventana”. Por Mario Delgado.
Con lectura previa, con fondo musical y con la introducción al mundo de este libro, el segundo de la producción de Houstoun, (anteriormente había escrito: “Proyecto Verde”) hecha por Nora Sollé de Ferreyra y María del Carmen Langiano, se pudo oír en la voz pausada de la autora, un montón de anécdotas y relatos que fueron dándole cuerpo a su volumen que nos retrotrae a épocas idas, a viajes en barco y en tren y a un entorno familiar muy peculiar.
Luego del acto y de la firma correspondiente de ejemplares, InfoOlavarría charló en exclusiva con Helen.
¿Cómo te has sentido con la presentación, donde se te vio rodeada de afectos?
“Es cierto. El don de estar acompañada es quizá una de las cosas más importantes. Porque es gracias a esta gente, que uno también hace éstas cosas. Una sola, no es fácil. Justamente fueron amigas del Taller Literario que hoy vinieron, las que desde hace mucho tiempo, me han alentado para poner en papel mis ideas”.
Tu primer libro, ¿no tiene nada que ver con el actual?
“Todo tiene que ver con todo. Ese material venía de otro momento, donde había interés en la temática ecológica. Yo era docente en actividad y me hallaba inserta en otro proceso. Esta es otra etapa, otro enfoque y otra mirada. Aunque me he dado cuenta que mi familia tuvo relación con los recursos naturales. Mi padre con el tema de la carne, mi abuelo con las aguas corrientes, con el campo. O sea que siempre hay un hilo conductor”.
¿Cómo has llegado a la construcción de este volumen?
“En realidad traté primero de juntar todo el material documental que disponía, desde cartas, fotos, libros, toda información válida fue bienvenida. Y a partir de ahí fui armando la historia”.
Vos tomás datos, referencias, incluso de una Biblia de 1.864, escrita en inglés, verdad?
“Sí, son las Sagradas Escrituras que trajeron mis abuelos de Inglaterra, que se llama justamente “Biblia Familiar” y en la cual han registrado nacimientos y muertes desde hace mucho tiempo. Esto me facilitó certificar fechas”.
Los capítulos de tu obra son breves, concretos, concisos. ¿Cuál fue el criterio empleado para su confección?
“Traté de marcar el espacio y el tiempo, porque voy con la narrativa del presente al pasado. Lo que sí traté de que no sean demasiado densos, pero que dejen flotando elementos para investigar por el lector. Por ejemplo en un capítulo hablo de los 4.000 voluntarios argentinos que fueron a la Segunda Guerra Mundial. Eso está bien documentado y un escritor me consultó sobre el asunto, para su propio libro”.
¿En qué ciudades sitúas tus relatos?
“En Temperley, donde yo me crié y en Sierra de la Ventana y los trayectos entre ambas localidades”.
Vos escribías en la adolescencia tu Diario personal. ¿Eso te sirvió a la hora de ir redactando algunos párrafos?
“Sí, seguro. Tomé diarios de mi abuela y el mío también. Fui seleccionando y traduciendo, ya que lo escribía en inglés”.
Hablando de inglés, ¿la cultura anglo es decididamente amplia?
“Son todos muy celosos para que cada quien sepa de qué país provienen. En el caso de mi familia, la mayor parte era originaria de Escocia. Sin ir más lejos, mi padre es escocés. Hoy en día resurgen las voces de rescatar la identidad de su nación en particular”.
Culminamos esta nota con dos preguntas finales: ¿A quién se destinará el dinero recaudado por la venta del material? Y ¿Dónde se podrá conseguir un ejemplar?
“Lo obtenido es para “Talita Kum”, una entidad franciscana para discapacitados. Por ahora la forma de obtenerlo es por mensaje a través de mi Facebook o en el Taller Alfonsina”, concluyó la autora que continúo luego recibiendo el cariño de sus lectores.
Por Mario Delgado.-

