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El juez Oyarbide había denunciado que se hacían pasar por él
El sábado pasado se conoció una historia insólita y que demuestra la incapacidad de ciertos integrantes de las fuerzas de seguridad. Un preso Jorge Celentano Arce, de 48 años, se hizo pasar por el juez federal Norberto Oyarbide en el penal de Sierra Chica.
Una joven y bella agente de policía fue enviada como agente encubierta –siempre por orden del supuesto Oyarbide– para obtener información de una red de narcotráfico. En una de esas tareas de inteligencia la mujer policía fue violada. De ese modo se conoció la situación horrible por la que había pasado y el caso quedó expuesto a partir de la denuncia por violación. El comisario de Lincoln fue pasado a disponibilidad por el ministerio de Seguridad bonaerense. Al igual que otros comisarios de otras jurisdicciones de la Provincia que cayeron en el engaño del falso Oyarbide.
El diario Clarín reveló que el autor de las llamadas que se hacía pasar por Oyarbide era el preso Jorge Celentano, estafador detenido en diferentes cárceles dependientes del Servicio Penitenciario Bonaerense. Y que también se hizo pasar por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral y consiguió que los policías, esta vez de Luján, le enviaran a la cárcel a otra joven agente. Fue el propio Celentano quien intentó violarla dentro del penal. La investigación sobre el impostor está avanzada en la Provincia de Buenos Aires. Pero también tiene un capítulo en la Capital.
Antes de que la historia sobre Celentano saliera a la luz, el 27 de octubre pasado, Oyarbide denunció ante la Cámara Federal de la Capital que en tres ocasiones un impostor había llamado a diferentes comisarías de la Policía Federal para hacerse pasar por él.
La primera de las llamadas se produjo el 21 de octubre pasado. El comisario Osvaldo Marcelo Tejido, Jefe de la Comisaría 44 de la Policía Federal, recibió un llamado de alguien que dijo ser el juez Oyarbide y que le pedía “personal femenino de apariencia linda y agradable para realizar una tarea encubierta con el fin de desbaratar una banda de alto poder adquisitivo que comercializa droga sintética llamada éxtasis”.
Según el relato del comisario Tejido, al que accedió Infobae de fuentes judiciales, quien decía ser Oyarbide le explicó que gracias a ese operativo se iban a secuestrar “2.000.000 de pastillas ” y por eso necesitaba que la operación se mantuviera en “absoluta reserva” . El comisario –que dudó por lo extraño del pedido– le solicitó diez minutos para buscar una agente que pudiera realizar el trabajo. Ganó tiempo, avisó a sus superiores y esperó el llamado. El impostor apuraba al comisario y le decía que “el secretario de Seguridad Sergio Berni” estaba al tanto de todo. El comisario pidió que se encontraran personalmente para constatar la autenticidad del autor del llamado. Pero el falso Oyarbide le dijo que estaba en el Uruguay. El comisario cortó la comunicación y llamó al juzgado de Oyarbide. Una de las secretarias del juez le respondió que no era cierto que Oyarbide estuviera de viaje. El falso Oyarbide volvió a llamar pero no consiguió su objetivo. El comisario habló con el verdadero juez y todo quedó aclarado.
El segundo llamado del que tuvo conocimiento Oyarbide se produjo el mismo 21 de octubre pero entre el primer y el segundo llamado realizado a la comisaría 44. Esta vez el falso Oyarbide llamó a la Comisaría 38 de la Policía Federal. El comisario Alejandro Attili, jefe de esa repartición, relató que alguien que dijo ser el juez Oyarbide le pedía “el teléfono de un personal femenino de buena presencia, con el fin de brindar seguridad a una persona que se encuentra bajo el programa de testigo protegido y el suboficial femenino designado sería incluida en el programa”. Obviamente, pidió “absoluta reserva” y habló de un cargamento de drogas sintéticas. El comisario Attili llamó a su superior, el comisario inspector Pedro Carnero, quien había recibido también la consulta del comisario de la 44 por el mismo asunto. Le dijo que no prestara atención porque era un impostor.
El tercer llamado fue recibido por el subjefe de la subdelegación de la Policía Federal de Eldorado, provincia de Misiones, el 24 de octubre pasado. Atendió un agente que le pasó a un sargento. El falso Oyarbide quería el celular del jefe de esa repartición. Le dieron el celular del subcomisario Andrés Adrián Rodríguez y a ese teléfono llamó el impostor. Le dijo al subcomisario que al día siguiente iba a estar en Eldorado para realizar con la Gendarmería un operativo antidroga. En un segundo llamado al falso Oyarbide le pidió al subcomisario que le reservaran un hotel en la ciudad y que le dieran el número de celular de una mujer policía que pasaría a trabajar bajo sus órdenes como agente encubierta. El subcomisario le pidió al supuesto Oyarbide un teléfono de contacto y el farsante se lo dio. El subcomisario de Eldorado llamó a una de las secretarias de Oyarbide y el juez se comunicó con él. El verdadero Oyarbide negó que hubiera procedimiento alguno en marcha en Misiones y le relató los episodios anteriores de las comisarías 44 y 38. El falso Oyarbide siguió llamando a Misiones pero no le atendieron el teléfono. Oyarbide –el verdadero– preocupado por la situación, según le informó a Infobae, expuso lo sucedido ante el secretario de Seguridad de la Nación Sergio Berni, el Jefe de la Policía Federal, comisario general Román Di Santo y el jefe de la Policía Bonaerense, superintendente general Hugo Matzkin. A todos les informó lo que estaba sucediendo para que en sus respectivas fuerzas estuvieran atentos.
El martes de la semana pasada Oyarbide realizó una denuncia por estos llamados y por sorteo la causa 11925/15 quedó a cargo del juez federal Sebastián Casanello y del fiscal Ramiro González. Ellos deberán determinar si el autor de aquellos llamados es el mismo que tienen identificado en la Provincia de Buenos Aires. Todo parece indicar que sí.
Fuente y Foto: Infobae
Sierra Chica: Un preso simuló ser el juez Oyarbide y el engaño terminó en una violación
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme