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Lucas Maíz, a cara descubierta

Lucas Maíz es un artista olavarriense radicado en Buenos Aires que volvió a tomar notoriedad en nuestro medio  luego de participar del Primer Encuentro Nacional de Estatuas Vivientes realizado en el Paseo Jesús Mendía. Dueño de un carisma y sensibilidad extrema, Lucas estatuó con su personaje Carlitos, en homenaje a Charles Chaplin, y se consagró con el Premio del Público. A cara descubierta nos cuenta de su vida.


¿Qué edad tenés?

– 36 años cumplidos hace poco, el 17 de febrero, soy soltero y no tengo hijos.
¿Cómo surge en vos ser estatua viviente?
– Lo de hacer estatuaria surge un poco como necesidad económica, algo que permite una entrada de dinero y que es independiente, o sea, no requiere currículum… Es crear, salir y generar. Lo más importante desde mi punto de vista en este trabajo es salir.
¿Qué estudiaste?
-Mi formación mas importante es en la Escuela Argentina de Mimo, Expresión y Comunicación Corporal que dirige Ángel Elizondo donde cursé todas las materias 2 veces y de la cual fui profesor durante 10 años.
También participé en la Compañía Argentina de Mimo durante todo ese periodo.
La estatuaria es muy importante para el mimo. Etienne Decroux uno de sus creadores más importantes (maestro de mi maestro, Elizondo y también del reconocido Marcel Marceau) toma de la estatuaria de Rodín y de Bourdelle parte de las posiciones de columna, brazos, manos etc. para edificar su gimnasia de Estilo, que es un método de trabajo para lograr un estilo de actuación-
también elabora lo que llama la estatua de sueño, donde deduce o imagina como se movería esta si se despertara y así se desarrolla toda una técnica.

“Lo más importante desde mi punto de vista en este trabajo es salir”

¿Cuál es tu sueño en la vida?
-Mi sueño en la vida.. es una pregunta bella aunque no tan fácil… y que me es imposible precisar, es como una neblina móvil que tiene su origen en las primeras ilusiones idealistas de un joven que pretende ser artista pero que luego va mutando con los años y la experiencia… hoy quizá sería. Seguir en este viaje de autoconocimiento, acercarme un poco a lo que es ser un representante del arte escénico argentino, poder aportar algo a la obra de los grandes creadores y que quede algo que entusiasme o que estimule a los que vienen (jaja, perdón, me río de lo que pienso) gracias por preguntar, por ahí en un tiempo logre tener una respuesta mejor

 

“Una neblina móvil que tiene su origen en las primeras ilusiones idealistas de un joven que pretende ser artista”

¿Viajas mucho siendo estatua viviente?
-La verdad es que al principio la idea de viajar sin llevar equipaje y generar dentro del mismo viaje fue importante como motor, pero luego fueron apareciendo otras prioridades. Viajes interiores podríamos decir. También estar en una escuela requiere sobre todo “estar”, y a mí me interesaba más aprender y enseñar que viajar. Vaca que cambia querencia no da leche. Igual pude viajar un poco por el país, también por Uruguay, Chile y Colombia… pero la idea del viaje “mítico” ese del cual se sale sin pensar en la vuelta aún está pendiente.
¿Alguna anécdota, algo inusual que te haya pasado con tus espectadores?
-Anécdotas hay muchas, las más lindas son con los niños porque ellos tienen la fe intacta, creen en ese mundo mágico que intentamos transmitir y eso se irradia a todos los presentes devolviéndoles la fantasía que alguna vez tuvieron, incluso a los “artistas” nos lo recuerdan. Puntualmente recuerdo una vez trabajando en un predio en el cual hacia muchísimo calor y había una pileta olímpica, fui acercándome pasito a pasito, con la idea de refrescarme los pies. Ante esta acción que pretendía pasara sin llamar la atención se juntó una multitud a lo cual no tuve más remedio que trepar al trampolín y saltar con todo puesto ante el delirio de la gente y el alivio corporal del calor infernal. Por suerte quien me contrataba se rió mucho y volvió a llamarme cada año.

 

“Me fue mejor  a nivel económico  cuando  salí a tirar buena onda, a jugar, a ver el lado lindo de todo”

¿Qué se siente cuando el público te mira? ¿Te deja a la gorra?
-Con el tema de la colaboración en la gorra aprendí que, como ya dije antes, lo importante es salir… salir es ganar, así sean dos pesos o cinco mil. Cuando mejor me fue a nivel económico fue cuando realmente no me importó la ganancia, cuando salí a tirar buena onda, a jugar, a ver el lado lindo de todo, a expresar libertad, eso la gente lo siente y lo agradece. Cuando la cosa es para pagar las facturas cambia todo, la magia no se hace presente. Por eso para mí la calle ha sido también una escuela muy importante en cuanto a poder relacionarme sinceramente con el que esta ahí, con el que toca y no con el que paga una entrada para verte. Es más vertiginoso y hay que estar bien dispuesto a todo.

Entrevista: Soledad Rinaldi en exclusiva para InfoOlavarría

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