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Contraposición
Un nuevo rictus de contraposición se yergue en la ciudad del cemento, mis lectores. Y en esta presente oportunidad se relaciona intrínsecamente con la Policía Comunal. O, más precisamente con aquellos aspirantes a uniformados que ingresaron a la Escuela el 20 de enero y que no han podido superar el examen médico oftalmológico, efectuado en una primera tanda, el viernes 6 de marzo en el Hospital Municipal.
El asunto perentorio tiene que ver con trece personas que fueron notificadas posteriormente a la revisación, que no cuentan con la requerida aptitud física, en este caso específico de visión, como para continuar con la participación diaria en la Academia y en algunos meses más, recibirse y comenzar su tarea tal cual lo previsto.
De la totalidad de inscriptos, aún hoy existen alumnos o cadetes, que no han completado los estudios, según nos lo reveló una fuente confiable. Antes de la fecha de incorporación, se hicieron varios análisis físicos y psicológicos, pero insistimos, no los de los ojos, la sangre, audiometría, placas, encefalogramas, medidas y peso de cada quien.
Por el lado del Palacio San Martín, nos informaron que los aspirantes ya sabían de antemano que los estudios éstos, se harían complementariamente y que la vista en óptimas condiciones es fundamental. Sin embargo, del otro sector de la controversia, resisten esa tesis y amplían que “nosotros jamás fuimos avisados de que si usábamos anteojos, no podíamos ser policías”, repiten con insistencia los damnificados. “Y a los trece nos sacaron por usar anteojos”, se explaya una de las personas afectadas. Terminaron diciéndoles también que no podían usar lentes de contacto y estar enrolados en la fuerza.
Además, otro ítem de resonancia tiene incidencia en los gastos que ascienden, en números redondos, a cerca de 7.000 pesos por cada alumno, entre la ropa y otros rubros. Pero, hay más leña para agregar al fuego, puesto que no son pocos los estudiantes de policía que tuvieron que renunciar a sus empleos, porque esta era una exigencia del régimen, al menos así lo afirman compungidos. Al ser funcionario público, les explicaron, no se les permitiría un segundo trabajo.
El 10 de julio las clases habrán concluido y la Comunal verá la luz. Mas, de acuerdo a las estimaciones de los propios interesados, puede haber más chicos o chicas que sean separados de sus ansias de llegar a la meta. Por los rescatados motivos visuales ya expuestos aquí, mis amigos.
Los referentes de la Escuela, emplazada como es sabido en el Cerro Fortabat, acompañarían el pesar de este puñado de alumnos. Claro que no depende de ellos resolver. Ante la tensa situación y la preocupación despertada, hemos recibido la noticia de que podría darse un resarcimiento económico pero, al unísono se les plantearía que ya el contrato versaba sobre tal instancia hoy crucial.
Como se aprecia, por ahora se advierten dos tesituras disímiles.
Por Mario Delgado.-

