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Opinión

Cuidado con el “cuco”

El reciente acuerdo publicitado entre el “halcón del norte” y Cuba, ha sido observado con ojos de optimismo por gran parte de la opinión pública internacional, aunque requiere cierta dosis de cautela y de análisis filosófico de los hechos salientes de la política yanqui de los últimos tiempos.

Porque no hemos de ceder a la tentación de creer que de ahora en más, los imperialistas de siempre, contendrán su mano, y amainarán su pésima costumbre de entrometerse en las naciones con el pleno objetivo de sacar la mayor ventaja posible.

Rendimos honores a esta mesa de diálogo que se ha dispuesto para estos dos países tan antagónicos por décadas. Esperamos a su vez que se encarrile la solución a las dicotomías aún existentes y que la gente de la preciosa isla, logre aumentar su calidad de vida, de cara al porvenir.

Los vientos hoy soplan a favor de una nueva Cuba, con óptimas oportunidades de insertarse en el mundo, si pone en vigencia un sistema que garantice el pluripartidismo y le acerque la auténtica democracia a los componentes de la turística isla caribeña.

Mas no caigamos, mis amigos del alma, en la absurdez de imaginar un Estados Unidos redimido, más “humanizado”. Ni ahí. En realidad si contabilizamos las “hazañas” de la Casa Blanca, nos caeremos de espaldas, ya que son innumerables las pérfidas acciones de los “salvadores del universo”.

Los ilusos e ingenuos se alegraron hasta el hartazgo cuando entró al Gobierno el señor Barak Obama. Supusieron que por su color de piel, el tipo iba a ser un equilibrista en la red, defendiendo a los pobres oprimidos que llegasen a su altar.

Las circunstancias fueron inflexibles y han ido demostrando un bailoteo loco en la cuerda. Obama ha puesto el eje en la ambivalencia, saltando de una fechoría a una maniobra de pretendida redención. O sea, lectores míos, ha combinado lo malo con lo regular en aras de mantenerse en el candelero. Todos comprendemos lo difícil que ha de ser, desde luego, liderar esa tierra del norte americano.

Sin embargo las espinas son un ingrediente en el sendero yanqui y nada cambiará esa verdad, aunque el paliativo del reencuentro con Cuba sirva y sea un paso interesante en la vía diplomática, y por qué no social entre ambos pueblos tan significativos.

Barak prometió cosas que no cumplió. Claro que tal actitud no debe resultar extraña a nosotros los argentinos, por ejemplo, hundidos hasta el cuello en incumplidas arengas de señores funcionarios. Obama tiró al bulto y triunfó y obtuvo el aval de inmigrantes y latinos. Ahora fue explícito en legalizar personas sin documentación que circulaban inmersas en el temor a ser deportados. Bien ahí el hombre.

Lo que habría que esbozar también para ser justos y equitativos, es que su economía de dólares está en crisis y que no ha cesado en su aspecto de “guerrero”, puesto que las invasiones a Siria e Irak, son “cruzadas” armadas costosas y con un propósito excluyente de tomar dominio en Medio Oriente y acaparar el petróleo y la conducción política de paso.

El aliado primordial de Norteamérica en esa conflictiva región es Israel, un Estado satélite y amparado en todo sentido por la ONU y los yanquis. Hete aquí que los hebreos avasallan a los palestinos con la venia de Obama, pero sin éxito y se retuercen en la impotencia de no poder acabar con un pueblo en inferioridad de condiciones bélicas.

Ese mismo Presidente que estrecha en sus brazos a Cuba, gesticula órdenes a sus súbditos que no saben que corno hacer con los “Isis” o “Estado Islámico”, una organización extremista bancada en su génesis por Arabia Saudita, pero que se les desmadró y él se hace el disimulado; mas hemos de entender que Estados Unidos es amigo acérrimo de los saudíes. El círculo cierra, perfecto. Nada es casual ni aparece porque sí.

En definitiva, las luces y las sombras se yuxtaponen a menudo en un lugar donde las glorias obtenidas, han de visualizarse con la perspectiva del sudor ajeno. Del clamor de inocentes y de mutilados en nombre de la bandera tricolor.

El estante tembló en agosto con el asesinato de un tal Michel Brown a manos de un servidor del orden. La liberación del uniformado trajo “cola” y muchos protestaron, agitando las aguas.

Este pequeño repaso que hemos construido nos alerta y nos pone sobre aviso. Para no sumergirnos en las borrascosas cumbres de la hipocresía. Obama no es Dios ni es un ser de luz. El imperialismo continúa intacto. Se invierten millones de billetes verdes en nóveles armamentos y se favorecen milicias que luego son tildadas de “terroristas” e inmorales.

La sabiduría se ubica en no transar con los yanquis, no “comernos” el verso de su infinita bondad al servicio de los desvalidos.

Por Mario Delgado, para INFOOLAVARRÍA.-

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