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Opinión

¿Alguien más?

UNO.- Me da risa cuando algunos colegas preguntan, indagan a los políticos acerca de una continuidad permanente, de un estado constante de campaña electoral. Han de ser relativamente jóvenes tales profesionales de la palabra porque si no ya deberían estar al tanto de las situaciones, y no asombrarse de la manera en que lo hacen.
Porque de estas parábolas, ya tenemos bastante, mis amigos. La realidad es así, sin sombras de dudas: termina una contienda en las urnas e inmediatamente, se larga una nueva carrera. No hay pausa. Por tal motivo, entonces, no estoy sorprendido ni mucho menos con este presente, en el cual se mide todo acto y toda foto, desde la óptica pertinente, enmarcando cada paso dentro del lienzo de lo electivo.
Cada quien trata con las herramientas a su alcance, de llevar agüita fresca para su molino. Hay señores hábiles que lo consiguen con efectividad y otros a los que les cuesta un poco más de laburo. Y claro, existe también un tercer grupo que no suman ni a su mujer.
La rueda gira veloz y los detalles más nimios, suelen traer aparejados los beneficios más interesantes y publicitados. Nadie debe “papar moscas”, mis lectores amigos, porque si eso ocurre, se les “pianta” la liebre y a otra cosa. Es obvio que cada minuto vale oro y hay circunstancias en las que ciertos referentes, suben la escalera al éxito, no tanto por méritos personales visibles, sino por errores u horrores cometidos por alguno de sus adversarios.
Por eso, insisto, nadie está fuera del juego, jamás. Cual pescador empedernido y fogueado, los dirigentes y candidatos, aguardan. Pero no sólo esperan; han de elaborar su propio arsenal de conquista, sus propias “fragancias” con tal de seducir al potencial electorado.
DOS.- Se desprende que un aspirante a un sillón de mando o de representatividad, tiene que poseer una varita mágica denominada “conocimiento”. Me da pena, continuando con las percepciones personales, cuando un oferente quiere ser por ejemplo concejal, y no sabe ni donde queda el barrio Mataderos. O no tiene idea de la problemática de tal o cual zona específica. Y, peor aún, ni siquiera esboza voluntad de recorrer las calles de nuestra ciudad.
Este es un viejo dilema sin resolución. Mas las elecciones pasan y siguen su curso y será siempre de tal modo. Están los conscientes y trabajadores, que acompañan al pueblo, y los que “entran por la ventana”, expertos en crear nada a la hora de legislar.
TRES.- Diciembre se convertirá de seguro, en un mes de intensidad por varias razones: por un lado el tratamiento del temario impositivo y el Presupuesto para el venidero 2015, que ya de por sí lleva intrínseca una disputa, un ansioso y portentoso debate con los pro y los contra que se irán manifestando desde las bancas y estamentos políticos.
La herramienta útil que es el Presupuesto, para cualquier alcalde, marcará pautas y tendencias. Reflejará cual luz de faro incandescente, los postulados de los ediles y los proyectará, a su vez amigos míos, a la plataforma de lanzamiento nacional. Porque no se podrá divorciar ni un ápice la visión vernácula de lo que concierne a los pronunciamientos partidarios de allá arriba. En tal función, habrá que atender cada gesto, cada ademán, cada sí y cada no.
CUATRO.- Además el calor pre verano se traslada a varios barrios que parecen no querer someterse ni un segundo más a los lineamientos establecidos en Rivadavia 2801, y salen a coro a reclamar básicamente, asfalto para sus arterias polvorientas.
Ajetreo sustancial. Prolegómeno de las vacaciones. Repetición en continuado de antiguas cuitas no saldadas. Mezcla agridulce de necesidades básicas no satisfechas con escozores inorgánicos que nunca se comprende a ciencia cierta, como han de desempeñarse. Señas inequívocas que pintan la piel de barrios periféricos de pozos, baches, e intransitabilidad. Basta sondear a vuelo de pájaro tales lugares para quedar anonadados.
No se miente en los pedidos. El tema es el cómo se solicita. Y, al mismo tiempo, como se responde desde la esfera del poder. Poder concedido por la gente, dicho sea al pasar, claro.
CINCO.- Unas líneas he de ocupar para rescatar la nueva intromisión en la arena presidencialista del señor Gobernador de Córdoba, José Manuel De la Sota. Días atrás en el Teatro Astros de la CABA, lanzó al viento su nominación. Con el apoyo del partido FE del “Momo” Venegas y de la Democracia Cristiana, comandada por J. F. Brugge.
El avezado hombre de “la docta” viene en cierto modo a terciar en una franja de postulantes que, a estas horas, encabeza don Daniel Scioli, por el ámbito del peronismo. En rigor de verdad, el ex Vicepresidente es quien avanza con mayor asiduidad en las encuestas.
Pese a los desplantes de su misma columna, el conciliador funcionario ha capitalizado su performance y es lógico prever que la Primera Dama lo “ungirá”, muy a su pesar, en breve.
Por Mario Delgado.-

 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho