La inquietud vecinal se traslada, pasa de boca en boca, rompiendo la habitual tranquilidad. Hay sucesos que desequilibran la cotidiana calma: hete aqu\u00ed que varios componentes de la zona de influencia del barrio Luj\u00e0n, est\u00e1n convirti\u00e8ndose, de pronto y sin desearlo, en v\u00edctimas de episodios delictivos.\u00a0<\/span><\/p>\n

Concretamente, andan robando en el sector y la gente vive sobre ascuas. Los hechos puntuales se conversan entre vecinos, y dan como resultado, una repetici\u00f3n de alarma y temor bien fundado. Han aparecido de la noche a la ma\u00f1ana, ladrones que complican la existencia de los pobladores. Indeseables que toman por asalto la paz social.\u00a0<\/span><\/p>\n

Ante tal avanzada intempestiva, la vecindad opta por diferentes c\u00e0nones. Se triplican los comentarios y las ideas al respecto, o sea, las posturas de c\u00f2mo hacer frente, de c\u00f2mo colocar un dique de contenci\u00f3n para evitar males mayores, y, al mismo tiempo, para imposibilitar la continuidad de la actividad negativa de ciertos sujetos al margen de la ley.<\/p>\n

No todos los arraigados propietarios de las viviendas de la franja en cuesti\u00f3n, reaccionan en forma id\u00e9ntica. Es l\u00f3gico que as\u00ec suceda; pero, m\u00e0s all\u00e0 de visiones incluso encontradas, producto tambi\u00e9n de la sorpresa y la bronca, por qu\u00e8 no, existe hoy una voluntad ferviente y extendida desde cada hogar: que se arbitren los medios necesarios para torcer el brazo impiadoso de los \u201camigos de lo ajeno\u201d.\u00a0<\/span><\/p>\n

La gran disposici\u00f3n del barrio est\u00e0 a cargo de personas con a\u00f1os viviendo all\u00ec. Con toda una historia de esfuerzo y trabajo detr\u00e1s. Con hijos y nietos, con sue\u00f1os y esperanzas, con ganas de levantarse cada jornada a respirar aire puro, sin sobresaltos innecesarios. Mas ese esp\u00edritu de pacifismo, se quiebra y da lugar a un anhelo pleno de ponerse al hombro, cada quien, la causa com\u00fan del momento. No se puede ser indiferente ante los rictus del obrar mal\u00e8fico que los trastorna y complica de verdad.\u00a0<\/span><\/p>\n

Son variopintos los testimonios que configuran la paleta de casos ocurridos apenas en los \u00faltimos d\u00edas. Todos atendibles, donde domicilios particulares y comercios, han sido vulnerados sin piedad.\u00a0<\/span><\/p>\n

Queda flotando, en tal mar de incertidumbre y dolor popular, la vieja cuesti\u00f2n de hacer o no hacer, las correspondientes denuncias ante la Comisar\u00eca Segunda. No surge un criterio uniforme, cosa normal, empero, puesto que ya se observa esta actitud restrictiva a denunciar en otros barrios. Los argumentos o excusas que suelen exhibirse son para analizar. Pero la recomendaci\u00f3n de siempre es denunciar, no silenciar el padecimiento y soportarlo en soledad.\u00a0<\/span><\/p>\n

A prop\u00f3sito de todo este movimiento barrial, se tramita por estas horas, una reuni\u00f3n con los responsables del \u00e1rea de seguridad de la Comuna y representantes de la Polic\u00eca que, por jurisdicci\u00f3n act\u00f9a en la zona. Se estima que dicho encuentro, habr\u00eca de concretarse la venidera semana para poder o\u00ecr la voz de los expertos y para que \u00e8stos capten tambi\u00e9n, las peticiones de los vecinos. Y articular luego medidas preventivas y de acci\u00f3n.\u00a0<\/span><\/p>\n

Por Mario Delgado.-\u00a0 \u00a0<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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