Apelar\u00e8 a un concienzudo poder de s\u00edntesis, que espero ustedes, mis queridos lectores, interpreten en base a una cuesti\u00f3n de espacio, no de real inter\u00e9s por lo que mencionar\u00e8 por aqu\u00ed a partir de ahora.\u00a0<\/span><\/p>\n

Existieron dos casos emblem\u00e1ticos de presuntas desapariciones de personas que, en su d\u00eca, conmovieron a toda la naci\u00f3n: Jorge Julio L\u00f2pez que todav\u00eda sigue en la m\u00e0s profunda nebulosa y Luis \u00c0ngel Gerez, fallecido el 11 de mayo de 2019.\u00a0<\/span><\/p>\n

Los dos hechos puntuales y llamativos acontecieron durante el a\u00f1o 2006 y, pese a la significancia obtenida y al gran clamor `popular que despertaron, la rigurosidad investigativa indic\u00f3 y lo hace a\u00f9n, por cierto, evidentes \u00e1ngulos demasiado oscuros. Tal es as\u00ec que se arriba a conclusiones diversas, incluso ajenas al \u00e0nimo del momento y a lo pretendido por las autoridades pol\u00edticas de entonces, encabezadas por el se\u00f1or Presidente, ya fallecido, N\u00e8stor Kirchner. Y al anhelo del pueblo expectante. \u00a0<\/span><\/p>\n

Analizando la situaci\u00f3n, nos topamos con el relato oficial de que don Julio L\u00f2pez, un alba\u00f1il de 77 a\u00f1os que viv\u00eda en el barrio platense de Los Hornos, desaparece de la escena el lunes 18 de septiembre del citado 2006, al salir de su casa presumiblemente para ir a testificar nuevamente en una audiencia por el juicio oral que se le instru\u00eca al ex represor Miguel Etchecolatz.\u00a0<\/span><\/p>\n

Se supon\u00eda que L\u00f2pez ir\u00eca acompa\u00f1ado de su sobrino Hugo Savegnago pero \u00e8ste se retras\u00f2 y el testigo se fue igual solo. Aqu\u00ec ya se empiezan a advertir, hilando fino, ciertas inconsistencias de rigor. El se\u00f1or L\u00f2pez\u00a0 <\/span>padec\u00eda algunos trastornos de salud y p\u00e8rdidas de memoria y de ubicaci\u00f3n, de modo que al salir de su vivienda, arrojaba las llaves hacia adentro por una ventana; aquella ma\u00f1ana se llev\u00f2 consigo dichas llaves. Adem\u00e0s se calz\u00f2 unos borcegu\u00edes, no las habituales zapatillas con las que hubo de ir anteriormente al juicio contra el ex militar.\u00a0 <\/span>Y se llev\u00f2 tambi\u00e9n un cuchillo casero.\u00a0<\/span><\/p>\n

En tal caso, nunca arrib\u00f2 a Tribunales y concret\u00f2, al parecer un camino en zigzag, como para despistar posibles enemigos que lo estuviesen rastreando.\u00a0<\/span><\/p>\n

Julio ten\u00eda buen trato con los polic\u00edas de su barrio y hab\u00eda colaborado con la Bonaerense en algunas ocasiones. Por otro lado, es menester subrayar que su repentina desaparici\u00f3n, se la relacion\u00f2 enseguida con su testimonio hacia Etchecolatz. Sin embargo, su relato no hab\u00eda sido tan trascendente ni su ausencia, impidi\u00f3 la final condena al juzgado.\u00a0<\/span><\/p>\n

L\u00f2pez dijo en su testimonio primero, que el propio Etchecolatz lo tortur\u00f2 en la Comisar\u00eca Ocho, y que alcanz\u00f2 a ver en un sitio clandestino de detenci\u00f3n, denominado La Arana, espiando de manera subrepticia, como asesinaban a un matrimonio de detenidos, la se\u00f1ora Patricia Dell Orto y su esposo Ambrosio De Marco. Esto habr\u00eca acaecido all\u00e0 por octubre de 1976.<\/p>\n

Quienes conocieron ese lugar de secuestro y apremios, aseguraron que tal versi\u00f3n no pod\u00eda ser asentida con facilidad, ya que nunca hubo posibilidad de observar siquiera desde una habitaci\u00f3n, lo que ocurriese en otra. Y los presos estaban encapuchados. A todo esto, la propia familia de L\u00f2pez, jam\u00e0s certific\u00f2 sus dichos, abonando la idea de un relato prefijado al cual L\u00f2pez debi\u00f3 acceder y contar. \u00bfPredispuesto el relato por qui\u00e8n?<\/p>\n

\u00bfFue aquello una gran operaci\u00f3n montada por el Gobierno de turno? Hubo quien dijo verlo en un barquichuelo en un sitio llamado Atalaya, en el Partido de Magdalena. Y un se\u00f1or ligado a negocios inmobiliarios, aport\u00f2 detalles muy jugosos de d\u00f2nde lo ten\u00ecan a L\u00f2pez, luego de su desaparici\u00f3n, en muy mal estado f\u00edsico. Y custodiado por hombres armados. Pese a la contundencia de la versi\u00f3n, jam\u00e0s se dio curso a indagar al respecto.\u00a0<\/span><\/p>\n

Varios agentes secretos o colaboradores de la Inteligencia estatal, deslizaron divergentes secuencias de lo que pudo ocurrir en verdad con L\u00f2pez: desde augurar que se hallaba vivo en determinada ciudad, hasta que fue muerto al \u201c\u00edrsele de las manos\u201d a sus presuntos captores. Pero nada sali\u00f3 nunca a la luz y este s\u00e1bado 18 de septiembre, se cumpli\u00f3 otro aniversario de su \u201cfuga\u201d del hogar.\u00a0<\/span><\/p>\n

N\u00e8stor Kirchner y su Gobierno, ganaron especial tiempo en la campa\u00f1a emprendida por los Derechos Humanos y frenaron una marcha de familiares de v\u00edctimas de la subversi\u00f3n, propuesta para el 5 de octubre de ese 2006.\u00a0<\/span><\/p>\n

Otro ingrediente del raro caso en s\u00ec, se perfil\u00f2 en unas de las \u00faltimas exposiciones coherentes de la se\u00f1ora Hebe de Bonafini, la cual afirm\u00f3 sin dobleces que \u201cJulio L\u00f2pez nunca fue militante ni ten\u00ecamos registro de que lo hubiesen capturado durante el Proceso de Reorganizaci\u00f2n Nacional\u201d. Todo un comentario de tremenda validez si se toma en cuenta, en id\u00e9ntica sinton\u00eda, la sorpresa de su familia cuando \u00e8l surge como una pieza en el juicio ya expuesto m\u00e0s arriba.<\/p>\n

La segunda inc\u00f3gnita se present\u00f2 el 27 de diciembre de ese mismo 2006, pero esta vez en Escobar. Un ciudadano llamado Luis \u00c0ngel Gerez, por casualidad tambi\u00e9n de oficio alba\u00f1il, de 64 a\u00f1os de edad, es secuestrado y gener\u00f2 un revuelo padre, con el Presidente exigiendo por cadena nacional, la liberaci\u00f3n del hombre en forma inmediata.<\/p>\n

Gerez deb\u00eda declarar contra el ex Comisario Luis Patti, devenido a pol\u00edtico, y evitar as\u00ec que asumiera una banca de Diputado. A las 48 horas, la libertad llega y Gerez es puesto en di\u00e1logo directo con el Jefe de Estado.\u00a0<\/span><\/p>\n

Gerez afirma haber sido torturado y quemado con colillas de cigarrillos. En la conferencia de prensa, montada a tal efecto, se pone muy nervioso ante las consultas puntillosas y se va del lugar sin dejar una impresi\u00f3n de credibilidad en el periodismo.\u00a0<\/span><\/p>\n

Las presunciones m\u00e0s firmes, abonan la idea de un invento para distraer la atenci\u00f3n y fortalecer el contenido oficial, ya que las contradicciones de Gerez eran enormes.<\/p>\n

Por Mario Delgado.-\u00a0 \u00a0 \u00a0<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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