Resulta que en estos d\u00edas preelectorales, una familia vecina de casa, se va a vivir a Espa\u00f1a. Parten el viernes 10 para Buenos Aires y de all\u00ec, a un nuevo rumbo en el viejo continente.\u00a0<\/span><\/p>\n

La pareja no es joven, ya rozan los 55 a\u00f1os de edad, pero poseen una hija a la que \u201cqueremos darle un porvenir mejor y ac\u00e0, no encuentra cabida\u201d, aseguran los padres un tanto decepcionados.\u00a0<\/span><\/p>\n

No es f\u00e1cil despojarse de todo: vivienda y pertenencias para abandonar la ciudad y los afectos. Es una \u201cdecisi\u00f3n meditada mucho tiempo\u201d, refiere e l matrimonio, mientras se hallan en plena obra de saludar parientes y amigos. Atr\u00e0s quedar\u00e0n esfuerzos y recuerdos; por delante un universo de incertidumbres.\u00a0<\/span><\/p>\n

Las tinieblas de la mediocridad nos envuelven, nos pretenden atar con sus redes sutiles a veces, despiadadas otras ocasiones. A borbotones surgen las demostraciones de la poca consistencia en la que nos hemos zambullido en los \u00faltimos a\u00f1os. Un reino del rev\u00e9s constante y a\u00f9n peor, en crecimiento cotidiano.\u00a0<\/span><\/p>\n

La sociedad en su conjunto, salvo honor\u00ecficas excepciones, absorbe cual esponja, las incongruencias, las mentiras, los dislates, los tremendos enga\u00f1os y negociados, de una aut\u00e8ntica casta de dirigentes que se auto proclaman \u201crepresentantes del pueblo argentino\u201d.\u00a0<\/span><\/p>\n

En tal ambiente, ustedes observan, no hay prohibiciones, ni se escamotea con la banalidad y el absurdo. El tema es directo: adecuarse a la situaci\u00f3n, aunque tal esfuerzo demande contrariar lo que, hasta ayer nom\u00e0s, fue verdad consumada.\u00a0<\/span><\/p>\n

De modo tal, mis amigos, que en ese campo de acci\u00f3n, no se advierten c\u00f3digos de honor o de \u00e9tica. Se valida cualquier estropicio con la severa misi\u00f3n de permanecer en el candelero. Lo que traducido es, seguir recibiendo un sueldo y un estatus especial, brindado por el Estado y el esp\u00edritu corporativo de tal casta, que har\u00e1 como que se pelea para la tribuna expectante, pero en la pr\u00e0ctica, todo se acordar\u00e0 con los presuntos rivales, hasta la forma en que se \u201cagreder\u00e0n\u201d.\u00a0<\/span><\/p>\n

En este sentido, siempre habr\u00e1 dos caras de la moneda: un presunto \u201cbueno\u201d o, en su defecto, \u201cun menos malo\u201d y un, terrible \u201cnefasto\u201d. La vieja dicotom\u00eda tan efectiva y utilizada.\u00a0<\/span><\/p>\n

La gente, harta y desesperanzada, intenta emerger con una voz de descontento y desinter\u00e9s, que puede llegar a convertirse en ausencia a la hora de ir a sufragar. O no, veremos que acaece finalmente.\u00a0<\/span><\/p>\n

La obviedad se visibiliza. La juventud se encuentra mir\u00e1ndose a s\u00ec misma, sin futuro promisorio en un contexto donde se bendice la mediocridad, en lugar de premiar el trabajo y el estudio. Las escuelas casi no ense\u00f1an para reconvertirse en comedores. Un cambio de roles imposible de digerir pero real.\u00a0<\/span><\/p>\n

Nada se inventa en aras de conquistar alturas; la idea prevalente es mantenerse en pie, a como d\u00e8, sin proteger valores, sin defender lo esencial de la vida humana.<\/p>\n

Ante tales falencias, las esperanzas de mutar en serio, de amplificar horizontes, se notan opacadas. No obstante, la proximidad electoral, abre un portal de fe. De la voluntad de cada quien depender\u00e1 lo que venga luego.<\/p>\n

Por Mario Delgado.-\u00a0 \u00a0<\/span><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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