La Argentina, ya no me atrevo a decir Rep\u00f9blica, viene permaneciendo en un extra\u00f1o puente divisorio de aguas turbulentas o al menos, pol\u00e9micas. Esta cuesti\u00f3n no es novedad descubierta hoy; sino nos acompa\u00f1a desde la fundaci\u00f3n misma de la naci\u00f3n.
\nEsta separaci\u00f3n ha sido y es, eso s\u00ec, bien definida, marcada a fuego casi podr\u00edamos sintetizar, por las rencillas, los resquemores y las intransigentes posturas que se han y se establecen actualmente ante determinados asuntos de Estado o no.
\nEl sesgo intr\u00ednseco a comprender en tales situaciones, resulta interesante porque, si se lo reconoce y acepta tal como es, se pueden virar los misiles hacia un sitio desierto, no hacia el presunto adversario o ac\u00e9rrimo enemigo.
\nLa g\u00e9nesis del dilema separatista, de las dicotom\u00edas, no suele pasar por un lineamiento propio, de la poblaci\u00f3n o de las autoridades constituidas y votadas. O, expresado de otra manera: ciertos t\u00f2picos de la agenda oficial de nuestro pa\u00eds, no son una decisi\u00f3n aut\u00e9nticamente aut\u00f3ctona; derivan en ocasiones muy continuas de otras latitudes.
\nTales circunstancias, pues, hacen que navegue o fluct\u00f9e nuestra patria entre un esp\u00edritu enternecedor de apego al terru\u00f1o y sus costumbres y un desprendimiento gratuito hacia otras culturas y normas, incluso a veces contrapuestas con lo establecido o aprendido aqu\u00ed. Las nuevas generaciones son buscadas para estos condicionamientos pretendidamente modernos y, por qu\u00e8 no, tildados de mejores.
\nMirando en lontananza, desciframos que: ni somos nacionalistas, salvo modestas excepciones, ni colocamos todav\u00eda la bandera yanqui. Pero nos batimos a duelo en ese puente de las divergencias y distracciones impuestas desde afuera, cual si fu\u00e9semos irreconciliables sujetos belicosos ciento por cien.
\nEn ese marco de referencia, solemos ver encrucijadas muy opulentas, desgastantes y duraderas, demasiado extensas para ser sinceros. Con vertientes de opini\u00f3n irreductibles y radicalizadas. Donde el otro, que ve las cosas distintas, recibe el mote de \u201cidiota \u00fatil\u201d o de \u201csalvaje indigno\u201d.
\nEl criterio adoptado por cada individuo o por cada vector, ante el argumento del aborto legal, va por tal carril divisorio y puntilloso. Y, no hemos de olvidar por caso lo que acaeci\u00f3 con la Ley de Matrimonio igualitario. Una agenda sorpresiva en su momento, basada en todo un andamiaje medi\u00e1tico y pol\u00edtico que sembr\u00f2 las tesituras en escaso margen de semanas, hasta su ruidosa aplicaci\u00f3n.
\nNo era una crisis la impulsora. Ni siquiera un canto exigente de la gran mayor\u00eda de los argentinos. Fue un min\u00fasculo sector el profeta, el vocero de una idea fuerza que, oh casualidad, ven\u00eca en auge desde el n\u00facleo externo.
\nEn tal sentido, en Holanda en el 2001, Espa\u00f1a en 2005, Noruega en 2008, Argentina en 2011 y Ecuador all\u00e0 por el 2019, apoyaron la aprobaci\u00f3n de la Ley correspondiente. Nos topamos con una llamativa n\u00f2mina de 29 pa\u00ecses que en tan solo 20 a\u00f1os, le dieron el prometedor aval a tal \u201causpicioso proyecto\u201d.
\nLas presiones internacionales se dan. Quiera uno interpretarlo o no. La tozudez ante lo tan palpable, s\u00ec podemos catalogarla, sin \u00e0nimo de ofender, como estupidez o absoluta necedad.
\nNo las representa ning\u00fan Gobierno en particular a estas directrices; mas sabemos de d\u00f2nde viene el tiro. El enmascaramiento suele darse por el lado sutil de las organizaciones sociales u Ongs muy valiosas supuestamente. El prestigio de los nombres de estas asociaciones, opera como excelente pantalla, encubriendo los verdaderos prop\u00f3sitos de las mismas. O, dimensionando en ellas, lo que anhela y planea el Imperio para la humanidad.
\nLa instalaci\u00f3n intempestiva y atemporal, cual otra vuelta de tuerca m\u00e0s, de la controversial normativa por el aborto legal en esta zona del mundo, redunda en graficar a la perfecci\u00f3n lo esbozado hasta aqu\u00ed en esta columna de pensamiento.
\nSe anota, como es factible apreciar, dentro de otra cadena de p\u00e8rdidas de los valores tradicionales mantenidos y de la cultura normalmente adoptada en esta naci\u00f3n que, repito, no es del todo independiente y \u00bflo ser\u00e1 alguna vez?
\nLa imparcialidad no es bien recepcionada. Es \u00f2ptimo tomar partido y repudiar la otra orilla. Pero ni \u201cverdes\u201d, ni \u201ccelestes\u201d son dioses perfectos. Cuentan con defectos e inclusive, con cosas en com\u00fan, fuera por cierto, del aborto s\u00ec o no.
\nEl aborto se esgrime como la excusa c\u00f3mplice ideal. El objetivo en las sombras late con su mensaje: enfrentar a la gente y convencer a la mayor cantidad posible de los caprichos for\u00e1neos. Hacer tambalear la cuerda del puente en que nos situamos y, lograr que la sociedad crea sin chistar, lo que le viene ya elaborado y envasado. Enlatado.
\nUna estrepitosa cadena de desvalorizaci\u00f3n cultural y de la idiosincrasia argentina. Facilitada por los \u201ccomprados\u201d de cada etapa y por los que no sienten ning\u00fan afecto por aquellas actitudes que mencionan conceptos ligados a la moral bien entendida, no a la falsa moralina, y a los predicamentos de libertad ideol\u00f3gica y de toda \u00edndole.
\nEn un territorio, entonces, sin nacionalismo ni amor al suelo que se pisa, los condimentos para atrapar incautos funcionan de diez.
\nPor Mario Delgado.- <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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