En este endemoniado contexto del virus Covid 19, se pueden plantear diversos escenarios que modifican los est\u00e1ndares previos de la convivencia humana. Uno de ellos, lamentable es admitirlo, se inscribe dentro de un incre\u00edble proceso de estigmatizaci\u00f3n de efectores de la salud, l\u00f3gicamente expuestos de continuo al contacto con sospechados o directamente contagiados del Coronavirus. (El 14 % de los hasta ahora, reconocidos como contagiados en este pa\u00eds, son m\u00e9dicos).<\/p>\n\n\n\n

Actitudes de compleja ambivalencia se pueden observar entonces, mis amigos. Por un lado los aplausos diarios desde casas y balcones a quienes brindan su tiempo y sabidur\u00eda para dar salud a otros. Pero muy detestable resulta, en otro \u00e1ngulo del peri\u00f3dico, divisar los comportamientos cargados de incomprensi\u00f3n y odio que se centran en los guardapolvos blancos. <\/p>\n\n\n\n

Tal vez los carteles o escraches a doctores y enfermos, comiencen a ser una triste postal en un paneo de los irredentos que no entienden ni valoran nada. Porque est\u00e1 hoy en juego la estimulaci\u00f3n, la apreciaci\u00f3n colectiva de acciones y gestos tendientes a ayudar y aplacar el dolor y la angustia de los pacientes y familiares. No es tiempo de agresiones o discusiones est\u00e9riles. <\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, en el cenit de la locura sin par, una m\u00e9dica, Jefa del \u00e1rea de Terapia Intensiva del Hospital \u201cVera Barrios\u201d, en la Provincia de La Rioja, la doctora Claudia Salguero, fue v\u00edctima de un hecho repudiable al sumo. <\/p>\n\n\n\n

Concretamente, hace apenas horas atr\u00e1s, alguien o algunos antisociales le prendieron fuego al veh\u00edculo en el que ella habitualmente se trasladaba, y que se hallaba estacionado al frente de la casa de su hija. <\/p>\n\n\n\n

Ruidos extra\u00f1os y murmullos raros, despertaron a la familia. Y el fuego hac\u00eda ya su innoble tarea. Como para despejar cualquier duda, una nota rezaba: \u201cChaves ratas infestadas v\u00e1yanse\u201d. <\/p>\n\n\n\n

\u201cRatas infestadas\u201d, as\u00ed con bronca y obligando a la reflexi\u00f3n. La p\u00e9rdida material no constri\u00f1e ni obliga a retroceder. \u201cEs un barrio de jardines, tranquilo. Ac\u00e1 me conocen todos\u201d, dir\u00e1 la profesional de la medicina en el foco de la tormenta medi\u00e1tica desatada por la magnitud del caso.<\/p>\n\n\n\n

\u201cAmo la medicina\u201d, sostendr\u00e1 desde lo profundo del juramento hipocr\u00e1tico. \u201cNo voy a dejar de hacer lo que hago\u201d, subrayar\u00e1 la se\u00f1ora, contagiada del virus coronado en su trabajo de cada jornada. <\/p>\n\n\n\n

Tal vez por miedo. Tal vez por mal informados. O quiz\u00e1 tan solo por mal paridos, le quemaron su camioneta y la instaron a irse del lugar. Porque en estos momentos, es factible contabilizar personeros del mal, dispuestos a dividir a\u00fan m\u00e1s a la sociedad. <\/p>\n\n\n\n

Por tal motivo, hemos de movernos con precauci\u00f3n y cuidado. Es verdad que los miembros de la salud son una franja de riesgo por su labor en s\u00ed, pero cuidado, a no salirnos del carril ni con palabras ni con hechos. <\/p>\n\n\n\n

Por Mario Delgado.- <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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