La multitud arremeti\u00f3 contra el presidente de facto, el Teniente General Leopoldo Galtieri, en aquel 27 de marzo de 1982. Eran los \u00faltimos coletazos de la Dictadura del \u201cProceso de Reorganizaci\u00f3n Nacional\u201d y la poblaci\u00f3n argentina se ven\u00eda hartando de tanta demencia.\u00a0<\/p>\n\n\n\n

Sin embargo, vale tener buena memoria, mis amigos, y poner en relieve un giro, un virtual cambio de actitud de casi un mill\u00f3n de almas que, pocos d\u00edas despu\u00e9s, salieron a la calle a aplaudir un gesto tremendo del mismo hombre que, muchos de ellos, hab\u00edan puteado literalmente. <\/p>\n\n\n\n

Es que, entre whisky y delirios de poder, el militar desde su sill\u00f3n de mando usurpado, hab\u00eda decidido acudir a un recurso extremo: iniciar una guerra abierta contra la Gran Breta\u00f1a por la posesi\u00f3n de las sure\u00f1as Islas Malvinas. <\/p>\n\n\n\n

Entonces la patria se visti\u00f3 de ambivalencia total. Por un lado, surgi\u00f3 de la nada, un pretendido sentimiento de amor \u00fanico a la nuestro, a lo nacional. Y, por otro, pese a las circunstancias tan pendulares, continuaron los bailes y la juerga habitual. En el extremo del territorio, se debat\u00edan soldados argentinos. <\/p>\n\n\n\n

Campa\u00f1as para ayudar a los combatientes e informaciones barnizadas de sensacionalismo, fueron moneda corriente. En las remotas islas, gente mor\u00eda de hambre, de fr\u00edo o por balazos certeros. <\/p>\n\n\n\n

Toque de queda y vida en movimiento, por estos lados. Militares y curas daban su visi\u00f3n. Fotos de aviones y helic\u00f3pteros derribados sembraron la semilla, imitando el tablero de un partido de f\u00fatbol.  \u201cVamos ganando\u201d, dec\u00edan algunas revistas que, incluso, contabilizaban p\u00e9rdidas y ganancias como si fuese insisto, un cotejo deportivo. <\/p>\n\n\n\n

Entre abril y mediados de junio, 649 compatriotas se fueron al cielo. Se hablar\u00eda luego de otros m\u00e1s muertos en tierra a\u00fan. Reivindicaci\u00f3n todav\u00eda pendiente, si verdaderamente fue as\u00ed. <\/p>\n\n\n\n

Las sombras de las contradicciones y los yerros de estrategia, debilitaron la euforia de un pa\u00eds que s\u00f3lo consum\u00eda productos \u201cMade in Argentina\u201d. En las radios sonaban los cantores nacionales y era mala palabra lo extranjero. Lo anglo saj\u00f3n, por sobre todo, claro. <\/p>\n\n\n\n

Los d\u00edas transcurrieron y las \u00ednfulas del r\u00e9gimen se desvanec\u00edan. No \u00edbamos triunfando y las mentiras se filtraban entre un pueblo decepcionado. Y la verdad se abri\u00f3 camino, felicitando a los aut\u00e9nticos h\u00e9roes y dejando de lado a bur\u00f3cratas y cobardes. <\/p>\n\n\n\n

\u201cGaltieri, borracho, mand\u00e1s matar muchachos\u201d, grit\u00f3 la muchedumbre en todos lados. Y fue el fin de un cuento. No quita, empero, el m\u00e9rito de soldados y militares valientes que se la jugaron en un conflicto complejizado desde su g\u00e9nesis. <\/p>\n\n\n\n

Las Malvinas son nuestras. Los muertos y vivos que lucharon, tambi\u00e9n. Aunque se los meti\u00f3, terminada la contienda, en un frezeer. Despojados de toda gloria y honor. Galtieri vol\u00f3 al poco andar y hubo elecciones libres un a\u00f1o y fracci\u00f3n m\u00e1s adelante. <\/p>\n\n\n\n

Entre sue\u00f1os y an\u00e9cdotas, llegamos a 38 temporadas de aquella gesta \u00fanica. Una pena que sigue doliendo en el coraz\u00f3n. Muchos de los que pelearon, se suicidaron con el devenir de los tiempos. V\u00edvidas im\u00e1genes terribles en sus retinas. Otros han sobrellevado la cruz y se han fortalecido en el afecto de los suyos. Les debemos a todos un aplauso gigante. <\/p>\n\n\n\n

Un pa\u00eds no acostumbrado a guerras, en estos siglos nuestros, perdi\u00f3 una. El exitismo tambi\u00e9n cuenta en estas lides, c\u00f3mo no. <\/p>\n\n\n\n

\u00a1Gloria y honor por Malvinas!<\/p>\n\n\n\n

Por Mario Delgado.- <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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