Los aspectos intr\u00ednsecos de la inseguridad siempre han tenido diversas derivaciones. Con cambios de Comisarios incluidos. Aunque, en cierta forma, puede todav\u00eda sorprender un poco cuando estas variaciones se producen.<\/p>\n\n\n\n

El caso concreto del traslado del se\u00f1or Comisario Inspector Carlos Rold\u00e1n, es paradigm\u00e1tico en un contexto de atracos muy sugerentes. Y, sobre llovido mojado: hab\u00eda se\u00f1alado la necesidad de una predisposici\u00f3n completa de la Justicia y un aumento de cuadr\u00edculas en el distrito Olavarr\u00eda. <\/p>\n\n\n\n

Completando ese hilo conductivo, puso su gesti\u00f3n al servicio de la gente, abri\u00e9ndose a reuniones vecinales y todo este combo ha durado dos a\u00f1os. Un cargo muy vol\u00e1til que requiere tambi\u00e9n se comprende, de un aval pol\u00edtico.<\/p>\n\n\n\n

El piso parec\u00eda estar firme, en un trabajo en com\u00fan con la Comuna en m\u00e1s de una oportunidad, propiciando \u201cOjos en Alerta\u201d, por citar un claro ejemplo de unidad de acci\u00f3n. <\/p>\n\n\n\n

Sin embargo las \u00faltimas semanas fueron cruciales. Por un lado, la paternidad atra\u00eda singularmente la atenci\u00f3n del uniformado funcionario azule\u00f1o que, es l\u00f3gico interpretar, ten\u00eda y tiene su coraz\u00f3n puesto en su hogar y familia. <\/p>\n\n\n\n

Entonces deseaba un acercamiento con su entorno afectivo. Pero, al mismo tiempo, consciente de la demanda social de seguridad, opt\u00f3 por dar un paso gigantesco y avezado: cit\u00f3 por su cuenta y orden a Jefes policiales, fiscales y al referente Municipal del \u00e1rea en la media ma\u00f1ana de un d\u00eda determinado y les habl\u00f3 de la situaci\u00f3n. Plant\u00f3 bandera y solicit\u00f3 m\u00e1s cuadr\u00edculas y m\u00e1s efectivos y m\u00e1s actitud de la se\u00f1ora Justicia. M\u00e1s prontitud en sus actos y menos liberaci\u00f3n r\u00e1pida de aprehendidos. <\/p>\n\n\n\n

Tal discurso iba en consonancia con el grito ahogado por ahora de un pueblo demasiado quieto. Mientras los sones del delito violento no cesaban en su repiqueteo. Y el temor de un hecho fatal danzando. <\/p>\n\n\n\n

El reclamo del servidor del orden cay\u00f3 de maravillas en la ciudadan\u00eda com\u00fan, en el vecino que ha sido v\u00edctima o ha contemplado de alguna manera, el siniestro avance de asaltos y robos muy violentos.  <\/p>\n\n\n\n

No se trataba de algo tra\u00eddo de los pelos. De algo forjado en lo inveros\u00edmil. Era un reflejo claro de la cotidianeidad. Y caus\u00f3 sensaci\u00f3n a su vez esa reuni\u00f3n cumbre, porque tal encuentro fue una iniciativa del propio Jefe de la Distrital; no de otra persona o sector. <\/p>\n\n\n\n

Entonces el hacha empez\u00f3 su curso de poda. A las pocas horas nom\u00e1s, se agitaron fantasmas y rumores y sujetos de p\u00e9sima cala\u00f1a vieron de nuevo la luz de la libertad, luego de un proceder exhaustivo de investigaci\u00f3n y captura policial. Era una demostraci\u00f3n clave de poder, de poner en la mesa la autoridad por sobre el sentido com\u00fan. Lo leguleyo por encima de la tranquilidad social. <\/p>\n\n\n\n

El precio lo empezaba a abonar en tristes cuotas Rold\u00e1n. Fue una aut\u00e9ntica cachetada. Burla elocuente y sistem\u00e1tica que lo dej\u00f3 de cara a la puerta de salida de su gesti\u00f3n en esta ciudad. <\/p>\n\n\n\n

En soledad se qued\u00f3 el hombre. Su gesto de mostrar la necesidad de un cambio convincente, no tuvo el acompa\u00f1amiento que debi\u00f3. Ni colegas ni civiles abrieron la boca ante las fauces del le\u00f3n. El sacrificio hab\u00eda de confluir en un traslado medianamente maquillado. <\/p>\n\n\n\n

M\u00e1s all\u00e1 de yerros y de pecados de la Polic\u00eda, lo expresado por Rold\u00e1n cal\u00f3 hondo y toc\u00f3 fibras \u00edntimas. Pero nadie se dio por enterado, al parecer, de que la gente est\u00e1 harta de las lacras que entran y salen tan f\u00e1cilmente. O, a lo mejor, en rigor de verdad, estas mansas ovejas no se han cansado lo suficiente a\u00fan. O se han acostumbrado al pisot\u00f3n de los hampones. <\/p>\n\n\n\n

Por Mario Delgado.- <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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