Mayra Arena tiene 25 a\u00f1os, un hijo de 10 y un pasado doloroso de su infancia en Villa Caracol, que decidi\u00f3 contar en las redes bajo el t\u00edtulo \u201cEl beneficio de ser pobres\u201d.<\/p>\n

Con una publicaci\u00f3n en Facebook que tiene m\u00e1s de 28.000 compartidas y m\u00e1s de 30.000 reacciones, Mayra explica la diferencia entre ser pobre y ser marginal a partir de su experiencia de vida.<\/p>\n

\u201cEn el mundo nuestro, el de los pobres, hay una naturalizaci\u00f3n de ciertos aspectos de la vida que la gente de clase media nunca va a terminar de entender\u201d, le explic\u00f3 la bahiense a Infobae.<\/p>\n

Ac\u00e1, el texto completo<\/strong>
\nEl beneficio de ser pobres<\/strong>
\nMi vieja es una mina marginal. Toda la vida vivi\u00f3 fuera del sistema y ah\u00ed quedar\u00e1. Por un problema que tuvo al nacer, es muy peque\u00f1a: no lleg\u00f3 nunca al metro cincuenta, y por los muchos embarazos que tuvo ya se le cayeron varios dientes. Tiene 41, pero la falta de dientes sumada a su escasa estatura y marcada delgadez, hacen que aparente mil a\u00f1os m\u00e1s.<\/em><\/p>\n

Mi vieja dej\u00f3 la escuela porque era al pedo. Vos le explic\u00e1s algo y no lo entiende. Incluso las cosas m\u00e1s simples, se las ten\u00e9s que explicar despacio, varias veces. Si quer\u00e9s ense\u00f1arle a ir al chino de la vuelta lo mejor es acompa\u00f1arla y que vaya, porque si le explic\u00e1s el camino, no entiende. Mi vieja nunca prendi\u00f3 una computadora, ni la va a prender. Apenas sabe leer y escribir, y cuando digo \u201capenas\u201d quiero decir, escribe como el orto y cuando lee no le queda nada. Tiene que leer algo simple varias veces para que le quede. A veces nos pide ayuda a las hijas grandes, y hay que explicarle despacio y con palabras claras, sino no entiende.<\/em><\/p>\n

Mi vieja no labur\u00f3 nunca, no se desenvuelve. Siempre que intent\u00f3 tuvo laburos muy malos, porque a los buenos, no pudo ni podr\u00e1 acceder nunca. Siempre limpiando, cada vez que le consegu\u00edamos un trabajo la echaban al poco tiempo: la gente no le tiene paciencia porque vos le explic\u00e1s y no entiende. Mi vieja nunca aspir\u00f3 a tener nada, siempre sinti\u00f3 que hay cosas que simplemente no eran para ella. Siempre sinti\u00f3 que ciertas cosas \u201cson cosas de ricos\u201d incluso cosas mucho m\u00e1s sencillas de las que piensan. Mi vieja tuvo varios hijos, todos de distintos hombres. En el hospital le explicaban que no tuviera m\u00e1s, que ten\u00eda que cuidarse, pero ella no entiende. Nosotros llevamos el apellido de ella y salvo el m\u00e1s chico, ninguno conoci\u00f3 a su respectivo padre.<\/em><\/p>\n

Mi hermana Gisella Marisol y yo, tuvimos el beneficio de ser pobres. De pibas, mi vieja marginal nos mandaba a pedir todos los d\u00edas. \u00cdbamos a las panader\u00edas porque son los que mejores cosas dan, y con lo que volv\u00edamos se cenaba. Mate cocido con lo que hubiera. Cuando no nos daban las del barrio, nos \u00edbamos abriendo cada vez m\u00e1s hasta llegar a las del centro. Por eso nunca compart\u00ed la filosof\u00eda de no darle monedita al nene que pide: lo \u00fanico que logr\u00e1s es que tenga que caminar m\u00e1s, porque ese pibe no va a volver a la casa con las manos vac\u00edas. Ten\u00edamos hermanos m\u00e1s chicos, pero no quedaban en casa, sal\u00edamos todos juntos porque a los m\u00e1s chicos siempre les dan m\u00e1s. Entonces sal\u00eda mi vieja con nosotros y mi vieja se quedaba afuera y nosotros \u00edbamos al negocio y ped\u00edamos. Cuando \u00edbamos con mi hermanito, la cosa era bastante r\u00e1pida porque era muy chiquito y la gente siempre te da lo que puede. Mi vieja no entraba porque a los grandes no les dan casi nunca nada. Hay lugares que igual nunca dan nada y lugares que siempre te dan aunque sea un pancito. La cosa es que siempre volv\u00edamos con algo para acompa\u00f1ar el mate cocido.<\/em><\/p>\n

Mi abuela estaba apenitas mejor que nosotros porque laburaba limpiando. No ten\u00edamos a nadie que trabaje excepto ella, entonces lo poco que sab\u00edamos de trabajo era que era horrible: las patronas eran malas y siempre le hac\u00edan cosas horribles, le pagaban menos de lo que le promet\u00edan y se hac\u00edan las desentendidas. A veces se iban un mes a Europa y ese mes la dejaban totalmente en banda. Cuando trabajaba, no le pagaban casi nada, incluso nosotras pidiendo en la panader\u00eda, a veces consegu\u00edamos cosas que ella no pod\u00eda comprar ni ahorrando.<\/em><\/p>\n

Nuestra casa era un cuadrado con un ba\u00f1o en la \u00e9poca que mi abuela pod\u00eda pagar alquiler, pero cuando mi vieja se pele\u00f3 con mi abuela nos mudamos a una piecita sin ba\u00f1o en Pampa Central. Las necesidades se hac\u00edan en un balde y la comida del mediod\u00eda nos la daba un comedor que daba comidas riqu\u00edsimas, polenta, guiso, tallarines. A veces hasta hab\u00eda postre, una naranja o un flancito. A la tarde tom\u00e1bamos la leche en una iglesia en frente de casa y en esa \u00e9poca mi vieja empez\u00f3 a cobrar una cosa que se llamaba jefes y jefas y eran 150 pesos por mes. Siempre que cobraba, los veintipico de cada mes, com\u00edamos un yogur cada uno y para nosotros era la gloria.<\/em><\/p>\n

De piba, cuando sos pobre, lo que te salva de la marginalidad es creer. Creer que alg\u00fan d\u00eda vas a tener todo eso que quer\u00e9s tener. Cuando conoc\u00e9s grandes que no son pobres y que te preguntan qu\u00e9 vas a ser cuando seas grande, empez\u00e1s a so\u00f1ar un poco. Todos los grandes te dicen todo el tiempo que no dejes la escuela, que estudies mucho. Nosotras, mi hermana y yo, conocimos un grande en particular que fue significativamente importante para nosotras: Marcelo General. Seguramente no lo conozcan, no era m\u00e1s que un vecino nuestro. \u00c9l y su adorada esposa siempre nos invitaban a su casa a jugar con su hijita, a pesar de que nosotras no ten\u00edamos juguetes ni nada para llevar. Ellos ten\u00edan cosas que nosotras no hab\u00edamos tenido ni visto jam\u00e1s. La casa de ellos era una mansi\u00f3n, aunque ahora que lo pienso no era m\u00e1s que una casa con comedor y un par de dormitorios. Pero nosotras ah\u00ed adentro est\u00e1bamos en nuestra salsa. Mi hermanita jugaba con todos los juguetes de la nena, yo siempre ped\u00eda pasar al ba\u00f1o porque era espectacular: ten\u00eda un espejo gigante y papel higi\u00e9nico de esos con dibujitos y los puntitos para cortarlo derechito. Cuando sos pobre, la riqueza se mide en esas cositas. Ellos eran ricos. Todos los d\u00edas la acompa\u00f1\u00e1bamos a la cooperativa y ella nos dejaba elegir el yogur que quisi\u00e9ramos. Todos los d\u00edas le pregunt\u00e1bamos de hasta qu\u00e9 precio pod\u00edamos agarrar, y ella nos dec\u00eda que de cualquier precio, que agarr\u00e1ramos el que m\u00e1s nos guste. Definitivamente eran ricos.<\/em><\/p>\n

La mam\u00e1 de la nena nos contaba que el marido a veces se levantaba a las 4, o sea, trabajaba desde muy temprano. El hombre era muy bueno, siempre hac\u00eda chistes y miraba la tele. A veces nos daban hielo para tomar agua fresca en casa, porque nosotras no ten\u00edamos heladera, pero solo a veces porque otra vecina de la esquina, Silvia, tambi\u00e9n nos daba hielo siempre. Hay vecinos que te ayudan much\u00edsimo.<\/em>
\n Marcelo y Claudia, su esposa, siempre nos dec\u00edan que fu\u00e9ramos a la escuela. Una Navidad nos dijeron que hab\u00eda venido Pap\u00e1 Noel pero nosotras ya sab\u00edamos que hab\u00edan sido ellos. Los regalos, mi hermana todav\u00eda los tiene guardados. As\u00ed de valioso es todo cuando sos pobre.<\/em><\/p>\n

En la escuela, tambi\u00e9n \u00e9ramos pobres, no marginales. No ten\u00edamos las cosas que ten\u00edan todos, a mi hermana incluso una maestra no le correg\u00eda las tareas porque no llevaba cuaderno tapa dura. Siempre la retaban por no llevar las cosas que ped\u00edan y ella siempre lloraba. Pero \u00e9ramos muy estudiosas, ten\u00edamos esa ventaja. Era una escuela p\u00fablica, los pobres \u00e9ramos nosotros y los ricos eran los que se compraban alfajores en el recreo, ten\u00edan mochila con carrito y cartucheras de dos pisos. Todos los grandes que conoc\u00edamos nos dec\u00edan que si estudi\u00e1bamos nos iba a ir bien, y nosotras lo cre\u00edamos de verdad. Mi hermana no ten\u00eda la cartulina que ped\u00edan, pero jam\u00e1s se olvidaba de hacer los deberes. Hubo una asistente social que nos ayud\u00f3 much\u00edsimo y que siempre nos daba mercader\u00eda, lo hac\u00eda delante de todos y eso nos daba verg\u00fcenza, por eso mi hermana era medio t\u00edmida. No lo hac\u00eda de mala porque era buen\u00edsima, yo creo que no se daba cuenta que es feo que te den mercader\u00eda cuando a nadie le dan, en el aula todos te quedan mirando adem\u00e1s. Hubo un invierno en que ten\u00edamos una sola campera buena, la violeta, asique iba unos d\u00edas mi hermana y unos d\u00edas yo. Yo dec\u00eda que nunca ten\u00eda fr\u00edo e iba igual pero despu\u00e9s me recagaba enfermando entonces era mejor as\u00ed. Mi hermana odiaba faltar porque despu\u00e9s no entend\u00eda las cosas. Asique yo faltaba mucho. Mucho. Pero en casa hab\u00eda varios libros y los le\u00eda, una y otra vez. Yo sab\u00eda que estudiando me iba a ir mejor, eso me dec\u00edan todos.<\/em><\/p>\n

\u00c9ramos pobres, no marginales. No quer\u00edamos dejar la escuela. Conoc\u00edamos gente que no era pobre y era gente que trabajaba y hab\u00eda estudiado, entonces por ah\u00ed ven\u00eda la mano.<\/em>
\n Pasaban los a\u00f1os, mi vieja segu\u00eda sin laburar. A veces se afanaba queso de un supermercado, lo sacaba entre la ropa o debajo de la axila. Una vez me afan\u00e9 un alfajor de un kiosko y me dijo que si lo volv\u00eda a hacer me iba a hacer pasar la verg\u00fcenza de mi vida: nunca m\u00e1s toqu\u00e9 nada. La verg\u00fcenza es a lo que m\u00e1s miedo le ten\u00e9s cuando sos chico, ni que te caguen a palos es tan fulero. No s\u00e9 c\u00f3mo explicarles lo que dese\u00e1s un alfajor o una milanesa. Los que pueden comerlo cuando quieren, para uno son ricos. Yo ya ten\u00eda como 12 a\u00f1os y no quer\u00eda salir m\u00e1s a pedir: me daba verg\u00fcenza. Y ah\u00ed ocurri\u00f3 algo que casi nos empuja a la marginalidad, pero con el tiempo zafamos.<\/em><\/p>\n

Mi vieja hab\u00eda tenido un marido golpeador, un alcoh\u00f3lico hasta los huesos que hab\u00eda vivido con ella cuando \u00e9ramos mocosas. De nuestros padrastros y otros horrores, no voy a hablar. Este tipo estaba preso hac\u00eda varios a\u00f1os, era el pap\u00e1 de mi hermanito, el \u00fanico que tuvo padre. Estaba por salir de la c\u00e1rcel y nosotras sab\u00edamos que mi vieja iba a volver con \u00e9l. Mi hermana, ante el terror de volver a sufrirlo, se fue a vivir con mi abuela y no volvi\u00f3. Ella ten\u00eda 9 a\u00f1os cuando lo decidi\u00f3, todo para no volver a ver a mi padrastro. Yo me qued\u00e9, porque qui\u00e9n iba a cuidar a mi vieja y a mi hermanito, si no yo. Sali\u00f3 mi padrastro de la c\u00e1rcel y me di cuenta de la triste realidad: yo no pod\u00eda contra \u00e9l. Entonces me met\u00ed de novia con un tipo 30 a\u00f1os mayor que yo y me pasaba todo el d\u00eda en la casa de \u00e9l. Lo importante era no volver a mi casa. Hasta que me tuve que ir definitivamente, a los 13. Confi\u00e9 que a mi hermanito no le iba a pasar nada porque era hijo, no hijastro.<\/em><\/p>\n

Dej\u00e9 la escuela porque si se descubr\u00eda mi relaci\u00f3n, mi pareja iba a terminar en la c\u00e1rcel y yo iba a ir a un colegio o con mi padrastro. No me hubiera arriesgado a eso por nada del mundo asique dej\u00e9 de estudiar y me alej\u00e9 de todo el que me conociera. Por supuesto, qued\u00e9 embarazada. Y como nadie te da laburo siendo una cr\u00eda de 14 a\u00f1os embarazada, yo me volv\u00ed, por un tiempo, marginal, no pobre. Ya no pod\u00eda estudiar porque eso era un peligro para el pap\u00e1 de mi hijo, y nadie me daba trabajo porque\u2026 era menor y ten\u00eda un hijo. De nuevo y siempre, los vecinos me ayudaron mucho. Ya no eran los mismos vecinos porque yo viv\u00eda m\u00e1s abajo, pero ac\u00e1 tambi\u00e9n me ayudaron, y no saben cu\u00e1nto. Mi hermana segu\u00eda siendo pobre, siempre estudiando, siempre esperanzada de salir adelante.<\/em><\/p>\n

Pasaba el tiempo, viv\u00edamos como pod\u00edamos y yo acced\u00eda a los laburos que te dan cuando sos menor. Vend\u00eda perfumes en la calle, puerta a puerta o hac\u00eda campa\u00f1a de socios para alg\u00fan hogar, esos que te pagan el 10 por ciento de lo que recaud\u00e1s. No exist\u00eda la asignaci\u00f3n y para todos los planes existentes, yo era menor. Todo me empujaba a ser marginal, porque ni siquiera pod\u00eda acceder a los laburos o planes de pobres. A los 15 hice un curso de peluquer\u00eda, pero en esa \u00e9poca no exist\u00eda internet y era muy dif\u00edcil ir haci\u00e9ndote conocido en un oficio. Adem\u00e1s yo ten\u00eda 15 y se me notaba en la cara, nadie se iba a dejar cortar el pelo por m\u00ed. A los 16 ment\u00ed diciendo que ten\u00eda 19 y acced\u00ed a mi primer laburo con sueldo mensual: ten\u00eda que cuidar a un abuelo hemipl\u00e9jico. \u00a1De nuevo pobre! Ya no marginal. Es abismal la diferencia. Cobraba un sueldo por mes que no era m\u00e1s que un sueldito, pero pod\u00eda comprar comida y cositas para mi hijito. Mi abuela me hab\u00eda regalado un lavarropas autom\u00e1tico que le regal\u00f3 una patrona, ese lavarropas lo vendimos y lo cambiamos por unas garrafas, y esas garrafas las vendimos y juntamos dos mil pesos. Con eso compramos el ranchito que se ve en la foto. Dos mil pesos nos cost\u00f3, un rancho de chapa con piso de tierra, y est\u00e1bamos en la gloria. Tiempo despu\u00e9s las cosas no anduvieron con el pap\u00e1 de mi hijo, la verdad es que yo hac\u00eda rato no lo quer\u00eda m\u00e1s. Entonces me fui con mi nene y de ah\u00ed en m\u00e1s cuidamos viejitos siendo cama adentro, o cuid\u00e1bamos alguna abuela de noche y yo de d\u00eda trabajaba de otras cosas. Entonces ten\u00edamos casa, comida y un peque\u00f1o sueldo. A los 21 a\u00f1os aprend\u00ed un oficio y gracias a internet y la facilidad de promocionar tu laburo gratis, pude laburar menos horas durante el d\u00eda y empezar a estudiar. Pobres, no marginales.<\/em><\/p>\n

Los a\u00f1os de laburo siendo joven, estudiante y pobre, son dur\u00edsimos. No es nada f\u00e1cil este ambiente, se vive siempre al d\u00eda, y muchas veces te gast\u00e1s los \u00faltimos veinte pesos que ten\u00e9s en fotocopias del curr\u00edculum, vas al centro caminando para no gastar en boleto y uno tras otro te dicen que lo dej\u00e9s, que despu\u00e9s te llaman. Los d\u00edas se hacen eternos cuando nadie llama. Pero la diferencia crucial entre nosotras y mi vieja es que, nosotras ten\u00edamos la esperanza de que alguien iba a llamar. Todos los d\u00edas sal\u00eds a patear esperanzada, deseando que alguien te diga \u201cvenite el lunes a primera hora\u201d. Y tarde o temprano ese d\u00eda llega.<\/em><\/p>\n

Mi hermana empez\u00f3 laburando a los 16 para un tipo que le pagaba \u201cseg\u00fan como trabajara ese d\u00eda\u201d o sea, le pagaba lo que se le cantaban las pelotas. Como es mucho m\u00e1s desenvuelta que mi vieja no s\u00f3lo no pierde los laburos, sino que tiene cada vez m\u00e1s. Alquila un departamentito y labura todo el d\u00eda para poder pagar su alquiler y comer. Yo la he visto llorar de cansancio y frustraci\u00f3n, pero como todo pobre, al otro d\u00eda se levanta y sale a ganarse el mango igual. Adem\u00e1s estudia, cuando sos pobre siempre te dicen que estudiar es la salida y vos lo cre\u00e9s. Ya le falta poco para ser maestra, cagate de risa. Capaz hasta se cruza con la que no le correg\u00eda las cosas por llevar esos cuadernos que te daba el gobierno que si borrabas dos veces se transparentaba la hoja. And\u00e1 a saber.<\/em><\/p>\n

Mi vieja sigue siendo marginal. Tiene un solo laburo de limpieza hace algo de un a\u00f1o y nunca sabemos cu\u00e1nto le va a durar. Ya pas\u00f3 los 40 y es muy joven como para jubilarse, pero grande como para encontrar un laburo fijo. Gracias a la asignaci\u00f3n que cobra de los dos m\u00e1s chicos, sumada al laburito, la miseria no es tan espantosa como la de mi infancia en los 90. Las hermanas m\u00e1s grandes nos independizamos hace ya mucho, entonces ayudamos a los m\u00e1s chicos. Ellos no tienen la vida que nosotros, no salen a pedir y pueden ir al colegio con \u00fatiles comprados, no esos l\u00e1pices de porquer\u00eda que a nosotros nos daba el gobierno y que los pasabas por la hoja y no pintaban. Siempre hay que darle una mano a mi vieja con los tr\u00e1mites de la asignaci\u00f3n, porque a ella le explican, pero no entiende.<\/em><\/p>\n

Cuando sos marginal, como mi vieja, acept\u00e1s que tu \u00fanico futuro es la pobreza. No te interesa tener nada porque est\u00e1s segur\u00edsimo de que nunca vas a poder tener nada. A los ricos los mir\u00e1s con bronca, son unos miserables que no te dan nada, ni trabajo. A mi vieja nunca le dieron ni trabajo. En cambio, cuando sos pobre, lo que te salva de caer en la marginalidad, es la esperanza de salir de esa pobreza. Es muy dificultoso, porque labures de lo que labures, empez\u00e1s ganando muy poco, y ten\u00e9s muchas, pero muchas necesidades para cubrir. Adem\u00e1s, siempre ten\u00e9s en la familia alguien que est\u00e1 peor, y ayud\u00e1s. En lo poco que pod\u00e9s ayud\u00e1s. Entonces todo crecimiento se hace m\u00e1s lento, porque le compr\u00e1s zapatillas a tu nene, pero no pod\u00e9s dejar de comprarle a tu hermanita. Y mi hermana vuelve a cenar el mate cocido con un mignoncito, para comprarle una campera buena a la m\u00e1s chica. Entonces sos sost\u00e9n tuyo y de tu familia, porque sos pobre, pero tu vieja es marginal y sab\u00e9s que no va a conseguir laburo. Ni siquiera uno de limpieza como el de mi hermana, o en geriatr\u00eda, como yo.<\/em><\/p>\n

No es lo mismo ser marginal que ser pobre: el mundo es de un color distinto. Cuando sos pobre sent\u00eds, sab\u00e9s, la gente te dice constantemente que si te esforz\u00e1s mucho vas a salir adelante. Mi vieja es marginal, no espera nada del mundo. Sabe, siente, percibe que el mundo es de los otros. Tiene una capacidad cognitiva baj\u00edsima y tiene mal aspecto: la gente no le dice nada y si le dijeran, no entiende.<\/em><\/p>\n

Cuando sos pobre y ven\u00eds de familia pobre, no marginal, aunque no lo creas ya ten\u00e9s un mont\u00f3n de ventajas. Ten\u00e9s otra forma de ver la vida de entrada: son tus propios padres los que te dicen que con esfuerzo vas a lograrlo. Y sal\u00eds, por supuesto con much\u00edsimo esfuerzo, pero tarde o temprano sal\u00eds adelante. Con ganar un buen sueldo ya viv\u00eds mejor, cubr\u00eds tus necesidades y vas mejorando, poco a poco, tus posibilidades.<\/em><\/p>\n

Una vez le\u00ed, en esta carrera que estudio con la esperanza de descubrir c\u00f3mo hacer que los marginales puedan llegar a ser pobres y que los pobres dejen de serlo, una frase que me vol\u00f3 la cabeza. La frase dice \u201cla diferencia entre un marginal y un pobre es que el pobre tiene claro su lugar en el mundo\u201d. El que lo escribi\u00f3 lo hizo, claro, analizando desde afuera. Pero no le erra. El beneficio de ser pobres es que entend\u00e9s r\u00e1pido que ten\u00e9s que adaptarte al medio para sobrevivir. A un marginal como mi vieja, le expliques como le expliques, no lo entiende.<\/em><\/p>\n

Cuando los leo odiando a ciertos pibes porque sus padres o ustedes mismos fueron pobres y salieron adelante, no puedo ponerme a explicarles esto de que ser pobre es infinitamente menos malo que ser marginal. Es muy largo, es muy complejo, y adem\u00e1s no s\u00e9 si me van a querer escuchar. Por eso estudio ciencia pol\u00edtica y por eso estoy segura de que mi hermana estudia para maestra. Para poder explicarles mejor a los marginales, a los pobres y a los que no entienden por qu\u00e9 los pobres siguen siendo pobres. Igual sabemos que estudiemos lo que estudiemos hay gente que no nos va a querer escuchar. Hay gente que no es marginal, pero igual le explic\u00e1s, y no entiende.<\/em><\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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