El muchacho atraviesa una crisis existencial. Est\u00e1 literalmente en \u201cla lona\u201d, sin trabajo y sin dinero. Y sin demasiadas esperanzas.
\nSe borran las expectativas, cuando sal\u00eds \u201cfuera del sistema\u201d, y entr\u00e1s a depender de moment\u00e1neas caridades, y entonces te aisl\u00e1s.
\nHasta que, de pronto, la vida suele \u201ctirarte un pial\u201d. O, directamente una piedra. Depende el color del cristal, pues.
\nEl pibe en cuesti\u00f3n recibe la visita de un \u201camigote\u201d, como hubiese dicho mi padre, que le impulsa a levantarse de las cenizas y limpiarse del cilicio. Le ofrece un cigarrillo y un laburito \u201cf\u00e1cil y rentable\u201d al mismo tiempo. Algo que no requiere \u201ccapacitaci\u00f3n previa ni experiencia tampoco\u201d.
\nLa paga prometida es \u201cbuena en extremo\u201d. Triplica a cualquier sueldo modelo. As\u00ed que nuestro protagonista medita un tanto sorprendido y casi perplejo. La voz en los o\u00eddos contin\u00faa con el golpe de yunque: \u201cS\u00f3lo precis\u00e1s usar la moto. Yo vengo cada dos o tres d\u00edas y hacemos n\u00fameros, pero vos sac\u00e1s tu parte todos los d\u00edas\u201d. Y agreg\u00f3 contundente y tentador: \u201cLlev\u00e1 la cuenta del combustible y gastos de la moto y lo vamos compartiendo\u201d.
\nTensos pasan los minutos. Hondas bocanadas de humo son exhaladas, hasta que el ofrecimiento es aceptado. Cay\u00f3 \u201cel chivo en el lazo\u201d. Un abrazo \u201cfraternal\u201d sella el contrato de palabra. \u201cYa mismo empez\u00e1s, si quer\u00e9s\u201d, sugiere el \u201cempleador\u201d. Y as\u00ed sucede.
\nLe acerca una n\u00f3mina detallada de precios, discriminada por gramos y denominaci\u00f3n. \u201cTe dejo este celular\u201d indica, y le muestra el tel\u00e9fono con una serie extensa de contactos, con nombres de pila o apodos. \u201cTe van a llamar a \u00e9ste n\u00famero. Atend\u00e9 y vas a entregar la \u201cmercanc\u00eda\u201d a domicilio e inclusive, quiz\u00e1 te pidan por anticipado para dentro de unos d\u00edas. Anot\u00e1 todo\u201d.
\nY all\u00ed quedaron los envoltorios con la droga para ser remitida a los clientes. Una lluvia de llamados fue la canci\u00f3n que escuch\u00f3 nuestro protagonista en las semanas siguientes. Y su moto rug\u00eda por las calles de la comarca, yendo a indistintos barrios y llegando a variopintas personas. Desde la \u201c\u00e9lite\u201d hasta el m\u00e1s humilde. Desde el gasto exorbitante hasta la \u201ccompra\u201d m\u00e1s sencilla. Viento en popa iba el \u201cnegocio\u201d y los resultados eran abultados dividendos.
\nEra colocarse el morral, el casco y salir. A cualquier hora, con cualquier clima, sin importar feriados o d\u00edas festivos. La cosa era cumplir con los pedidos. Un perfecto \u201cdelivery\u201d. L\u00e1stima el contenido de sus env\u00edos, claro\u2026
\nUna noche de intenso movimiento, de interminables repartos, el \u201ccelu\u201d son\u00f3 a eso de las 23. Y all\u00e1 parti\u00f3 raudo el intermediario. Mas surgi\u00f3 un inconveniente impensado: un operativo policial de tr\u00e1nsito.
\nEl motociclista advierte los m\u00f3viles y recula, a prudente distancia, doblando en \u201cu\u201d. Los uniformados lo captan y lo interceptan algunos metros m\u00e1s adelante, cort\u00e1ndole la huida del \u201ctr\u00e1gico\u201d lugar.
\nUna revisi\u00f3n minuciosa del sujeto y su \u201ccarga\u201d da como consecuencia una incautaci\u00f3n de sus pertenencias y de la droga que llevaba consigo. La moto fue a dar arriba de una \u201cToyota Hilux\u201d policial, junto a su casco costoso. El resto de las cosas, a otro sitio, y \u00e9l de patitas a la Comisar\u00eda.
\nEjemplos de esta naturaleza, tenemos bastantes en nuestra ciudad. Con el plus de un aumento exponencial de consumidores que, cuando no tienen plata a mano, se convierten en rateros de cuarta o en indomables que no les interesa ni reconocen ni siquiera a su propia madre, convirti\u00e9ndose en aut\u00e9nticos \u201csacados\u201d, que golpean o da\u00f1an propiedades y muebles en busca del auxilio econ\u00f3mico que les facilite la adquisici\u00f3n de la dosis de \u201cfalopa\u201d.
\nPor Mario Delgado.- <\/p>\n","protected":false},"excerpt":{"rendered":"

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