En los paradis\u00edacos albores de la historia b\u00edblica, Dios siente la necesidad \u2013 obligaci\u00f3n de ejecutar con su voz de trueno, una pregunta esencial a sus criaturas humanas. Y traslada esa consulta a Ad\u00e1n, sintetizando un escueto y paradigm\u00e1tico tambi\u00e9n \u201c\u00bfD\u00f3nde est\u00e1s t\u00fa?\u201d<\/p>\n

El hundimiento de la relaci\u00f3n con la divinidad, llev\u00f3 a los habitantes ed\u00e9nicos a tener temor y ocultarse de la presencia del Ser Creador. De ah\u00ed, entonces, la interrogaci\u00f3n, que pasa por conocer la ubicaci\u00f3n f\u00edsica pero a su vez, el estadio espiritual de Eva y su consorte.<\/p>\n

El cuadro, simb\u00f3lico o real, es cautivante y nos plantea una similitud permanente, un anhelo de interrogantes que surgen aparejados a cada instante en una ajetreada vida cotidiana, miles de a\u00f1os despu\u00e9s de esa an\u00e9cdota\u00a0 del G\u00e9nesis 3:9.<\/p>\n

Porque bien sirve el paralelismo de aqu\u00e9l crucial segundo hist\u00f3rico primigenio, y su correspondiente aplicaci\u00f3n en la praxis del presente a\u00f1o electoral.<\/p>\n

Somos como sociedad, hacedores de distintas propuestas y de diversos personajes de la vern\u00e1cula pol\u00edtica. Especies de dioses, muchas veces s\u00f3lo consultados para votar, o algunos meses antes, como para ir \u201cdor\u00e1ndonos la p\u00edldora\u201d de la seducci\u00f3n.<\/p>\n

Somos art\u00edfices del sistema, aunque m\u00e1s de una ocasi\u00f3n, nos convence un tanto m\u00e1s, delegar en otros la funci\u00f3n de gobernar, legislar y, sobre todo, mis lectores, controlar la marcha del mundo que nos rodea.<\/p>\n

\u00bfCu\u00e1ntas oportunidades caemos en la telara\u00f1a facilista de se\u00f1alar la antigua y proverbial excusa: \u201cA m\u00ed la pol\u00edtica no me va\u201d? Y nos sentamos frente a la vidriera del bar c\u00e9ntrico con amigos a charlar de dos cuestiones urgentes: f\u00fatbol y mujeres. Que \u201cellos\u201d se ocupen del resto.<\/p>\n

Eso s\u00ed, para protestar o echar culpas, solemos ponernos de acuerdo con otros pretendidos indiferentes y hacemos pues la arenga consuetudinaria en aras de sentirnos parte de la realidad asfixiante.<\/p>\n

Sin embargo, mis valientes lectores, nuestra misi\u00f3n como due\u00f1os del rancho, debiera ser otra. Es otra, en rigor de verdad. Estamos para apuntalar las columnas, para sellar las grietas y para disponer con autoridad a quienes queremos que nos representen en los niveles, en los sitios del poder democr\u00e1tico.<\/p>\n

Por tal motivo, es imperioso preguntarnos, primero a nosotros mismos, con la diestra en el coraz\u00f3n latiendo, y luego a los postulantes que se dan a conocer por los partidos o frentes que competir\u00e1n el 13 de agosto y el 22 de octubre.<\/p>\n

\u201c\u00bfD\u00f3nde estoy?\u201d \u201c\u00bfQu\u00e9 tipo de ciudad, de sociedad, ans\u00edo?\u201d \u00bfMe coloco a la altura de las circunstancias, cada ma\u00f1ana, por m\u00ed, o por mis afectos?\u201d \u201c\u00bfVeo las rosas crecer solamente, o me preocupo por arrimarles un poco de l\u00edquido elemento?\u201d<\/p>\n

El rol del ciudadano es amplio y no se ha de limitar a pagar tasas e impuestos y correr al cuarto de una escuela, cada veinticuatro meses y sufragar cual robot.<\/p>\n

Hecha la mea culpa, analizado cada quien, concienzudamente, pasemos revista a la otra cara de la moneda, a los que se ofrecen cual garantes de un devenir mejor.<\/p>\n

A estos se\u00f1ores y se\u00f1oras, les haremos con firmeza id\u00e9ntica averiguaci\u00f3n: \u201c\u00bfD\u00f3nde est\u00e1s t\u00fa?\u201d \u00bfQu\u00e9 propones de nuevo en tal caso? \u201c\u00bfC\u00f3mo pens\u00e1s concretar tal o cual idea o proyecto?<\/p>\n

\u00bfC\u00f3mo es factible que de la noche a diana, aparezcan figuras casi invisibles, en ciertos casos, que nos inviten a confiar en ellos, abriendo y cerrando los p\u00e1rpados?<\/p>\n

Votar es conocer, es saber de qu\u00e9 se trata. Es tener la mente empapada de plataformas y propuestas, no tan s\u00f3lo de slogans. Es una obligaci\u00f3n moral si se quiere, interpretar sobre estas cuestiones. Para no ser tomados por sorpresa. Aunque es triste observar que mucha porci\u00f3n de gente, esquive el rostro y prefiera robotizarse, en busca de distracciones.<\/p>\n

Total, a fin de cuentas, el Libro de Quejas, abierto se halla.<\/p>\n

Por Mario Delgado<\/strong>.-<\/p>\n