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La Región

Tandil: debieron evacuar el Hotel Amaiké por un dantesco incendio en las sierras

Trabajan arduamente todas las dotaciones del cuartel central de Bomberos, del de Villa Italia, el de María Ignacia y hubo que pedir apoyo a la vecina localidad de Rauch. Al cierre de esta edición, el fuego continuaba esparciéndose. Esperan que hoy llegue un avión y un helicóptero hidrante para colaborar con la ardua tarea de los Bomberos.

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Desde el mediodía de ayer los Bomberos trabajaron arduamente para sofocar un gran incendio que se desató en un sector serrano de la ciudad y que con la intensidad del viento se propagó rápidamente. A raíz del mismo debieron evacuar a toda la gente que se encontraba en el Hotel Amaiké, ya que las llamas estaban rodeando el alojamiento turístico. Al cierre de esta edición el fuego continuaba esparciéndose y acechando las propiedades, además de la afectación del paisaje.

El foco ígneo se extendió desde la sierra de Las Ánimas hasta la zona de La Cascada, abarcando la zona del Golf y el Hotel Amaiké, una superficie muy amplia, por lo cual fue preciso convocar a la totalidad de dotaciones de Bomberos de la ciudad, tanto del cuartel central como de Villa Italia (un total de cuatro) y más tarde se convocó también a la dotación de María Ignacia. Luego, y ante el avance constante de las llamas, también se pidió apoyo al cuartel de Bomberos de la vecina localidad de Rauch.

Todos ellos trabajaron durante horas intensamente para intentar sofocar las llamas. La tarea se complicó por las intensas ráfagas de viento, que provocaron que el siniestro se continuara propagando.

Al cierre de esta edición ya se habían quemado al menos 80 hectáreas y los Bomberos estaban trabajando en un frente de al menos 2 mil metros. Además, al lugar concurrieron varias ambulancias ante la posibilidad de tener que trasladar alguna persona al Hospital.

En horas de la noche, las llamas continuaban arrasando con la flora , los handies de los Bomberos se empezaron a quedar sin batería después de tantas horas de trabajo, con lo cual se les dificultaba comunicarse y a su vez, se desató otro incendio en la ladera del Cerro de Las Antenas, por lo cual parte del personal debió trasladarse a ese lugar también.

Fuego sin control

Al cierre de esta edición, los focos ígneos continuaban diseminándose sin dar tregua a los Bomberos que batallaban con el fuego, y se esperaba para hoy por la mañana la llegada de un avión o helicóptero hidrante para colaborar con el trabajo que se estimaba que durante toda la noche iban a continuar con la tarea para intentar controlar el siniestro.

En tanto, por la tarde un bombero debió ser trasladado al Hospital Santamarina, se le pasó oxígeno y se retiró y en horas de la noche una mujer ingresó con el mismo cuadro. Ninguno de los dos sufrió lesiones y sólo fueron trasladadas por precaución a raíz de un sofocamiento.

Los uniformados se abocaron a alejar las llamas de las viviendas situadas en la zona del incendio y evitar así que hubiera daños en las propiedades o personas heridas pero al cierre de esta edición estaban muy lejos de tener controlado el fuego.

Antecedentes

Con los días sin mayores precipitaciones y la cada vez más intensa actividad humana en las sierras, los incendios forman parte de los escenarios por venir. De hecho, ya se registraron antecedentes de sucesos similares, con el aditamento que incluso se sospecha de algún foco ígneo iniciado con intencionalidad.

El último antecedente ocurrió la semana pasada, donde también efectivos del Cuartel Central de Bomberos debieron trabajabar arduamente para controlar un incendio de magnitud que se desató en la zona serrana, con más precisión en el sector comprendido entre el Parque del Bicentenario y Villa del Lago.

El viento que se levantó al caer aquella tarde contribuyó a avivar las llamas y a la expansión del foco, que se inició cerca de las 22 y creció a gran velocidad, alimentado por los pastizales y con la sequía como principal agravante.

El Cuartel Central de Bomberos trabajó a destajo para controlar el fuego, con condiciones adversas a causa de las ráfagas, que soplaban a 20 kilómetros por hora. En principio, todas las dotaciones disponibles y unos 15 efectivos se encontraban en las sierras para evitar que las llamas siguieran arrasando el entorno natural y el paisaje.

De acuerdo al informe preliminar, según le indicaron a este Diario en un fugaz regreso al cuartel para hacer la recarga de agua de uno de los camiones, el fuego en aquella oportunidad no amenazó a las viviendas más cercanas.

Fuente: Diario El Eco de Tandil

La Región

Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca

Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.

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A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.

Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.

En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.

“Una descarga descomunal”

Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.

Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.

Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.

En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.

Perseguida

Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.

Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.

Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.

Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM

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La Región

Un poco más solos

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Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.

Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.

Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.

El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.

El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.

Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.

Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.

La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.

Por Elías El Hage

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho