El día martes quedará en la memoria de varios por haber sido testigos de una escalada de violencia como hacía bastante que no sucedía en Olavarría. Los hechos que dieron origen a esa situación son varios y no alcanzan por sí solos para explicar por qué ocurrió lo que ocurrió pero antes de dar ese paso, primero, hay que conocer los hechos. Y tener apego a la verdad, aunque no “convenga”, no “venda” o no “sirva”.

Vamos a los hechos:

Hora 12: Tras dos semanas de Acampe en la Plaza Central reclamando ayuda social (techos, subsidios para alquiler, terreno) y habiendo entregado el viernes el pedido de audiencia para el intendente y recibido el lunes el compromiso del Secretario de Gobierno de atenderlos, un grupo de representantes de la Mesa de Emergencia ingresó al Palacio San Martín para volver a pedir ese encuentro con las autoridades. Eran alrededor de 10 personas, entre hombres y mujeres, representantes de la Mesa y familias damnificadas por la falta de vivienda.

El subsecretario de seguridad Daniel Borra se acercó a ellos y les adelantó que “el intendente no los va a atender. En este contexto no los va a atender”. La presencia policial era importante ya en ese momento. Luego les indican que no los va atender porque se retiró del Palacio San Martín.

Hora 14:25: El Intendente Galli publica en Twitter que considera esa presencia de los vecinos como una “usurpación de edificio público” y advierte que no los recibirá bajo extorsión. Los manifestantes permanecen en la Municipalidad.

Hora 16: Marcela Villafañe junto a su hija y otros jóvenes de la ciudad convocan a una manifestación en la sede del Comando de Patrullas. Es para repudiar el hostigamiento del que fue víctima un joven en el skatepark y la detención y golpes recibidos por un menor de 16 años el viernes por la noche, también por parte de la policía bonaerense.

Marcela Villafañe explicó a Verte que desde el sábado que intenta hacer la denuncia policial o judicial por ese caso de abuso que tuvo a su hijo como víctima y no lo logra hacer.

Los manifestantes (alrededor de 30) se congregaron en Colón y Brown, lo que incluyó el corte parcial de ambas calles, sin que ninguna autoridad de control de tránsito se dispusiera a ordenar la circulación (ya ha sucedido en otras manifestaciones), lo que generó varias situaciones de peligro y violencia entre los manifestantes y los conductores de automóviles.

Hora 16:45: Las personas (en su mayoría jóvenes menores de 20 años, muchos de ellos con el skate) se retiran para dirigirse a la Plaza, donde continuaba el Acampe. Minutos después, salieron del Municipio los representantes de la Mesa de Emergencia que esperaban por la reunión y quedaron adentro solo 3 de ellos, quienes finalmente fueron atendidos por Secretario de Gobierno Hilario Galli y Secretario de Desarrollo Humano y Calidad de Vida Diego Robbiani.

Desde este momento es difícil establecer con precisión los horarios porque los hechos sucedieron de manera vertiginosa. El Palacio Municipal estaba protegido por policías en el interior y también en el frente, lo que hizo que la protesta por el accionar policial se viera, de alguna manera, soliviantada. Los jóvenes entonaban cánticos en contra de la institución policial y reclamaban en forma constante por aquel efectivo de la Bonaerense que los maltrató en el skatepark el pasado sábado.

Marcela Villafañe proseguía con su reclamo de realizar la denuncia por los golpes a su hijo, gritaba y señalaba a la policía como responsable. Algunos manifestantes se cruzaron hasta el supermercado y compraron huevos.

La policía, advirtiendo el movimiento, se subió a las motos y se retiró del lugar, dejando sin custodia externa el edificio de la Municipalidad. Luego se apostaron en la esquina de la Iglesia San José.

La situación, tras los huevazos, se volvió aún más tensa y violenta. Los manifestantes comenzaron a golpear las puertas de ingreso (del otro lado se veía la policía que estaba en el hall) y lo hicieron insistentemente durante un largo rato.

Hasta que llegaron los efectivos del GAD y su presencia desató aún más la furia de algunos manifestantes. Intentaron bloquear su ingreso a las escalinatas, y se produjeron empujones, golpes, gritos y recriminaciones. Hubo algún intento de diálogo pero prevaleció la fuerza, mientras algunos de los manifestantes gritaban “Fuera yuta fuera”. Optaron por desalojar con gas pimienta.

Se sucedieron corridas, gritos y tiraron dos piedras de gran tamaño que podrían haber causado graves daños. Una de ellas impactó en el escudo de un policía.

Ya con el GAD apostado en el Palacio, la madre del joven seguía pidiendo que alguien atendiera su reclamo de realizar la denuncia.

Minutos después de esos sucesos, salieron los representantes de la Mesa de Emergencia que habían estado reunidos con los funcionarios. Lorena Merlo, Agustina De Arzave y Lorena Bramajo explicaron que el diálogo quedaría abierto, que dieron respuestas a 3 de los reclamos y quedarían pendientes otros 3. Les pidieron que levantaran el Acampe pero ellas avisaron que no lo harían y esperarían allí las respuestas concretas a los pedidos.

Finalmente, cerca de las 19 llamaron a Marcela Villafañe desde adentro de la Municipalidad, salió y luego la volvieron a llamar para llevarla a la sede de Fiscalía para radicar en forma presencial la denuncia por abuso de autoridad y golpes hacia su hijo de 16 años.

El conflicto se fue disipando y ya para las 20 había vuelto la calma a la zona. Los periodistas que cubrieron la tarde de furia escribieron las notas, publicaron los videos, en fin, hicieron su trabajo (como lo hizo este medio) contando los hechos, inclusive aquel lamentable por el cual uno de ellos sufrió el daño de su equipo de trabajo bajo la acusación de que sacaba fotos para la policía.

Grande fue la sorpresa, la desazón y el desconcierto cuando a la mañana siguiente, este miércoles, se pudo advertir cómo estaban narrados los mismos hechos por parte de las autoridades municipales a través de las redes sociales y algunos medios capitalinos que llegaron a titular que habían querido atentar contra la vida del intendente.

No. No fue eso lo que sucedió. Tampoco hubo un intento de toma ni usurpación del edificio. Sí hubo actitudes violentas de los manifestantes y seguramente alguna dilación en la toma de decisiones. Los periodistas de los medios locales expusieron también su integridad en el contexto de violencia que se atravesó y lo hicieron con el objetivo de contar lo que sucedía. En otros lugares, más cerca o más lejos, sin exponerse a lo que allí se vivió, se armaban operaciones.

FUENTE: VERTE.TV