Connect with us

Opinión

Las otras muertes de (o en ) la pandemia

Published

on

Se nos hostiga con cifras y cuadros sinòpticos de víctimas del virus coronado, pero poco y nada se ha citado de ciertas personas fallecidas en circunstancias muy dudosas. Al mismo tiempo, y como una notable contradicción, la Policìa y la Justicia demuestran su impotencia para resolver casos de menores implicados en sendos delitos reiterados por estos pagos.

Convengamos empero, mis amigos, que desde el retorno de la democracia, hoy inexistente claro, los señores gobernantes que han ido pasando por Casa Rosada y las distintas provincias, han optado por acomodar a la institución de los servidores del orden a su antojo. Una especia de “Policìa a Medida del Mandatario y su Equipo”.

Ahora bien, cabe señalar ante la realidad del presente, que, insisto desde 1983 para acà, los uniformados NUNCA han recibido la instrucción acorde a la circunstancia de vida democrática. Jamàs sucedió tan anhelado nivel de preparación, ni en lo teórico ni en lo pràctico. Es màs, todos reconocen que seis meses de escuela es poco. Pero por allì anda el período de aprendizaje, sin demasiadas opciones a preguntas o especificaciones ulteriores.

Salen de las academias como de un tubo de ensayo y a la calle. A la que te criaste. La necesidad de saber si el sujeto en cuestión, està cabalmente apto, desde lo psicològico por ejemplo, no interesa en lo absoluto. A patrullar y no hagan preguntas incòmodas a los Jefes.

Y en este devenir de ausencias, surgen dos tendencias claras: los irresponsables y torturadores en un àngulo y los ineptos en el otro.

Fìjense que, al tiempo que continúan los bombardeos de víctimas supuestas o ciertas de Covid 19, (¿Quièn sabe en verdad cuàntos argentinos han muerto con el virus concretamente? Los que mandan poseen el poder para inflar o disminuir números. Que la inocencia nos valga si creemos las nòminas diarias que nos ofrecen en bandeja, infundiendo como siempre gran miedo), se exhiben otros casos sustanciales de almas que han partido de este mundo en un ámbito sospechoso.

Y nadie se ha roto las vestiduras. Ni tampoco ningún funcionario se dignò a irse a su casa. Nada de ello ha ocurrido, otra prueba de que este país està compuesto por gran cantidad de ovejas mansas y sumisas. Salvo excepciones. El tema es: ¿Què irà a acaecer cuàndo las excepciones se harten de los inoperantes y corruptos? Ojalà viva yo para contarlo y observarlo. Serà un gran momento.

Entonces tenemos algunos nombres que dar. Florencia Morales de 39 años; Franco Maranguello de 16; Luis Espinoza de 31; Lucas Veròn con 18 años; Facundo Astudillo 22 y Valentino Correa de 17 años. Todos èstos compatriotas han perdido la vida en medio de operativos o acciones policiales complicadas de explicar.

A Florencia la “suicidaron” en una cárcel puntana. Dicen los que saben que se la tratò muy mal desde el inicio de un procedimiento raro, cuando fue detenida. Idèntica causal para Maranguello. ¿Ola de suicidios?

A Espinoza en tanto, lo ultimaron en Tucumàn y lo descuartizaron, tirando bolsas con partes de su anatomía por varias provincias aledañas. Otra vez las fuerzas policìacas a la cabeza de estos registros dantescos.

A Veròn por su parte, lo ejecutaron de un disparo en el pecho, yendo con un amigo en moto. Facundo Astudillo a su vez, desapareció yendo a ver desesperado a su ex novia en el sur de la Provincia de Buenos Aires. Este suceso ha tenido un poco màs de bulla por el esfuerzo familiar de encontrarlo al pibe enamorado. Evadiò a la Ley y èsta ¿lo eliminò?

Por último, mis lectores amados, Valentino Correa sufrió en Còrdoba un periplo de penas en un auto con amigos. En un Fiat Argo iban por la Avenida Vèlez Sàrsfield un grupo de jòvenes y fueron interceptados por un motoquero que les pateò el vehículo. Encaran pues hacia un bar céntrico y se topan con un control de barbijos, muy comùn en la docta.

No detienen su marcha y es allì que dos cabos primeros de la Policìa de Còrdoba, les sacuden tiros con su arma reglamentaria sin mediar palabra.

El chico de 17 años es alcanzado y muere. Otro joven se salva de milagro.

De tales acontecimientos no se habla en los medios concentrados (¿y contratados?) para meter temor. Como tampoco se menciona nadita de nada de la caradurez insòlita de parte de la Justicia de estos lares que no logra sujetar a un delincuente iracundo de 15 años que asola un barrio.

La mansedumbre de las ovejas estaría a punto de explotar. Lanzando esquirlas a diestra y siniestra.

Por Mario Delgado.-

 

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho