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La Región

Tandil: secuestraron a un empresario y a su sobrino y los liberaron tras el pago de millonario rescate

El hecho ocurrió ayer por la madrugada. Tres delincuentes interceptaron a Mariano Vizcay cuando salía del cine con su sobrino. Los mantuvieron privados de su libertad mientras negociaban el rescate con la familia. Los liberaron horas después por separado y luego descartaron el vehículo en un camino rural. La Fiscalía Federal lleva adelante la pesquisa para tratar de dar con los autores del hecho.

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La Justicia, con la colaboración de la policía, investiga un secuestro extorsivo de un empresario tandilense y de su sobrino, un el marco de una causa que se desarrolla bajo un estricto secreto de sumario.

Pese al hermetismo, trascendió que el caso se registró ayer por la madrugada cuando tres delincuentes interceptaron al empresario Mariano Vizcay (31), dueño de la empresa de venta de casillas rurales “El Yunque”, al salir del cine junto con su sobrino.

Los mantuvieron privados de su libertad durante unas cinco horas mientras negociaban el rescate con la familia, y tras el pago de una importante suma de dinero en dólares, fueron liberados por separado hasta que descartaron el vehículo en un camino rural.

Por tratarse de un delito de índole federal, intervino la Fiscalía Federal 2 del Departamento Judicial de Azul con asiento en Tandil (San Lorenzo 206), que habría tomado contacto con el caso poco después que los secuestradores contactaron a la familia y se había dado a la policía bonaerense, junto a la fiscalía en turno, quien precisamente derivó el caso a los investigadores federales.

Oficialmente se indicó que el personal de la dependencia junto a efectivos de policiales investiga un caso de secuestro extorsivo, a partir del cual se realizaron distintos avances en el transcurso de la jornada de hoy, a la espera de resultados.

El hecho

Según pudo conocer este Diario, en un accionar poco frecuente en la ciudad, tres personas abordaron a Mariano Vizcay cuando salía del cine junto a su sobrino en las primeras horas del viernes.

Al salir del Hipermercado y subir al auto, Vizcay advirtió sobre un neumático en llanta. Cuando bajó del coche fue abordado por al menos tres secuestradores que, a punta de pistola, lo llevaron a él como a su sobrino.

En un primer momento el relato indicaba que el hijo del hermano de la víctima había sido dejado en colectora Pugliese cuando se dirigían a la empresa, desde allí se comunicó con su padre, que alertó a las autoridades policiales.

Sin embargo, con el correr de las horas trascendió que ambos habrían quedado cautivos en una modalidad delictiva que se desarrolló durante buena parte de la madrugada.

En principio, los delincuentes utilizaron el auto en el que se movilizaba el empresario, un Ford Focus blanco, para dirigirse hacia la empresa ubicada en colectora sur 510.

Una vez allí, pidieron la entrega de dinero para liberar al sobrino, en una negociación con los familiares. La transacción para el pago de una importante suma en dólares se habría concretado en la zona del Lago del Fuerte, en cercanías al monumento a Juan Fugl.

Luego, y una vez dado a conocer el paradero del menor (estaba dentro de una de las casillas de la firma en Colectora Pugliese) los secuestradores habrían exigido otro monto por Vizcay, a quien finalmente liberaron en la zona del Parque Independencia alrededor de las 6. El desembolso total superaría los 100 mil dólares.

Finalmente, los delincuentes se dieron a la fuga en el automóvil, el cual fue hallado abandonado en un camino rural en la zona de El Solcito, donde habrían hecho el trasbordo a otra unidad. Precisamente ayer al mediodía efectivos de la DDI junto a personal de la Policía Científica fue hasta el lugar, en busca de rastros donde se produjo el posible intercambio de vehículos.

Las víctimas se encuentran en buen estado de salud, aunque la situación de angustia y drama sigue presente.

La investigación

Al tomar conocimiento del hecho, la prioridad estaba puesta en que los damnificados recuperaran fueran liberados sanos y salvos y una vez cumplida esa premisa los investigadores enfocaron las diligencias tendientes a dar con los sospechosos.

En ese sentido, durante la madrugada de ayer las medidas adoptadas fueron centrales en el proceso, a la par de la declaración de los involucrados en el episodio para direccionar las tareas.

La Fiscalía Federal pidió a la Secretaría de Protección Ciudadana acceder al material captado por las cámaras de seguridad de la red de monitoreo en un intento por establecer el recorrido efectuado por el automóvil desde el momento en que fue interceptado hasta que fueron soltados.

En tanto, se presume que esta medida podría dar resultados más precisos a partir de los datos que puedan aportar los secuestrados en la declaración ante el fiscal de la causa.

En principio, desde Monitoreo se trabaja en aportar el material fílmico requerido por la Justicia en el marco de la investigación iniciada.

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La Región

Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca

Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.

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A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.

Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.

En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.

“Una descarga descomunal”

Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.

Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.

Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.

En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.

Perseguida

Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.

Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.

Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.

Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM

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La Región

Un poco más solos

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Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.

Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.

Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.

El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.

El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.

Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.

Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.

La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.

Por Elías El Hage

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho