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A un año de la tragedia en “Parque Sur”
Se cumplirá exactamente un año de la partida temprana en el “Parque Sur”, de Victoria Katherine Rodríguez y Alan Falatovich, de veinte años de edad.
Triste aniversario de un par de muertes jóvenes tendremos este miércoles 2 de enero. Se cumplirá exactamente un año de la partida temprana en el “Parque Sur”, de Victoria Katherine Rodríguez y Alan Falatovich, de veinte años de edad.
Todavía la causa está impregnada de vericuetos estrambóticos, de incertidumbres, de reclamos incluso por parte fundamentalmente de la familia del pibe fallecido, con su hermana Diana a la cabeza de la idea de “preservar la memoria de mi hermano y esclarecer lo sucedido”.
Todavía la contingencia, en manos de la Fiscal Viviana Beytía, se cataloga: “Averiguación de causales de muerte”. Se han establecido nuevas pericias al vehículo que se precipitó al arroyo Tapalqué y a los teléfonos celulares.
Las contraposiciones en los pensamientos en varias personas, familiares de los occisos, es otro hecho sobresaliente que cuantifica el marco de misterio que tapiza todo este tétrico acontecer de principios del 2018.
La crónica mayormente aceptada, subraya que el 2 de enero del año citado, desde la casa 1006 del barrio CECO, salieron hacia un pub céntrico Alan Falatovich y su amigo y vecino Alejo Eseberri a bordo de una Volkswagen Suran del papá de Alejo. Este muchacho iba al volante ya que Alan no sabía manejar, “aunque sí era un muy buen nadador”, aclarará Diana luego de trascender la versión oficial de los sucesos.
En el centro, abrían encontrado a dos chicas: Victoria Rodríguez y Loana Cabrera. Decidieron ir a charlar según la data recurrente, a la vera del curso de agua del Tapalqué, en la zona del Club Estudiantes conocida como “Parque Sur”. Las pibas se trasladaban en otro auto, un Ford Fiesta.
Siguiendo la hipótesis oficial de los hechos, los cuatro confluyen en escuchar música y charlar, dentro del vehículo de las damas. Y el rodado de los Eseberri queda con las puertas abiertas y la música sonando cándida en la madrugada de ese 2 del primes mes de 2018. Una ojeada al reloj hubiese expresado que ya eran cerca de las 4:30 AM.
El devenir de la amistad creciente se vio intempestivamente truncado con la novedad que se cortan los sonidos. Los compases musicales cesan de golpe y dirá la voz tradicional del caso que “Vicky” y Alan caminan los pasos necesarios hasta el auto para reactivar la música. Ambos vehículos estaban estacionados mirando a la margen del arroyo, a pocos metros del cauce de agua. Preciosa panorámica, por cierto. Pero riesgosa en un lugar sin alambrado o vallas de contención.
Un supuesto brusco y torpe movimiento compaginado involuntariamente por Alan en el acelerador y la Suran se habría movido peligrosamente de cara al vacío. Fue cuestión de segundos y ambos jóvenes, cayeron al arroyo sin más preámbulos.
El árbol de las contradicciones da con ésta y otras varias ramas, aún no podadas del todo. Los interrogantes pueden entonces resonar y las respuestas no llegan, si se pretende ser incisivo, ni por asomo.
La familia de Alejo, a través de sus padres, Alejandra Elbey y Edgardo Eseberri, afirmarán que su hijo “llegó a casa a las 6 de la mañana y nos contó que se había arrojado por los amigos enseguida, sin conquistar su propósito. Inmediatamente hicimos la denuncia al 911 y también llamamos a los Bomberos Voluntarios, como consta en el expediente”.
La contracara de la moneda la coloca sobre el tapete Diana Falatovich que posee otra visión de aconteceres tan dramáticos. “No hubo ningún intento solidario ni por Victoria ni por Alan. Se fueron de la escena sin hacer absolutamente nada. Y se acostó Loana a dormir y recién a la tarde, habría narrado algo de lo que pasó”.
Avanzando los meses, el doctor que efectuó la operación de autopsia confirmó que: “Alan tenía golpes en forma de romo”. ¿Pudieron ser acaso golpes de puño?
La vuelta de tuerca nos trae a otro punto álgido, a otra grieta entre una versión y otra. “La autopsia en primera instancia, no aportó lo que sostiene ahora el facultativo que la realizó en la ciudad de Azul”, razona confundida Diana.
“Alan presentaba golpes múltiples, hematomas en el rostro, en los pómulos, en los labios y en la nariz. Tenía cuando lo vimos, después de la autopsia, las manos negras con moretones y la piel azul”, contará Diana apesadumbrada.
El iniciador de la investigación fue el agente Fiscal Cristián Urlézaga. Posteriormente tomó la causa como decíamos la Doctora Beytía. La carátula no mutó.
El silencio ominoso embarga este asunto y lo hace un tema sin solución satisfactoria. El dolor no cesa, es evidente. Cabría saber un tanto más de aquellos precisos momentos tan específicos, tan cruciales. ¿Hubo acaso alguien más? ¿Se dio una pelea entre los pibes? ¿Cómo un nadador eximio no pudo salir airoso de la VW? ¿Estaba trabada la puerta, pues? ¿Ya estaban muertos los malogrados dos jóvenes cuando cayeron en poder de la masa hídrica? ¿Ronda el miedo sellando un pacto de mutuo acuerdo para no gritar a los cuatro vientos la verdad? ¿O la verdad es la contada de boca en boca y en las páginas oficiales? Por Mario Delgado.-
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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur
A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.
El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad.
Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.
Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico.
En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro.
Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto.
“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario, Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio.
“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”.
El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana.
Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.
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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda
El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.
Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.
Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.
La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.
El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.
El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.
FOTO. Infoeme