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La Facultad de Ingeniería desarrolló una camilla especial para CORPI

Fue diseñada especialmente para pacientes que progresivamente deban pasar de estar acostados a caminar.

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Un paso, otro más. Caminar es tal vez, una de las primeras cosas que se aprenden desde temprana edad, y nunca más se olvida. Lo que se pierde es, tal vez, el recuerdo del esfuerzo que en ese momento llevó mantener el equilibrio, acompañar el cuerpo a cada paso, balancear el peso del cuerpo, lograr rigidez en las piernas para sostenerse, etc. Eso que es casi instintivo supone una gran hazaña para personas en tratamiento de recuperación motriz. Con fines de contribuir a esta recuperación de la mejor manera posible, la Facultad de Ingeniería de la UNICEN diseñó una camilla bipedestal especial para CORPI (Centro Olavarriense de Rehabilitación Psicofísica Integral), junto al centro IDEB (Instituto de Desarrollo Económico Bonaerense).

Se trata de una estructura que permite llevar a los pacientes del plano horizontal al vertical, progresivamente. La particularidad del diseño es que cuenta con sensores que permiten medir la fuerza que hace la persona en cada pierna, lo que se constituye en una herramienta excelente para el médico, que puede medir los resultados del tratamiento. Actualmente este tipo de camillas no se fabrican en Argentina, por lo que el objetivo es sustituir las importaciones y hasta se podría hacer un prototipo comercial.

El bioingeniero Pedro Escobar, coordinador de la Licenciatura en Tecnología Médica de la FIO, explicó que el proyecto en realidad transita su segunda parte. “En el 2015 se hizo una camilla, también para CORPI pero la idea era mejorarla. Así que avanzamos sobre ese trabajo con la posibilidad de rediseñarla. Era muy grande y robusta, por lo que se apuntó a reducir los espesores de los caños, mejorar el plano donde se acuesta el paciente, y medir el ángulo de inclinación de manera automatizada (antes se hacía con métodos manuales)”, destacó el docente.

La financiación para la elaboración de esta camilla surgió del PROCODAS (Programa Consejo de la Demanda de Actores Sociales) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y actualmente resta ajustar los detalles finales. Junto a Escobar, participaron del diseño los técnicos en Electromedicina Franco Deber y Raúl Romero, que además es ingeniero electromecánico.

Más detalles
Actualmente, las versiones nacionales de este tipo de camillas están hechas a medida de determinados pacientes. El resto se importa. “Como la fuerza que la persona en recuperación debe hacer depende del ángulo, con estas incorporaciones se puede medir el grado de recuperación que tiene la terapia a medida que mejora su fuerza y se recupera el tono muscular. El paciente puede sostenerse en un ángulo cada vez más elevado hasta que llega a la bipedestación y puede caminar por sus propios medios”, subrayó. “Es una herramienta para el propio médico, para que pueda valorar, tener un índice numérico de la recuperación de un paciente, que antes se hacía a ojo. Ahora se puede poner un valor en fuerza hecha, en función de un ángulo”, remarcó Escobar.

La camilla bipedestal está fabricada principalmente con caño estructural y el plano donde se acuesta el paciente es de un material (APM) que permite hacer rayos ahí mismo. Además, está equipada con sensores, celdas de carga y actuadores de grado médico; así como todo su diseño se hizo en basea los requerimientos de ANMAT para equipos médicos Clase I.

Deber y Romero están encargados del aspecto electrónico y de comunicación, ya que se busca que los sensores transmitan los datos registrados y la evolución a través de un mail o un celular. De este estilo, es la única que hay en el país, aseguró Escobar. “Es un nicho de mercado vacante a nivel mundial. Hay algunas, pero ninguna que le permita al médico hacer una valoración del grado de recuperación o evolución de una terapia”, por lo que no es lejano pensar en prototipo comercial.

Respecto a esta relación entre tecnología y salud, el docente de la Facultad de Ingeniería sostuvo que “cuanto trabajamos con cosas que tienen que ver en asistir a la salud, lo más lindo es la transferencia al medio. Cuando trabajas en opciones que no existen en el mercado y son realmente útiles es muy satisfactorio, por eso la idea es continuar con nuevos desarrollos”. En este sentido, el bioingeniero deslizó la posibilidad de un convenio de colaboración con la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Entre Ríos en el diseño de exoesqueletos y ayudas motrices basada en apoyo robótico.

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Citan a declarar a los amigos de los jóvenes fallecidos en 2018 en Parque Sur

A dos años de la muerte de Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, la Fiscal Beytía tomará declaración a los dos amigos por el delito de omisión de auxilio.

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El 4 de marzo venidero deberán presentarse ante la Fiscal Doctora Viviana Beytía, Alejo Eseberri y Loana Cabrera para sostener la temática compleja de lo acaecido aquel 2 de enero de 2018 en la intersección de Avenida Avellaneda y el puente, en pleno Parque Sur, donde se ahogaron dentro de un vehículo que cayó al Tapalqué Alan Falatovich y Katherine Rodríguez, ambos de 20 años de edad. 

Se percibe una vuelta de tuerca en esta causa, que de acuerdo a lo investigado hasta aquí, le permite conjeturar a la señora Fiscal que entiende en este luctuoso acontecer, que, al menos, hubo “omisión de auxilio”, por parte de los sobrevivientes de este episodio triste y doloroso. Según el artículo 108 del Código Penal, reiteramos, la letrada los ha imputado por considerarlos “coautores penalmente responsables del delito de omisión de auxilio”.

Recordemos brevemente que todo este calvario inició su curso en la tarde noche soleada de aquel segundo día de enero, cuando Alejo en una VW Suran, propiedad de su padre, fue a buscar a Alan a su casa, la 1.006 del barrio CECO y de allí se dirigieron a un pub céntrico. 

En ese local se encuentran con dos chicas: Loana Cabrera y Victoria Katherine Rodríguez que se movilizaban en un Ford Fiesta. Luego de un rato, se van hacia Parque Sur y allí se produce un hecho significativo: el auto del papá de Alejo se despeña y cae a las aguas con Victoria Katherine y Alan dentro. 

Esto habría ocurrido cerca de las 4:30 de la madrugada de ese dos de enero. Y tal cosa sería producto de una maniobra intempestiva llevada a cabo sin querer por el muchacho, dado que habían ingresado a este auto a tratar de solucionar un problema en el equipo de sonido. Para colmo, Alan no sabía manejar, aunque sí “era un excelente nadador”, asevera Diana, hermana del joven muerto. 

“A Alan recién me lo entregaron muy tarde, muchas horas después”, refiere una vez más a este diario,  Diana Falatovich. “Tenía golpes y moretones en diversas partes de su anatomía que no condecían con la caída”, sostiene firme como desde aquella primera oportunidad en que Diana habló para este medio. 

“La autopsia no reveló cosas que yo ví”, continúa, y añade “nada nos cuadraba en esos instantes tan dramáticos”. En este contexto de incertidumbre, “nos permanece bien adentro la pregunta si en rigor de verdad no hubo alguien más en la escena, en ese sitio sin luz ni seguridad en ese momento”. 

El punto más crucial se dio con el correr de las horas, dado que “a nosotros nos avisa la Policía. Ninguno de los dos acompañantes de Katherine o de Alan, dio aviso a nadie. Al contrario, fueron y se acostaron a dormir. Alejo estuvo en el velorio de mi hermano unos minutos y se lo advertía nervioso. Sostuvo que él trató con efusividad de abrir la trabada puerta de la Suran pero sin éxito. Él era penitenciario y sabía bien que hacer y los dejaron solos, librados a su destino a Katherine y a Alan. No hay ningún elemento que grafique con certeza que Alejo quiso auxiliarlos. Por otro lado, ¿no se les ocurrió ni siquiera llamar a Bomberos Voluntarios o la Policía?”, subraya Diana. 

Para la familia Eseberri fue un penoso accidente y avalan los dichos de su hijo. Ahora entonces, habrá que aguardar los nuevos pasos que se avecinan.

 

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Un hombre está grave tras el incendio de su vivienda

El siniestro ocurrió en la madrugada del lunes en Necochea y Mendoza de nuestra ciudad.

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Un importante incendio tuvo lugar en una vivienda durante la madrugada del lunes.

Por razones que son materia de investigación, una casa ubicada en Necochea y Mendoza se incendió y provocó heridas de gravedad a su morador, un hombre de 73 años de edad.

La víctima fue trasladada al Hospital Municipal donde se constataron la gravedad de las heridas y donde quedó internado en terapia intensiva con pronóstico reservado.

El parte médico emitido desde el Hospital indica que el paciente tiene el 40% del cuerpo con quemaduras y compromiso de vía aérea.

El incendio se produjo en la madrugada de hoy lunes y requirió el arduo trabajo de Bomberos Voluntarios, Comisaría Segunda y personal del SAME.

FOTO. Infoeme

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 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho