Hoy viernes se realizará la ceremonia de entrega de reconocimientos de la XIII edición de los Premios Dina Pontoni y Florentina Gómez Miranda organizados por el Honorable Concejo Deliberante de Olavarría.

En la presente edición hubo más de 60 mujeres postuladas, una cantidad récord en la historia de esta condecoración.

Los Premios Dina Pontoni, instituidos por ordenanza 4561/20, tienen como objetivo reconocer a mujeres comprometidas con diversos ámbitos ciudadanos de Olavarría. Su nombre homenajea a la primera mujer en asumir como concejala de Olavarría quien estará presente en el acto.

Durante la ceremonia, se conocerán las mujeres elegidas por la comisión de Género y Diversidad en las diez categorías de los Premios Dina Pontoni y también elproyecto colectivo liderado por mujeres seleccionado para los Florentina Gómez Miranda.

Este año, se eligió como lema “Reconocer el trabajo, dignificar la tarea”. La presidenta de la comisión Hosanna Cazola explicó: “En esta edición decidimos poner el eje central en el trabajo. Las mujeres aportan su amor, pasión y compromiso, pero sobre todo trabajo que muchas veces es invisibilizado”.

La jornada también incluirá interpretaciones musicales de la orquesta sinfónica de mujeres “Ensamble 8 M” y un cierre con danza árabe tradicional a cargo del Ballet “Hawa Al Artz” de la Sociedad Libanesa de Olavarría.

La Educación Pública de nuestro país no sólo se trata de un valor reconocido internacionalmente, sino que es el sistema que hemos elegido desde hace ya muchos años para educar a nuestros niños, niñas y jóvenes. Un sistema que tiene como uno de sus objetos la formación de ciudadanos con pensamiento crítico, algo absolutamente opuesto al adoctrinamiento que hemos visto en el inicio de clases del Colegio Cardenal Copello.     

El presidente tiene la responsabilidad de promover el diálogo y no imponer una visión cerrada de los temas que surgen en la conversación. Milei utilizó el inicio de clases en una institución educativa para pronunciar su discurso dogmático, rayano con una actitud de adoctrinamiento, al extremo de sus bromas pesadas ante el desvanecimiento de dos estudiantes. 

La escuela pública no es un mecanismo de lavado de cerebro como dice el presidente quien, desde sus funciones, debería tomar todas las decisiones que ayuden a generar una enseñanza y una educación de calidad.