La Región
Importante suba de la exportación de trigo por el puerto de Bahía Blanca
Los embarques al exterior de trigo por las terminales locales crecieron un 70 por ciento durante 2021, llegando casi a 3 millones de toneladas.
Adrián Luciani
aluciani@lanueva.com
Aunque por volumen el maíz volvió a ser el grano estrella en materia de embarques por el puerto de Bahía Blanca, el trigo obtuvo excelentes números durante 2021.
Si se comparan las cifras entre 2020 y el año pasado el trigo logró una suba interanual del 70 por ciento, con 2,93 millones de toneladas embarcadas.
Estos números no hicieron más que relegar al complejo soja al tercer lugar.
Obviamente, como se vino informando, el maíz fortaleció su liderazgo, con más de 7,12 M Tn embarcadas en 2021, es decir, un 36,7% más que en 2020 y todo parece indicar que durante este año el podio general de los granos seguirá sin demasiadas variaciones en cuanto a las posiciones, aunque sí con cierta merma en los tonelajes por menor cosecha.
Cabe recordar que pese al impacto de la pandemia, las terminales de Ingeniero White y Galván exportaron en 2021 casi un 40 por ciento más de cereales que en 2020.
En tal sentido, el total embarcado en 2021 (cereales, oleaginosos y subproductos), llegó a 13,15 millones de toneladas, mostrando una importante suba interanual del 36,9%.
Pero volviendo al trigo, según un relevamiento realizado por la Bolsa de Cereales y Productos (BCP) bahiense, Brasil mantuvo su liderazgo en cuanto a los destinos e incrementó su participación con el 62% de los envíos, incrementando incluso su volumen en un 92% respecto a 2020.
El segundo lugar lo ocupó Chile con el 13% –el año pasado solo representaba el 2,3% –, desplazando de esta posición a Indonesia.
En su informe, el departamento de Estudios Económicos de la BCP aludió a la campaña argentina 2021/22 y destacó dos hechos fundamentales: producción récord y precios atractivos.
Con un mayor rinde, la producción se aproximó a las 22 M Tn y en la región de la BCP, a pesar de la menor área implantada, los buenos rindes permitieron alcanzar una producción de 5,3 M Tn.
En cuanto a la situación internacional, el relevamiento indicó que a nivel mundial la campaña 2021/22 de trigo deja un balance ajustado, dado que el incremento en la producción resultó menor que el del consumo y las importaciones.
Con este panorama, el stock final se contrae más de un 3% interanual (i.a.)
A nivel productivo, se cierra una campaña con fuertes adversidades para Canadá, Rusia y EE.UU., con caídas de 13,5; 9,9 y 5,0 M Tn, respectivamente.
En sentido opuesto, la U.E., Ucrania, Australia y Argentina incrementaron anualmente su volumen producido en 12,0; 7,6; 0,7 y 2,9 M Tn, respectivamente.En el caso de los últimos 3 países, alcanzaron valores récord.
Respecto a las exportaciones, las mismas mostraron la misma tendencia que la producción en los países mencionados, destacándose la fuerte caída de Canadá (-43,2% i.a).
“En 2021, la cotización del cereal en Chicago registró una suba del 25%, alcanzando el valor más alto de los últimos años en noviembre, con 314,5 U$S/Tn”, consignó el relevamiento de la BCP.
Panorama argentino
Para el ciclo 2021/22, el USDA proyectó para Argentina una producción récord de 20,5 M Tn, con una suba interanual del 16,1%.
Sin embargo, con la cosecha finalizada, esta estimación quedó por debajo de las aproximadamente 22 M Tn proyectadas por organismos nacionales.
En cuanto a las exportaciones, la misma fuente estimó 13,5 M Tn (+17,1% i.a), con una participación en los envíos globales del 6,6%. Sin variaciones significativas, el consumo se mantendría en 6,5 M Tn (+1,6% i.a), mientras que los stocks alcanzarían las 2,7 M Tn (+25,5% i.a).
¿Un 2022 con menos toneladas?
En cuanto al movimiento de cereales para este año, si bien cada región presenta particularidades, podrían llegar menos granos desde el norte.
Esto sería consecuencia directa del estrés hídrico de verano, que hizo caer la proyección de cosecha de soja y maíz 9 y 8 millones de toneladas, respectivamente.
En total, el impacto sobre la economía argentina se estima en US$4.800 millones, o un 1% de su PBI potencial.
Incluso con la recuperación de los precios, la pérdida de ingresos netos del sector productor ya asciende a US$ 2.930 millones, lo que redundará en menos fletes, menos servicios financieros y de intermediación, menos consumo.
En total, el impacto sobre la economía argentina se estima en US$ 4.800 millones, o un 1% de su PBI potencial.
“En el frente externo, las exportaciones de los principales productos de los complejos soja y maíz caerán en 13 millones de toneladas”, señaló un relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Podio del girasol
También durante los últimos días se conoció un informe de esa entidad donde posicionó en tercer lugar a los puertos de Bahía en lo que hace a la captación de girasol en el país.
Quequén (23%), Rosario (18%) y Bahía Blanca (6%) constituyen las principales regiones portuarias para la oleaginosa.
En el caso de Quequén, el principal centro de demanda, en la última campaña recibió un total de 740 mil toneladas.
Tras ese principal nodo de recepción de granos de girasol se ubica Rosario, con 590.000 toneladas, de las cuales la mayor parte corresponden a San Jerónimo Sud.
“En tercer lugar se ubica Bahía Blanca, con 178.000 toneladas recibidas en la última campaña o un 6% de todo el girasol comercializado”, precisó el trabajo de la BCR.
Fuente: La Nueva
La Región
Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca
Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.
A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.
Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.
En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.
“Una descarga descomunal”
Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.
Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.
Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.
En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.
Perseguida
Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.
Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.
Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.
Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM
La Región
Un poco más solos
Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.
Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.
Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.
El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.
El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.
Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.
Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.
La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.