Opinión
Greenpeace no puede decidir nuestra política económica
“Sé que esta nota me va costar el enojo de muchos de mis amigos, y de otros que no lo son y cuando escribo sobre esto me tratan de vende-patria y otras lindezas. Pero los cuadros y militantes políticos estamos para comprometernos y decir lo que pensamos sin buscar estar siempre con el discurso políticamente correcto”.
Por Aldo Duzdevich
Ha llegado el momento de debatir si nuestra política económico-productiva la va a manejar Greenpeace o el gobierno de Alberto y Cristina.
Sé que esta nota me va costar el enojo de muchos de mis amigos, y de otros que no lo son y cuando escribo sobre esto me tratan de vende-patria y otras lindezas. Pero los cuadros y militantes políticos estamos para comprometernos y decir lo que pensamos sin buscar estar siempre con el discurso políticamente correcto.
El caso de la minería en Chubut, que cerró toda posibilidad de explotar lo que tal vez es el mayor yacimiento de plata del mundo, ha instalado un discurso ambientalista que no escucha razones y se opone a la minería, al fracking, a la energía nuclear, a las granjas de cerdos y ahora a la explotación petrolera de nuestra plataforma marina.
Desde dónde hablamos
En este tipo de debates es honesto conocer desde dónde se para cada uno para fundar su opinión. En mi caso, me defino políticamente peronista a secas, sin otro rotulo. Acompañé y milité en los gobiernos de Néstor y Cristina, y acompaño y milito para que le vaya bien a nuestro gobierno actual. No soy funcionario. Pero, debo aclarar, que soy muy amigo del secretario de Energía, Darío Martínez, y su equipo, con quien militamos juntos en Neuquén desde hace muchos años. Y que en ese carácter de amigo y compañero (porque no me gusta la palabra asesor) doy una mano en algunos temas.
Perón definió unas grandes líneas donde basar la doctrina. Felicidad del pueblo y grandeza de la Patria. Independencia Económica, Soberanía Política y Justicia Social. Y dijo: “Las doctrinas no son eternas sino en sus grandes principios, pero es necesario ir adaptándolas a los tiempos, al progreso y a las necesidades (…) una verdad que hoy nos parece a nosotros incontrovertible, quizá dentro de pocos años resultará una cosa totalmente fuera de lugar, fuera de tiempo y fuera de circunstancias.”
Respecto lo económico, en su libro “Doctrina Peronista” dice: “La riqueza general nace de la producción, y el desenvolvimiento de la producción siente la influencia de los capitales disponibles. De ahí que, para la prosperidad de un país, es de vital importancia desarrollar la formación de capitales y su utilización juiciosa por parte de los particulares y de los poderes públicos. En consecuencia, debe estimularse el capital privado en cuanto constituya un elemento activo de la producción y contribuya al bienestar general.”
Parece ocioso volver a aclararlo. El peronismo no está en contra del capital privado, ni del local, ni el extranjero. Y por si hay dudas, revisemos los 12 años de Néstor y Cristina y descubramos que no construímos el socialismo cubano.
Hoy con 40% de pobres, no tenemos “felicidad del pueblo”. La deuda con el FMI que tomó Mauricio Macri, nos quitó independencia económica y soberanía política. O sea estamos bien jodidos.
Las cuentas del Estado Nacional
El primer punto a despejar es esa falsa y facilista idea de que el Estado tiene recursos infinitos, para atender demandas infinitas. Y que el gobierno no aumenta las jubilaciones, los sueldos del Estado, las obras publicas, la inversión estatal, etc, etc, porque son malos o inútiles.
El presupuesto nacional dispone de los recursos que ingresan vía impuestos que nunca alcanzan, entonces se acude a emitir billetes hasta un cierto límite. Les recuerdo que Néstor Kirchner del 2003 al 2007 tuvo superávit fiscal. Lo logró, según cuentan, llevando una libretita de almacenero donde todas las mañanas un funcionario de Economía, le pasaba cuanto ingresó y cuanto salió del tesoro el día anterior.
Entonces vayamos dejando algo en claro. Cuando el argumento es “porque le damos la explotación de un recurso a la empresa privada, si lo puede hacer el Estado”… La respuesta básica es: porque no nos sobran recursos para hacer semejantes inversiones de mediano y largo plazo, que sí los puede hacer una empresa privada.
El extractivismo maldito
Creo que gracias a las películas de Pino Solanas, se ha puesto de moda esa palabra que se escupe como el peor de los agravios a quienes proponen explotar un recurso natural. Y como quien ha descubierto una verdad celestial agregan: “Lo que hay que hacer es industrializar en origen, los minerales, el petróleo, la soja, etc..” Claro… que bolu!… como no se nos ocurrió montar grandes fábricas. Pero, ¿con qué recursos? Bueno dirá el cuestionador bienaventurado: “No sé, eso pensalo vos…yo te di la idea”. ¡Genial! ¡Gracias!
Argentina ha sobrevivido hasta hoy, básicamente, del extractivismo del nitrógeno. Porque los cultivos extraen nitrógeno del suelo para vivir. Una tonelada de soja requiere 80 kg de nitrógeno, cuyo agotamiento requiere fertilizar. ¿Y de dónde sale el fertilizante? Pues del gas, que también es “extractivismo”.
Pero no todo es soja. En Córdoba, Rosario, Zárate y otros sitios fabricamos autos y camionetas. Genial. Los obreros del Smata cobran buenos sueldos, hay pymes que ligan una parte. Pero, en la industria automotriz solo el 30% de las autopartes son nacionales, el 70% hay que importarlas. Y para eso necesitamos si o si, pagar en dólares (no sirven los billetes nuestros). Y de donde vienen esos dólares, pues del “maldito extractivismo”. Y cada vez que una pyme necesita una máquina o insumos para producir, necesita dólares (al precio oficial obvio). Dicho sea de paso, ¿saben cual fue la primera fábrica extranjera de autos en instalarse en Argentina? La IKA Industrias Kaiser-Willys norteamericana en enero de 1955 y ¿quién logró convencerlos de venir? Pues Perón, quien estuvo en la inauguración de la planta.
En síntesis muchachos “anti-extractivistas”. Coincidimos totalmente en la necesidad de industrializar en origen. Pero, para eso hacen falta capitales, que ustedes desconocen de donde sacarlos. Y mientras tanto “no toquemos nada”. La segunda mina de plata del mundo esta en el desierto chubutense desde Cafulcurá, y seguirá estando allí sin explotarse 200 años más. El cobre de la cordillera, del cual vivieron y viven los chilenos toda su historia, tampoco lo toquemos, que los sanjuaninos hagan vino y no jodan con hacer minería. Y ¿Vaca Muerta? Una de las reservas mundiales de gas shale, no lo explotemos, sigamos comprándole a Bolivia o a los norteamericanos que lo traen en buques metaneros. El fracking es peligrosísimo, me contó un rosarino, que dice que produce horribles terremotos. Qué raro, yo vivo cerca, y los únicos terremotos los arman mis sobrinos cuando me visitan…
Los jóvenes empetrolados de Mar del Plata
Una terrible foto de Greenpace recorre los grupos de WhatsApp estos días. Unos preocupados jovencitos salen de bañarse en el mar chorreando petréleo de sus cabezas. Un video de una adorable jovencita sentada frente al mar (no era Puerto Mont…) nos explica, señalando el mar, que dentro de un tiempo allí, allí y allí vamos a ver unas horribles plataformas petroleras. Bueno, nadie le contó que las áreas de exploración van estar una a 307 km y la otra a 443 km de Mar del Plata, y salvo Súperman con su supervista, ninguno de nosotros las podrá ver…que lástima.
O sea, los ambientalistas de Greenpeace y otros, nos toman el pelo. Pero miles de audaces militantes del dedito de WhatsApp reenvían y reenvían. Y mal no les va. En pandemia millones de videitos circularon contra el chip vacunatorio, y millones de boludos en todo el mundo se niegan a vacunarse.
En las cuencas del litoral marítimo de Tierra del Fuego y Santa Cruz, hace mas de 30 años que hay producción de gas y petróleo costa afuera y nunca hubo un derrame que pusiera en riesgo el medio ambiente. Los fueguinos se meten al mar y salen congelados… pero sin una gota de petróleo en el pelo.
Ahora en verdad el problema no vendría siendo los jovencitos nadadores, sino las ballenas, las tortugas y los pinguinos, que usan una ruta navegable cercana a las zonas de posible explotación. Aunque hay especialistas en fauna que dicen que no hay peligro, finalmente nos quedamos debatiendo sobre la salud mental de los pinguinos, que no niego que sea importante, pero discúlpenme si como peronista tengo una preocupación mayor. Por ejemplo, en Mar del Plata hay miles de niños pobres que jamás conocieron el mar porque sus padres no tienen posibilidad económica de llevarlos. Eso no le preocupa a Greenpeace.
Ya sé…los bienaventurados cuestionadores, dirán: “Si las empresas se la llevan toda, los pobres van a seguir allí, hay que darles trabajo digno a sus padres”. ¡Genial!
Bueno les cuento que yo vivo en Neuquén. Donde tenemos la “maldición de Vaca Muerta”. Aquí también hay núcleos de pobreza. Pero tenemos 25 mil obreros del petróleo que ganan sueldos del primer mundo. 25 mil familias que viven holgadamente. Además, cerca de 150 pymes prestan servicios a las petroleras. Más todo el comercio y servicios que reciben el impacto positivo. Y, un Estado provincial cuyos recursos casi en un 50% provienen de regalías e impuestos de la actividad. Un estado provincial que derrocha bastante. Y que tiene casi los mejores sueldos del país. O sea… si le hubiéramos hecho caso a Pino Solanas sacando una ley anti-fracking, como hizo Mendoza, hoy estaríamos esperando que los bienaventurados cuestionadores nos expliquen de qué vamos a vivir.
Porque el punto principal es ese. Aquellos que son anti-todo: ¿qué tipo de actividad productiva proponen?
Las concesiones de exploración en el mar bonaerense
El Gobierno nacional aprobó la realización de la actividad de exploración sísmica para tres “bloques offshore” ubicados en la Cuenca Argentina Norte. YPF se asoció con dos empresas con amplio conocimiento en la actividad offshore, como son Shell y Equinor .
Voy a transcribir un textual de Pablo González, el santacruceño que Cristina propuso como presidente de YPF. O sea no es un CEO de las “horribles” petroleras multinacionales, sino el presidente de nuestra YPF del Estado.
“La Argentina tiene un potencial enorme en su cuenca Offshore con recursos que podrían equiparar a los que hay en Vaca Muerta. Su desarrollo podría generar un cambio profundo en el país, transformándolo en un país exportador de energía al mundo.”
“Tenemos la oportunidad de hacerlo ahora. En el marco de las transiciones energéticas podemos colocar a la Argentina en el centro de la estrategia de los países para descarbonizar sus economías, con una producción de petróleo y gas mucho más eficiente desde el punto de vista ambiental.”
“Los países que apostaron al desarrollo del offshore lograron un impacto muy positivo en la economía de sus países, sin afectar el medio ambiente. El caso de Brasil sirve como ejemplo de cómo se logró este camino de compatibilizar desarrollo económico y sustentabilidad ambiental.”
“El proyecto CAN100 tiene el potencial de generar 200.000 barriles de petróleo diarios, una producción similar a la que actualmente produce toda YPF. Se estima que para su desarrollo, las inversiones ascenderían a más de 6.000 millones de dólares con un impacto muy positivo en la cadena de proveedores locales y en la generación de empleo. En la fase de desarrollo, se podrían generar 22.000 empleos directos. Todo este impacto en un solo proyecto.”
Los estudios de impacto ambiental
Para la realización del proyecto, las empresas presentaron un Plan de Gestión Ambiental que se compone de trece programas, y en cada uno se describen las actividades del proyecto con potenciales impactos, las acciones de mitigación y de prevención para evitar o reducir los posibles impactos negativos y mejorar los positivos.
Algunas de las exigencias más relevantes son:
• Programa de observación de fauna marina a bordo que incluye el monitoreo visual y acústico para mamíferos marinos, tortugas marinas y otras especies. Además, se aprobó un protocolo especial que las empresas deben cumplir para la realización de este monitoreo, que recoge la experiencia internacional en la materia.
• Programa de prevención de impactos sobre la avifauna a través de la reducción de la iluminación externa de los buques al mínimo y la inclusión de boyas terminales con protectores para tortugas marinas.
• Programa de prevención de impactos por potenciales interferencias y de coordinación con otras actividades como puede ser la pesquera.
• Programa gestión de residuos y efluentes a bordo.
La autoridad de aplicación deberá estar informada en tiempo y forma de la evolución de la actividad sísmica, su impacto y podrá tomar las medidas adicionales adecuadas para garantizar el cuidado del medio ambiente.
Como se puede ver no hay ninguna intención del gobierno, ni de las empresas en generar un daño a ningún animal marino. Pero bueno, todos estos estudios son destruidos en cinco minutos por un videito de wasap que va a mostrar un lobo marino en la rambla de Mar del Plata comiendo una pelota negra de petroleo crudo.
Ya es hora de que los militantes peronistas demos el debate sobre estos temas, porque si no, nos van a terminar gobernando los muchachos de Greenpeace, cuyo, no sé si lo saben, último director argentino fue Juan Carlos Villalonga, diputado nacional del PRO y según Wikipedia, columnista ambiental para el diario Página 12.
* Autor de Salvados por Francisco y La Lealtad-Los montoneros que se quedaron con Perón.
Opinión
Lo bueno de tener prioridades
Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.
Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar.
Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego.
A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa.
Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera.
Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas.
Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido.
El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría.
Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad.
Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?
Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora.
Por Mario Delgado.-
Opinión
Te acostumbrás
Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera.
“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo.
La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos.
Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto.
Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros.
No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.
En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino.
Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes.
Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales.
Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre.
Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás.
Por Mario Delgado.-