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Opinión

Sueños y quimeras electivas

Observar, contemplar como tantas veces, como en diversas elecciones anteriores, actitudes, gestos, risas y optimismos que van desprendiendo los precandidatos, antes de las horas cruciales de las votaciones en sì. 

Pararme a charlar con los diferentes actores de la política local y extraer de ellos sus sueños, sus quimeras, hasta sus pequeñas o grandes utopías e ilusiones màs ìntimas. Viven días intensos, con visitas foráneas y recorridos internos, por las calles de barrios y localidades, entre charlas y reclamos que reciben de sus vecinos de ciudad. 

El vigente eslogan de una muy probable polarización, entre oficialismo y principal fuerza de oposición; o el anhelo de algunos de colar la cuña y convertirse de pronto, de golpe casi, en la famosa tercera vìa. Los datos son claros en tal sentido: año a año muta esta tendencia que, es interesante, abre una puerta de aliento en elecciones de medio tèrmino, como èsta que se nos viene, mis amigos. 

Entonces con un presunto arrastre de arriba, los dirigentes vernáculos se alegran y especulan, sacándose fotos con el referente de afuera que los arenga con los números en el aire, con el viejo juego de creer en batacazos. En este contexto, un señor oferente en sexto lugar de esa lista expectante, me subraya su pensamiento: “Vamos a ver si esta ocasión, entramos”, me expresa contento. Callo para no herir susceptibilidades. El silencio es buen aliado en tal circunstancia, evita tener que exponer toda una baterìa teórica de la enorme cantidad de sobres que deberá obtener tal buen hombre para ingresar al HCD local. Mejor no ser pájaro de mal agüero y no estropear gratis su paz. 

No es tarea fácil convencer al olavarriense de sufragar por alguien en particular. Personas muy queridas, han sido un fiasco como postulantes electivos. Y trepar la cuesta del 10 %, es toda una odisea. Mas no es prudente pinchar globos antes de tiempo. Aunque algunos buenos vecinos se sientan elegidos antes de hora y tal vez, hasta actùen en consecuencia, olvidándose incluso de dònde salieron. No difiere este presente de otros previos, donde comulgan a una preceptos claros de transformación de la realidad colectiva, con simples apetencias personalistas. El ojo abierto deberá ocuparse de entender quien es quien.

Las ingratitudes están en este ambiente. Con los dolidos y excluidos de las listas a la orden de la jornada. Con lealtades que duran un suspiro y cambios de rumbo imposibles de digerir con premura. En ese carrusel, da idénticamente un ex funcionario que un novel y aprendiz de político. Al experimentado le vale la crìtica y al recién aparecido, no faltarà quien le pregunte: “Y vos, ¿què sabès de política?

Se nutren las boletas este año de apellidos sin archivos. Gente que abreva por primera oportunidad en diferentes frentes electorales, con mayor o menor incidencia discursiva. En el camino se van haciendo, se arman de coraje y plataforma. Despuès de todo, no resulta como otrora la cosa ahorita mismo: con un par de muletillas, de frases ya constituidas,  van zafando. En algún caso es harto evidente para los veteranos del ruedo, que no poseen una extensa plataforma, sino màs bien un cùmulo corto de ideas y apuntes.

Es un ejercicio instructivo oìr a los componentes de las vertientes nuestras. Uno comprende las limitaciones y el talento, los yerros y los logros de cada uno. Aprecia temores y estigmas, y como cada minuto es una invitación a la auto superación, a dejar de lado la timidez y engancharse en el tren del resto, porque los pormenores de esta contienda, iràn llegando, para perfilar nombres al estrellato de las preferencias y separa a otros de cualquier posibilidad. 

Productos en exhibición son de ahora en adelante. De còmo se sepan ofrecer y de què demande la sociedad esta vez, dependerán los resultados. 

Por Mario Delgado.- 

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