Opinión
La Marcha de las Piedras

Por las redes se instruye una movida para el 16 de agosto, denominada “Marcha de las Piedras”, una forma elocuente de materializar descontentos con el poder de Casa Rosada.
El transitar significativo de las redes sociales es evidente desde hace tiempo ya. E incluso ha sido y continuarà siendo, un eje, un hilo conductor de movilizaciones populares sin una única cabeza visible, sino con adherentes voluntarios que se acoplan a consignas expuestas en las diversas plataformas.
Todo este párrafo introductorio tiene sentido, mis amigos, para dar base al comentario central, al argumento de esta nota de opinión, puesto que a través de Twitter, la señora Ani Marino, escribió el pasado 3 de agosto un posteo sugerente con relación al manejo del Gobierno frente a la pandemia y, fundamentalmente, una expresión de descontento por las repentinas visitas a la Quinta Presidencial de Olivos, en pleno encriptamiento ciudadano. Mientras hubo gente en todo el territorio nacional que no podía despedir a seres queridos que partìan al màs allà víctimas del virus de Whujam, en la alta esfera del poder, se contemplaban las cosas de otra manera, siendo suaves en el concepto por supuesto.
Los muertos sin velatorio, las despedidas que no se concretaron, las ausencias pronunciadas, todo es un caudal de demostración que ciertas cuestiones, no se manejaron tan bien cual nos quieren hacer creer.
Por tal motivo se organizò, insisto por medio de las redes, una Marcha de las Piedras para el 16 de agosto, desde las 16 horas en Balcarce 50 y en la propia Quinta de Olivos.
La idea es que cada quien que asista, lleve una piedra para depositar en esos lugares, no para arrojarlas contra nadie, sino màs bien como un símbolo real, patente, de cada uno de los muertos por el virus coronado: 107.500 fallecidos por ahora, nada màs que hasta aquí.
“Por los que se fueron, por los que no están”, es un eslogan, una consigna a todas luces esclarecedora, luego de oìr cientos de veces que el “Estado nos cuida”. ¿Nos cuidò? Darìa la impresión que ee politizò la vacunación, con vacunatorios VIP al servicio de adulones, con personajes nefastos inoculados, mientras el grueso de la población aguardaba su turno con estoicidad y se negociaba sòlo con determinados laboratorios por temas de índole ideològico.
No falta alguien que anuncia un probable desastre, a raíz de la montonera de piedras que se llevaràn ese dìa. Empero la visibilizaciòn del evento sigue su curso normal, concitando la atención en distintos puntos cardinales que han solicitado ser también lugares de referencia, de modo tal que la respectiva Marcha tendrá sus “sucursales” en varias ciudades del interior.
Las pèrdidas suman màs que las ganancias en este desalentador proceso. Por tal motivo no se descarta una concentración multitudinaria.
Por Mario Delgado.-

