Connect with us

Opinión

Lo que quedó de mí

La máquina inflexible del tiempo ha pasado y en su derrotero sin pausa, chocó de frente contra la vieja guardia del fomentismo local.

Published

on

Entonces todo fue mutando, algunos lo entendieron màs pronto que el resto de sus pares, pero la cuestión fue real, cabal, concreta; sin atenuantes ni eufemismos. Aunque sì con una notable carencia de sinceridad ante lo que se veìa venir en la tan noble actividad de servicio.
Quizà el puente indirecto o no, hacia el caos o la transformación fomenteril, le haya otorgado sin patente, la partidización política de varios de los actores barriales. De una pertenencia casi vedada o velada a un afluente partidario, se fueron encolumnando de manera menos sutil, màs abierta. Y luego vinieron de la nada, los otros, los aprovechados que suelen valerse del fomentismo para sus anhelos y apetencias personales.
No faltò tampoco en este proceso de descomposición, quien aportase otro ingrediente maléfico a la orden del dìa: anexar sin preámbulos conflictos o rencillas de tinte personal.
Si hasta en las redes y por los medios tradicionales de comunicación, hubo pseudo fomentistas que salieron con sus tapones de punta, catalogando a colegas despectivamente.
El cariz de las contiendas fue acelerando el rumbo al desborde. Y la indiferencia e hipocresía, salieron también a relucir, complicando aùn un poco màs, la ya embarrada cancha.
Las divisiones se afianzaron, ubicándose unos al lado del otro, aliándose o distanciándose según ameritaba la circunstancia. Optaron por unirse al Municipio algunos, con sentido de ser amparados. Por el lado contrario, hubo quienes desairaron o desafiaron con rudeza a la Comuna. Y un tercer tándem, màs poderoso en sì y màs hábil, permaneció expectante y neutral, haciendo su vida, diríamos, mis amigos.
Ante tal desunión, cada quien actuó bajo su propio criterio y el rol de la instituciòn madre, la Federaciòn, se desdibujò, perdiendo entidad y por ende, autoridad.
Temas de Estatuto, acciones legales y planteos coyunturales, dieron cita a nuevas peleas, y, cual titanes en el ring, los “divorcios” y los enojos continuaron.
Se llegó a un punto muerto, donde la utilización del Reglamento se adecua al momento o al dirigente. Al capricho y no al eje central, medular del acervo fomenteril.
De ahì a no reconocer un líder, queda sòlo un paso. Se desvirtuò la nobleza de la tarea, y hoy es un descalabro. Hay entidades sin renovar comisiones, otras con nòminas vencidas desde hace rato. En algunas votan solamente los socios, pero otras autorizan el sufragio universal, con apenas vivir en la zona de influencia de la Junta Vecinal o Sociedad de Fomento.
El apogeo diluye su influencia y cada quien hace lo que està a su alcance, apelando al ingenio en medio incluso de la pandemia presente.
Quien ha sabido conducirse, avanza sin pausa. Pero todos reconocen en público o en secreto, que la vida del fomentismo vernáculo està en peligro.
Se oyen voces de salvación. De refundación. De mirar en lontananza y ubicar un horizonte màs proclive al diálogo. La unidad en este ambiente, es algo difícil de conquistar. Intentos hubo. Infructuosos.
No es un minuto de optimismo. Sin embargo, no cesan los bosquejos de empezar otra vez. Con nuevos impulsos. Por otra parte, no habrá que olvidar que este es un año de elecciones y eso motiva diversas acciones. Y también es un año de votar en la entidad cabecera, de modo tal que el atractivo existe, pese al mar picado de fondo.
En tal sentido, se barajan nombres de posibles candidatos a ocupar el puesto de mando. Una oportunidad para echar leña al fuego.
Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho