La Región
Pedido de excarcelación denegado para el acusado de violar a una menor en Alvear
Al encausado le atribuyen haber sometido sexualmente a la víctima en reiteradas ocasiones desde que ella tenía 15 años. Cuatro hechos de “abuso sexual con acceso carnal” y uno de “lesiones leves” son los delitos por los cuales está detenido. El mismo Juez de Garantías que el martes de la semana pasada le dictó esa medida de coerción al joven fue quien ayer rechazó la solicitud para que recuperara la libertad.
Una semana después a que resultara detenido en General Alvear por un caso de abuso sexual donde como víctima figura una adolescente menor de edad, el Juez de Garantías que entiende en esta investigación penal rechazó ayer un pedido de excarcelación para el encausado que había sido presentado desde una Defensa Oficial.
“El beneficio excarcelatorio no ha de resultar procedente, por cuanto no sólo advierto que la petición defensista no se encuentra enmarcada en ninguno de los supuestos contemplados por el artículo 169 del CPP, sino que de los elementos valorados se encuentra demostrado que el imputado intentará con su accionar eludir la acción de la justicia o entorpecer el desarrollo de la investigación”, escribió el magistrado Federico Barberena en uno de los párrafos de esa resolución.
No bien el acusado había sido detenido el martes de la semana que pasó en Alvear en el marco de un procedimiento llevado a cabo en la vía pública, en un principio se dispuso que permaneciera alojado en la Estación de Policía Comunal de esa ciudad distante a poco menos de cien kilómetros de Azul.
Había sido también el magistrado a cargo del Juzgado de Garantías 2 con sede en los tribunales de Azul quien ordenó aquella medida de coerción, a través de una resolución donde dispuso que, una vez que se consiga cupo, el imputado sea trasladado a la alcaidía de una de las unidades penales situadas en jurisdicción del Departamento Judicial local.
El acusado de estos hechos de abuso sexual en perjuicio de una menor de edad es un joven de 25 años, a quien voceros allegados a esta causa habían identificado como Mariano Flecha.
Desde la UFI 20 con asiento en General Alvear, Cristian Citterio es el fiscal que lleva adelante la instrucción de esta causa donde, con los elementos de prueba reunidos hasta el momento, había solicitado la detención para el joven que se hiciera efectiva en aquella ciudad el martes de la semana anterior.
Flecha se había negado a declarar cuando, después de su arresto, fue trasladado a sede judicial para cumplir desde la Acusación con esa audiencia indagatoria.
En esta investigación penal es considerado -“prima facie”- autor de “cuatro hechos” de abuso sexual con acceso carnal y uno de lesiones leves. Delitos todos considerados como cometidos “en concurso real de acciones entre sí”.
De acuerdo con lo probado hasta el momento, a partir del mes de junio del año 2018 Flecha había cometido en perjuicio de la víctima, cuando la adolescente tenía en ese entonces 15 años, los abusos sexuales por los que permanece detenido y ayer se rechazó ese pedido para que fuera excarcelado.
Varios inmuebles donde la menor vivía, a quien por cuestiones familiares el encausado conocía, se convirtieron en los escenarios de esos cuatro hechos donde la chica -según ella misma después afirmara en sede judicial cuando declaró por medio de la Cámara Gesell- fue violada.
También ha podido determinarse que todos esos episodios estuvieron marcados por circunstancias similares, vinculadas a que el ahora acusado, conociendo que la menor estaba sola, iba a verla y luego, ejerciendo violencia sobre ella, la sometía sexualmente.Después de que el último de estos episodios ocurriera en enero del año 2019, el pasado 13 de febrero sucedió ese otro ilícito que también le atribuyen al joven que continúa detenido.
De acuerdo con lo que la propia víctima señalara, aquel día Flecha y la madre del joven la agredieron y le provocaron lesiones, en el marco de un incidente que se produjo cuando la adolescente, en presencia de varios familiares del encausado, lo increpó para que hablara sobre todas esas ocasiones en que la había violado.
Un día después de sucedido ese hecho la chica radicó una denuncia por la que la semana anterior le fue dictada, también por el titular del Juzgado de Garantías 2 con sede en el Palacio de Justicia de Azul, la detención a Flecha.
El Juez de Garantías señaló en lo dispuesto que la excarcelación solicitada para Flecha no podía prosperar debido a que los delitos que le imputan prevén, como máximo, una escala penal que supera a la de los ocho años de prisión.
“Teniendo en cuenta que el beneficio excarcelatorio es solicitado en forma ordinaria, he de reiterar que la pretensión defensista no ha de tener acogida favorable, por cuanto no se encuentra ajustada a ninguno de los supuestos allí contemplados, por cuanto si bien nos encontramos ante un concurso real de delitos intimados, el monto máximo de la pena privativa de libertad establecida para el delito más severamente penado se establece a los 15 años de prisión, superando así el de 8 años establecido como límite en la norma procesal”, explicó al respecto el juez de Garantías Barberena en lo resuelto.
“En virtud de ello, en el caso de marras tenemos una presunción de fuga que surge del propio texto de la ley, basada sin duda en la circunstancia de que un importante monto de pena en expectativa se erige como un peligro de elusión de la justicia, conllevando ello a confirmar la existencia del peligro procesal de fuga, por lo que corresponde mantener la privación de la libertad que viene sufriendo el encausado Flecha”, indicó el magistrado para rechazar ese pedido de excarcelación para el acusado de este caso de abuso sexual.
Para denegar esa solicitud el Juez garante también tuvo en cuenta que estando en libertad el joven podría entorpecer en el pulso de esta investigación que lo tiene como acusado. Y en ese sentido, hizo alusión al incidente ocurrido con la menor el 13 de febrero de este año, cuando junto con su madre ambos la agredieron.
Fuente: Diario El Tiempo
Foto: Archivo Policía comunal Gral. Alvear
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Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca
Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.
A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.
Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.
En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.
“Una descarga descomunal”
Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.
Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.
Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.
En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.
Perseguida
Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.
Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.
Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.
Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM
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Un poco más solos
Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.
Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.
Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.
El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.
El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.
Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.
Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.
La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.