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Opinión

Por ahí esperabas otra cosa

Pobre de aquel ciudadano que tal vez esperase otra cosa del discurso del señor Alcalde Municipal Ezequiel Galli.
La moderación de la alocución fue apenas eclipsada por breves y humildes anuncios de obras pùblicas, en un año crìtico todavía por la acción del Covid 19.
Explicar que el Ejecutivo no dejò solo a un pueblo que se desmoronò durante el 2020, puede ser un registro polémico, con distintas visiones atendibles.
Olavarrìa cedió a la presión impuesta por la Provincia y los sectores afectados, fueron diversos. La puesta en vigencia de los controles urbanos, por otro lado, fue materia defendida por el Intendente, pero sumamente criticada por la oposición en su momento. La efectividad de los controles y la capacidad real de quienes ejercían tal función, se tomò en cuenta para pontificar yerros o descuidos groseros. Incluso el horario concreto de vigilancia, por ejemplo en la entrada de Loma Negra, fue puesto en el centro de la escena, ya que no quedaba nadie, luego de las 15 horas, según decían vecinos del lugar.
“Los testeos regulares, no comenzaron cuando era menester”, expuso la vereda de enfrente. Sin embargo, don Galli aplaudió la llegada y permanencia de los sabios testeos.
En cuanto a la cultura y el turismo, las penurias de esas franjas, son màs que notorias, con manifestaciones incluidas varias veces. No convence, entonces, al parecer, el cùmulo de resguardo empleado por Rivadavia y San Martìn para estas áreas. Empero, el Palacio no ahorrò loas a lo actuado para rescatar del naufragio a la cultura y el turismo.
Los minutos se iban inflexibles y no venìa, ni vino finalmente, ningún anuncio de fuste en cuanto a obras que pudiesen cambiar la cara de la comarca en este año de autèntica transición y con el virus chino, aùn acechante y sin ser derrotado.
Algunas reparaciones de calles y poquito màs. Y tampoco se desata la rienda de las aperturas porque se depende de Provincia. Ciertas inversiones en Salud y estar alertas. Quizà la contemplación de y hacia las sufridas localidades, tampoco haya ofrecido calma en demasìa.
La excusa puntual estaba al alcance de la diestra: el virus coronado, como un malévolo agente que impidió con su aparición fantasmal, la cristalización de lo proyectado en cada una de ellas.
No obstante, el mensaje tratò de ser permeable y asegurar un acompañamiento, desde el conocimiento de lo que acaece, y desde la òptica pràctica. Pero, marche preso. Las localidades sostienen un estado de abandono pre y post pandemia que no encuadra con la òrbita comunal.
Quizà el ítem de licitar en pocos meses màs, el servicio del transporte interurbano, quite un tanto la modorra. Las empresas del traslado público de pasajeros, han incurrido en fallas incontroladas y jamàs castigadas con el rigor del Estado Comunal. Aùn hoy se burlan del pasaje estoico y manso y, sin cumplir lo pactado, no circulan los días domingos y feriados. El Municipio sabe tal dislate y no hace nada.
La esperanza del hombre de a pie, fue burlada otra ocasión. Màs de 20 jornadas de huelga de “Ola Bus” y como si todo fuese normal. ¿Alguien cree ahora, que se perfilarà un transporte mejor de verdad en los pueblos?
No se quiso colisionar con nadie en el discurso del viernes 5. Es un año electoral y se tejen alianzas estratègicas (Jòse Eseverri muy cercano a Ezequiel Galli, ¿dice algo?). Ademàs, los boletos a la felicidad todavía no se venden. La chatura olavarriense continuarà este 2021, entre los hitos de las vacunas y la inmensidad del gasto en sueldos.
Por Mario Delgado.-

 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho