Opinión
Los lazos del fomentismo

No son tiempos de auge para el universo fomenteril. Por el contrario, se percibe màs bien un cono de sombra y ostracismo. O retracción. El gran drama del Covid 19 y sus consecuencias, frenò o contuvo ciertos impulsos y puso un manto de silencio en general. Lo que no significa que no se actùe de diversas formas: en algunos mínimos casos, cumpliendo espectaculares proyectos propios y en otros, tratando da capear el temporal, pese al “parate” impuesto durante gran parte de 2020.
Todo plenamente enmarcado en una profunda división existente en tan noble actividad, con dirigentes allende el Municipio, con detractores acèrrimos a Rivadavia y San Martìn, y con líderes intermedios en busca de un lugar. Los lazos del fomentismo son sòlidos y fecundos, y siempre hay una vuelta de tuerca. Màs allà de las circunstancias, incluso.
Sin el paraguas protector a mano de la entidad madre, las ovejas dicen y hacen a su antojo. O se llaman a silencio y divisan el panorama. Ya a esta altura, remarcar que son escasos los barrios que adhieren a Federaciòn, es una obviedad muy bien difundida. Empero, el señor Presidente federativo no ha dado ni darà aùn, su diestra a torcer. Sostiene su presencia y se considera un faro en la oscura noche.
Dice dialogar con cualquier interlocutor que se precie de tal, y otros, como para azuzar el fuego, expresan no reconocerlo. No verlo por la neblina de la noche aciaga. Y entre los anhelos de una Federaciòn fortalecida de veras y una inexistencia proclamada por funcionarios comunales, van transcurriendo los días.
Ha habido varios intentos de unir voluntades en pos de un tiempo mejor. Reuniones provechosas y de las otras. Con distintos actores, incluso del Palacio San Martìn. Pero todo se diluye o se confunde y cada quien, continùa su curso.
Se citò incluso por ahì, la posibilidad de crear un grupo de avanzada, una “Uniòn Vecinal” que se metiese de lleno en la labor de lograr conquistar sitios indómitos. Un fuerte bien pertrechado con fomentistas y vecinos dispuestos a trabajar, màs allà de pertenecer, èstos últimos, o no a entidades ya reconocidas. Un vìnculo directo con la realidad y las apetencias de la gente. De cara a modernizar la tarea barrial concisa.
Ahì nomàs se pensó, desde un àngulo opositor, que tal cosa no venìa a representar otra idea que un apéndice de la Comuna, encubierto de tal manera que despistase a ingenuos. Se fue, al parecer, el entusiasmo público un tanto y las brumas coparon nuevamente la cancha. Sòlo queda aguardar posibles novedades o sentir el peso del olvido.
El camino a recorrer es amplio y bifurcado. Por lo tanto, aparece, asoma la nariz, otro vèrtice atrayente: la Cooperativa de luz local y su interacción con la vida diaria de la población.
Coopelectric fue y es un polo de seducciòn. Hoy, vale especifificar, juega su partido unida al oficialismo político vernáculo. Y hoy también, no faltan fomentistas que van de un lado a otro del ring, en aras de ubicarse, ya sea de cara al viento o al revés.
Se mezcla demasiado todo y nada es tan simple. El rìo suena trayendo viejas disputas y los intereses van desde lo económico a lo político. Considerando en cada renglón el espacio de poder y la conveniencia de estar o no con “los amarillos” o con “Nueva Energìa”.
Entonces referentes de la izquierda, fomentistas, oportunistas y charlatanes de bar, forman fila tratando de convencer al usuario de que se debe torcer el rumbo del gigante o, en su contrapropuesta, apoyar lo actuado por la conducción en años de convivencia con los barrios y localidades. Entre favores prestados y sentido común, las voces iràn alzándose.
Para bien o para mal, tanto entrecruce de facetas, puede asombrar. Pero nadie resulta indiferente. Ni los extrovertidos de siempre ni los callados. Algo va a surgir en un año, además, de elecciones legislativas. Los bien parados, observan cautos y aguardan. Otros caerán en la trampa y se embarraràn para facilitar la escalada de terceros.
Por Mario Delgado.-

