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Opinión

Todo vale, todo sirve

El peligro constante de buscar la Verdad y no tragarse los discursos de los oficialismos, no resulta tarea sencilla. Puede uno quedar expuesto y sujeto a todo tenor de crìticas. Incluso perder amigos en las redes o recibir comentarios soeces. Una circulación de calificativos negativos para tratar de denostar, muchas veces sin lograr contrarrestar con argumentos consistentes, realidades objetivas, no solamente opiniones de coyuntura.
Esto se relaciona, estimo, con la dimensionada “grieta” que nos atraviesa y divorcia a los argentinos. Es que hay conciudadanos que no bancan actitudes de aquellos circunstanciales adversarios políticos.
Pero existen acciones que derivan en opciones innegociables en cuanto a què rumbo optar. Nadie en su sano juicio, ha de observar a Lòpez arrojando bolsos conteniendo dinero en un convento, y quedarse inmóvil y avalar sus movimientos. Por tal motivo, màs allà de reconocer también segmentos de corrupción en tiempos del “Gato”, hay cosas muy evidentes.
Otro tema crucial es màs actual, incluso: lo que percibe la señora Cristina Fernàndez viuda de Kirchner en concepto de jubilación y pensión: $ 1.700.000. Y agregarle debemos a esa friolera, la cantidad de $ 100.000.000 en calidad de retroactivos. ¿Hemos de cifrar lo que cobra un pobre jubilado?
Estas son las situaciones que enervan y llevan a escribir o hablar en contra de un sistema que permite y, aùn màs, naturalizò ya hace rato, tales artimañas negativas y perjudiciales para la pretendida teoría de la “democracia igualitaria”.
Todo verso: los que llegan se enriquecen y el pueblo mira absorto y se pelea entre sì. Y va otra perlita rescatada del pantano: la Jefa del INADI, Victoria Donda, negociò la renuncia de su empleada domèstica, a la cual le abonò durante cinco años $ 5.000 por mes, con un subsidio y un cargo. Podemos acordarnos del ex Ministro Triaca, aunque èl, con algo de decoro, renunciò ni bien trascender su yerro.
O sea, nos levantamos y acostamos insertos en una panorámica del “Todo vale, todo sirve”, en aras de enriquecimientos ilícitos o de amparar la corrupción que nos consume.
Denunciar tal mugre, es objeto, como les decía al principio, de sendas burdas frases y descalificativos, tendientes a silenciar y/o ridiculizar al que no transa, al que desea separar la paja del trigo.
Hoy, con la pandemia encima, se agudizò màs todavía el descontrol. Tienen la manija de los decretos y las prohibiciones a su alcance. Lo peor es descifrar que ningún ingrediente de corrupciòn, ayuda al hombre común. Por el contrario; es muerte y desolación el efecto primario de la matriz corrupta.
Y, por último, pensemos en voz alta algo sustancial: la corrupción no es exclusividad nacional; se la ubica también en diversas latitudes del mundo. La diferencia primordial radica en que acà, nada funciona. En otros países habrá corruptos sì, pero el país anda y la gente vive como se merece. No es lo mejor, ni debiese ser asì tampoco, mas es lo que hay.
Por Mario Delgado.-

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