Connect with us

Opinión

Jugar al bowling

Published

on

La incomprensión del efecto devastador de ciertas frases, da que pensar, sobre todo si se tiene presente la discrecionalidad o parcialidad pueril al momento de juzgar dichas palabras. Entonces, depende de quien las haya pronunciado, se va evaluando su contenido. Lo que representa en la praxis, tomar con sorna o caer despiadadamente sobre el pronunciador de comentarios.

Un poco de hipocresía también hay en esto. Como en otras áreas. Acà en esta ciudad del centro provincial, tenemos un golpeador de mujeres que sigue teniendo arraigo en gran parte del pueblo por su pasado deportivo de gloria. Un acto reprochable pero concreto. Esto sucede fácilmente en un país dado vueltas. La vara de medir no es imparcial, jamàs.

Ante tal salvedad, interpretaremos quizá con mayor fluidez de criterio, los dichos del actor còmico da trayectoria indudable, Dady Brieva, cuando expresó muy suelto de cuerpo, refiriéndose a los manifestantes del 12 de octubre: “DAN GANAS DE SUBIRSE A UN CAMIÒN Y JUGAR AL BOWLING EN LA 9 DE JULIO”. Obvio, mis amigos, que tal supuesta jugada al citado bowling, este señor la haría usando a las personas adherentes a la movida como bolos de carne y hueso.

Una barrabasada impresentable fuera de cualquier análisis sensato. Digno de miles de condenas este improperio. Empero, tibios han sido los rechazos y hasta un señor llamado Juan Acosta, a su vez también reconocido mediáticamente, ha señalado que “Brieva es un buen tipo. Yo lo conozco y no matarìa ni una mosca”.

La expresión del controvertido Brieva saltò a la vista como un chiste; de última es una joda. Queda flotando la duda si en verdad añora matar opositores o es sòlo chacota. O tal vez una manera medio sutil y encubierta de incentivar a otros a cometer violencia explìcita contra quien no cree lo mismo que ellos.

Lo cierto es que lo dijo y debió recibir un castigo que todavía pende en el inmenso aire de la impunidad argentina. Porque en definitiva, es un actor de renombre y de conocida afición al gobierno actual. De modo que sus expresiones no son obra de la mera casualidad o simple ocurrencia para hacer reír un poco al alicaído pueblo.

Temeraria postura la de aquellos que lo aplauden o se callan y lo avalan en secreto. O incluso de los indiferentes. Màs aùn cuando en la Argentina no se respiran óptimos aires. Inmersos nos ubicamos en un clima de constante tensión y nerviosismo. Y con un incremento brutal de la delincuencia y los atropellos a las libertades civiles.

Todo un combo de ramas secas. La gasolina falta, pero andan varios con el encendedor a cuestas, aguardando nomàs. Cuestiòn de tiempo, mis lectores.

Por eso no convendría dejar transcurrir estas frases como si tal cosa nada provocase. Porque tuvimos bombas en comedores, secuestrados, torturados, sindicalistas, políticos, policías y civiles asesinados. Porque hoy contamos con un señor Ministro cuyo papà matò sin piedad a la hija de un militar de alto rango como si tal cosa no fuera pecaminosa. Porque las huestes arremeten sin pausa y quieren llevarse consigo los muros que defienden la libertad de expresión, por ejemplo.

Un presumible chiste que no es ingenuo, sino propagador de ideas totalitarias. Una pizca mínima de gasoil en medio del bosque bien seco. Una estupidez que abre las puertas de estúpidos absolutistas o utilizados por otros para fines espurios.

Capitalizar este tipo de aconteceres y desactivarlos es un deber de todo argentino de noble voluntad. Por màs que se experimente simpatía o inclusive afecto por aquèl irreverente que pronuncie desaguisados incongruentes en este instante tan crucial que vive la nación. La imparcialidad debe operar aun frente a los sentimientos. Y la memoria también.

Por Mario Delgado.-

Advertisement

Opinión

Lo bueno de tener prioridades

Tener prioridades es realmente óptimo: sugiere, entre otras cosas, que el individuo o los gobiernos de los tres niveles, poseen un criterio juicioso, y cuentan, además, con un proyecto de vida de largo alcance.

Published

on

Marcar las cuestiones a realizar o resolver con premura, habla bien y nos habilita a creer que hay una contemplación completa de la realidad, y, en base a tal visión, se planea un estricto núcleo de objetivos a cumplimentar. 

Marchar por la senda sin rumbo, sin norte ni guía, es mala o necia, al menos, señal. Por tal motivo se interpela siempre a cada quien, contar con una agenda al alcance de la diestra. Y activar los hilos en consecuencia, desde luego. 

A propósito, este pequeño marco introductorio pretende depositarnos, mis amigos, en un ítem crucial para la concreción individual y colectiva como ciudadanos plenos. Y, conviene por cierto mencionar, la imposibilidad de seguir guitarreando en esta temática que ofreceremos, y desprenderla lo antes posible, de fanatismos partidistas. Me refiero en concreto a la Educación nuestra, en esta nación gloriosa. 

Se ha difundido hace horas atrás un informe contundente por parte de la señora Ministra de Educación de CABA que sentencia con supina espontaneidad, los vericuetos de la niñez y adolescencia que no transitan por un camino elogiable en materia de aprendizaje, llegando a terminar la Primaria o estar en Tercer Año de la Secundaria y no saber leer y escribir sin yerros y tampoco poder comprender y explicar con palabras propias, un texto cualquiera. 

Tamaña deficiencia se ata, en cierta manera, al tiempo de parálisis escolar impreso por la pandemia y la sucesión de cuarentenas. Podríamos asimilar tal contingencia en mayor o menor talante; sin embargo las deducciones del informe van más allá del proceso frontal del Covid 19 y sus medidas aleatorias. El problema a aceptar sin disimulos ni excusas mantiene firme la idea de que, en rigor de verdad, hay un drama previo, un dilema estructural que se agudizó con el virus chino, pero no es solamente esta reciente etapa dispar, entre la virtualidad y la ausencia en las aulas. 

Aún se agrega otro condimento no menor: se ha hecho un relevamiento entre una determinada cantidad de chicos, de entre 12 y 16 años, para averiguar si logran captar los subtítulos de las películas habladas en inglés u otro idioma, en cines o dispositivos hogareños. El análisis resulta desalentador, puesto que la gran mayoría, expresa no alcanzar a leer en tiempo real los zócalos correspondientes, no por interferencias en la visión, sino por no saber leer de corrido. 

El temido abandono del noble hábito de la cotidiana lectura, es una incómoda piedra puntiaguda en el calzado. Y no se notan visos de mejoría. 

Como daño colateral, por otra parte, del virus coronado, se ha comprobado que alrededor de 600.000 alumnos en el territorio nacional y 200.000 en la Provincia de Buenos Aires, no retornaron a sus establecimientos educativos al abrirse la famosa y tardía presencialidad. 

Un escándalo, sin objeciones de ninguna naturaleza. ¿Y ahora, quién carga con semejante cruz social? Porque, ¿alguien puede aseverarnos que tales pibas y pibes, volverán raudos a sus obligaciones escolares, al ser visitados por un docente o asistente social?

Una auténtica lástima que redobla la apuesta a constatar en qué sitio hemos colocado a la educación. Obvio, que ha descendido varios peldaños de cómo supo hallarse situada otrora. 

Por Mario Delgado.-  

Continue Reading

Opinión

Te acostumbrás 

Un amigo, un poco mayor que yo, me graficaba ayer que, en rigor de verdad, los argentinos nos vamos acomodando, nos adaptamos, con suma ductilidad, aunque refunfuñemos, a ciertas cuestiones demenciales que debieran sacarnos de quicio y movilizarnos de otra manera. 

Published

on

“Te acostumbrás”, me pontificó, despejando incluso con tal frase, cualquier sombra de duda que pudiera subsistir aún. No hay pena ni atropello que no se nos haya puesto de manifiesto, y, sin embargo, continuamos erguidos como sociedad y metidos cada quien en lo suyo. 

La escasa atención que le brindamos a los sucesos del entorno, tal vez tenga mucho que ver con las instancias personales de cada sujeto. Las ocupaciones son cada vez más en base a que el dinero rinde menos. 

Se naturaliza la opción del mayor esfuerzo y la gente dispuesta, sale en pos de ganarse el cada día más caro, pan vital. Una pequeña gran gragea, un botoncito de muestra que nos revuelve la panza, pero, reitero, no todavía como la contingencia requiere de un pueblo auténticamente agobiado y harto. 

Los niveles de corrupción piramidal se elevan a la enésima potencia, revolean bolsos con dinero mal habido en conventos o cuentan plata afanada en sendos videos virales, y todo gira sin más que algún comentario atrevido, desafiando a la ya incorporada manía de soportar y sobrellevar el drama, las culpas de otros. 

No se hace ni siquiera un necesario gasoducto y luego llegan los “verseros” de siempre, con excusas y mensajes altisonantes. Y los robadores de vacunas contra el Covid se pasean orondos, dando cátedras seguro, de cómo fomentar el buen turismo ahora que todo mundo acató órdenes salvadoras. Hipócritas impíos, exonerados por el poder, como un tal Firmenich o un viscoso Verbitsky. Falsedades convertidas en relatos presumiblemente verídicos, para entretener a la platea boquiabierta, que no despierta.

En tal contexto de locura y terror, no escasean los heridores del campo, los que nada saben del trabajo aguerrido de los productores chicos o medianos, y demonizan al sector, olvidando que de ahí emana el 65 % de lo que consume el argentino. 

Y nos quedaría chico el espacio para ir citando con mayúsculas, si lo desean, los yerros y las tropelías de los poderosos que se apoltronan en sus sillones, bebiendo en copas de oro, el sudor de los humildes. 

Ya probaron el sabor de dominar a una población encerrada y muerta de miedo e incertidumbre y van a ir por más perversidades. Porque no les importa subsanar las necesidades básicas, ni mejorar la calidad de vida del ser humano; sólo ansían llenar sus propias arcas, permanecer y ampliar la red de mantenidos por el Estado, que son los votantes cautivos, los temerosos que no se irán del redil por no perder sus planes sociales. 

Mientras la inflación consume las billeteras y separa a familias enteras, ahorcadas y sin solución, al tiempo que la inseguridad y la droga incrementa su paso fuerte y mortal, se encienden los doble discursos, las linternitas de los jetones de ocasión, charlatanes de bar, sin programas efectivos para mutar tanta mugre. 

Te acostumbrás, es cierto y penoso, a convivir con la putrefacción y contemplar sin esperanzas el panorama difuso del país que amás. 

Por Mario Delgado.-   

  

Continue Reading
 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho