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Opinión

Cuando la carpa es la vivienda

Amplio y repudiado despliegue policial para cubrir la Sesión. Y un debate arduo, extendido en el tiempo por razones obvias: la permanencia en el recinto de componentes de las organizaciones sociales y políticas que llevan adelante la implantación de la carpa o las carpas ya a esta altura, en pleno corazón olavarriense.
Madres sin hogar o sin posibilidades de abonar un alquiler promedio, se refugian en la visitada carpa y ayer mismo, expusieron parte de su realidad ante los ediles y la sociedad toda.
Banderas y bombos. Pero también orden y respeto se vio. Porque cada legislador pudo expresarse con plenitud y nadie fue interceptado en su alocuciòn. De modo tal que Victoria De Bellis, Celeste Arouxet, Alicia Almada, Martìn Lastape, Inès Creimer y Juan Sànchez, tomaron el respectivo inalámbrico para subrayar diversos paneos de un ítem crucial, rozando la Ordenanza aprobada en noviembre de 2015, de adhesión a la Ley de Hàbitat, como asì también olvidos de promesas electorales de construcción de casas y otros condimentos ácidos y críticos hacia la administración municipal.
Claro que, ante tanta bulla de los bombos en la vereda, fue menester pegarle un poco a los gobiernos de arriba, de hoy y de otrora, como para no desentonar con la pintura general que se matizaba cada minuto màs con la idea de responder a los vecinos en su demanda urticante.
Que faltan casas en este distrito no es algo que se descubra hoy. Ya en 2012 en el Concejo se hablò con claridad que se precisaban por lo menos 4000 viviendas en tal momento. Esa cifra bien valdría, como mínimo tal vez, duplicarla ahora.
No obstante las rispideces que podía suscitar el tòpico, no hubo replanteo desde la bancada oficialista. Si se optò, desde el vèrtice opositor, por hacer algunas descripciones gràficas de còmo pasa sus días cierta gente que no cuenta con las elementales comodidades, como por ejemplo, vidrios en las ventanas de sus habitaciones. Hete aquí un mensaje muy triste y clarificador, aunque tampoco novedoso de la vida de familias de acà, de esta ciudad cementera y ganadera, de esta comarca de contrastes.
Las casas que todavía brillan por su ausencia, son una deuda del Estado. Eso se presentò como un mea culpa a medias. Luego de agotado el hilo de voces de los ediles, se alzaron las veinte manos para dar el “sì” a los cinco proyectos encolumnados y unificados tras idéntica materia amplia. Flotò en el aire el alivio momentáneo y después de un cuarto intermedio, con excelente tino el Presidente del Cuerpo, Bruno Cenizo, dejó explayarse a varias personas del acampe céntrico que justificaron su actitud y demandaron respuestas oficiales y no politizar el asunto, màs allà de lo que ya està.
La necesidad es veraz. Puede convencer o no con rapidez, mas es concreta. El punto no discutido aùn es el quid de la cuestión misma, o sea el còmo ayudar y a cuàntas familias en rigor de verdad.
Tal vez orquestar por ahora asistencias puntuales o entregar materiales bajo control o dinero para alquileres. Aunque el dilema continuarà con creces cada jornada.
Almas sin trabajo o sin protección se perfilan para quedarse aguardando ante un poder que deberá ostentar cintura política y tacto. No herir susceptibilidades ni tampoco caer en las trampas de oportunistas que vuelan por allì cual golondrinas cerca del alimento.
Por Mario Delgado.-

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