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Opinión

Una nueva concejal: la señora Desprolijidad

Que iba a arder Troya, se intuía, pero no con las llamas utilizadas. Eso creo que escapó a todos los pronósticos previos. Ya nuestro portal detalla en nota aparte los avatares de esta Sesión Especial de ayer, en la fría mañana. 

A pocos días de llevarse a cabo el encuentro para tratar la polémica Rendición de Cuentas, con 354 millones de pesos abajo, los ediles radicales Guillermo Lascano y Celeste Arouxet hicieron saber a las altas esferas del Ejecutivo su postura de no aprobar la temática en cuestión. 

Y de allí en adelante se desató la tormenta. Eso es lo que quedó danzando en la sala. Con visos de violencia de género y misoginia incluidos. En otro momento y sin Covid 19, esto hubiese ameritado cuando menos una marcha céntrica de repudio. 

El radicalismo viene mal parado y queriendo, desde hace meses, remontar su centenario y válido barrilete. Y por otro lado, mis amigos, la continuidad de desprolijidades oficialistas sorprendieron al más pintado. 

Desde el rol de Juan Mujica, la eyección por correo electrónico de Lascano y la (no) asunción demorada de Laura Sequeira, con reemplazante llegando raudo desde la localidad picapedrera, hasta la ausencia de Decretos autorizando una cosa u otra. Increíble pero real. 

Y los gritos opositores y los misiles cruzando la amplia zona del salón. Nada parecía venir bien acorde y todo era un mar intransitable, innavegable. 

Discusiones a gran voz, acusaciones y solamente la mención en ciernes al tópico central de la jornada. Un esbozo oficial de justificar gastos y un reclamo constante opositor del por qué esa cifra. Con el condimento extra de Celeste volcada a mencionar su periplo y su odisea. Y su fin dentro del bloque gallista, sin dudas. 

Arouxet concitó la atención de todos y en torno a ella y sus dichos giró la luna. O el precario sol de la fresca “matina” del jueves. Su voz cortada por el llanto y su explícito respaldo al “quitado de en medio” Guillermo Lascano, tomó mucho tiempo y recorrieron frases de su ex banca y de las otras bancadas también. 

Y así, entre permisos sí o no, se nos diluyeron casi cuatro horas del valioso tiempo de cada quien. Y cuando las papas ya estaban a punto de cocción, se fue la faz oficialista del lugar y con un hecho inédito e insólito: desapareció a su vez el “capo máximo” del Cuerpo, el abogado Bruno Cenizo. 

Fin de la novela, por ahora. Un escándalo padre. Desaguisados al por mayor hubo. Y chicanas políticas de alto vuelo. Pase de facturas y aventuras casi chimenteras. ES POR ESO QUE VALE DECIR QUE EN MEDIO DE TODO EL DESPIOLE, NO PRESENTARON A LA NUEVA EDIL: LA SEÑORA DESPROLIJIDAD. 

Por Mario Delgado.- 

 

 Farmacias de turno en Olavarría Facultad de Derecho