La Región
Tandil implementa asistencia financiera para empresas y emprendedores locales
Las medidas forman parte de un programa que ejecuta la Secretaría de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales de la comuna a través de la Agencia de Desarrollo Territorial, y están destinadas a emprendimientos de distinta dimensión que no fueron alcanzados por los programas nacionales o provinciales.
Se divide en tres líneas de asistencia: una de otorgamiento de aportes no reembolsables, otra de microcréditos a tasa cero y una de incentivo a la generación de empleo.
La línea de aportes no reembolsables incluye montos de hasta 30.000 pesos y es principalmente para emprendimientos en marcha, que con una pequeña inyección de capital pueden mejorar.
Los interesados participan de una capacitación en la que se brindan herramientas para facilitar el desarrollo de su actividad y junto al equipo de profesionales de la secretaría se analizan los proyectos.
Luego un comité de evaluación estudia la viabilidad de la propuesta y se determinan los beneficiarios. Las personas que reciben los montos deben hacen un rendición justificando el uso del dinero y además la secretaría hace un seguimiento durante 12 meses, y de acuerdo al tipo de proyecto se busca acompañamiento en organismos de ciencia y técnica de la ciudad.
Los microprestamos también están dirigidos a empresas o emprendimientos que no accedieron a ayudas de nación o provincia y van desde 50 mil a 200 mil pesos a tasa cero y con garantía simple. Con una debida justificación se puede contar con un periodo de gracia de 3 a 6 meses.
En este caso la empresa presenta un proyecto productivo, de servicios o comercial en el que se detalla que mejoras o logros se alcanzarán con esa inyección de capital.
Al mismo tiempo las autoridades comunales avanzan con gestiones ante la Comisión Nacional de microcréditos, que depende del Ministerio de Desarrollo Social, para ampliar los fondos disponibles para esta línea.
La última iniciativa es para la inserción laboral y consiste en el reintegro mensual de una asignación económica por 1 año, para empleadores que empleen a personas entre 18 y hasta 60 o 65 años, con todas las formalidades de la ley.
A diferencia de otros programas vinculados al empleo joven, está línea contempla un universo mucho más amplio de personas, ya que tiene por objetivo el acompañamiento a empresas y sobre todo la reinserción en el mercado laboral de trabajadores de todas las edades, algo necesario en este momento de crisis.
El monto del subsidio es $ 4.800 por mes por cada trabajador con jornada completa o el 50% si se trata de medio tiempo.
La Secretaria de Desarrollo Productivo y Relaciones Internacionales, Marcela Petrantonio, aseguró que “desde el inicio de la pandemia y sabiendo que deberíamos afrontar una crisis económica, el intendente Lunghi nos encomendó trabajar en la planificación, desarrollo e implementación de diferentes políticas públicas destinadas a acompañar y ayudar a los diferentes sectores económicos de la ciudad y hacerlo de forma coordinada y articulada con distintas instituciones”.
“En ese sentido venimos trabando y específicamente con estas tres líneas de asistencia actualmente estamos en la etapa de evaluación de los proyectos presentados. Es importante aclarar que esta no es asistencia para pagar deuda o mora o intereses de deuda, sino que atiende a la actividad productiva, comercial o de servicios, por eso la necesidad de contar con un proyecto correspondiente para justificar la inyección de capital, ya sea el aporte no reembolsable, el microcrédito o la incorporación de personal”, agregó.
Finalmente afirmó que “la crisis que generó el coronavirus a nivel mundial, y de la que Argentina y Tandil no están exentas, es de gran magnitud y sin precedentes recientes. Desde el Municipio estamos haciendo un gran esfuerzo para tratar de dar respuesta en la medida de nuestras posibilidades, y lógicamente con un presupuesto que tiene límites. Por eso esta situación requiere del compromiso de todos, del trabajo conjunto, coordinado y articulado para encontrar la mejor manera de salir adelante”.
La Región
Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca
Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.
A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.
Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.
En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.
“Una descarga descomunal”
Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.
Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.
Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.
En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.
Perseguida
Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.
Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.
Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.
Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM
La Región
Un poco más solos
Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.
Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.
Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.
El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.
El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.
Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.
Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.
La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.