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Opinión

Sin final ni principio

¿Y si vivimos pensando el final de una situación cuando recién está empezando? ¿Y si este aislamiento forma parte de un nuevo modo?

Quizás no halla final, quizás el horizonte no está, quizás nadie pueda escribir este guión, quizás no debamos esperar que nos cuenten el final y quizás también debamos protagonizar el desarrollo. Pero son muchos los que buscan la solución dentro de la ficción y pretenden ganarle tiempo al futuro. Una locura, esta vez no se puede. Como los millones de gringos que gastaron sus dólares comprando armas esperando tirar desde su ventana a los infectados que caminen por su calle. Tienen vencido el servicio on demand, sus cabezas caducaron.

Todos hablan del día después y hoy creo que no habrá día después. Hoy creo que es el principio de una nueva era para la humanidad y nadie se quiere hacer cargo. Lo difícil es abandonar casi todo como estaba y empezar a abordar nuevos viajes, corporales y mentales. La melancolía hoy más que nunca es inservible, tanto, como pensar como sucedió que un día la música fue gratis y hoy los músicos no pueden vivir. No escapemos nunca más para atrás; nuevas ropas, nuevos modos, nuevos retos, nuevo viejo mundo. Lo triste será el fracaso de aquellos que pretendan simular un escenario como el pasado, será irremediable y generará más muertes. Quizás esta sea la primera pandemia globalizada de muchas más por venir, quizás los desastres naturales aumenten año tras año y todo vuelva a explotar. Quizás, todo, se mueva mucho durante muchos años, así que tomate un Reliveran e intenta no vomitar.

Hoy deseo fuertemente que nada vuelva a ser como antes, hoy necesito caminar este nuevo escenario sin pensar donde termina sino buscando el principio. Sin dejar atrás mi esencia, ni mi desprecio por la autoayuda, otra gran pandemia global. Mañana será peor, no me engaño, me doy el lugar necesario para la angustia y la tristeza. Pintar un mandala no debería sacarnos de aquí flotando en purpurina sino ver como colorear nuestros días en este caos. Cambio de piel total, cambio de rol, de puesto en la cancha, de profesión, de modo de amar y de protestar. Cuando veo alguien repetir que todo pasará y lo recordaremos casi anecdoticamente, me preocupa que la negación sea tan grande. Pero mucho más me preocupa que el mundo entienda al aislamiento como pasividad en el pensar y la acción. Que nadie te diga que hacer en tu casa, bancatelá e inventate algo, estamos necesitando idea nuevas. Quizás lo mejor sea que nadie te devuelva tu vida y tomes el control de una nueva y vuelvas a la acción haciendo cosas que nunca hiciste. Hay que pegar el volantazo y marearse lo menos posible.

Hernán Petriz

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