La Región
La senadora Egger presentó proyecto para sostener la estructura del turf en la provincia
La senadora provincial Lucrecia Egger presentó un proyecto de declaración para la creación de un programa de emergencia destinado a sostener la estructura funcional del turf en el ámbito provincial, preservando los puestos de trabajos directos e indirectos que genera la actividad turística.
El mismo se enmarca en las limitaciones que esta actividad tiene a partir de la extensión del aislamiento social, preventivo y obligatorio.
PROYECTO DE DECLARACIÓN
El Honorable Senado de la Provincia de Buenos Aires
DECLARA:
La urgente necesidad que el Poder Ejecutivo; proceda a la creación de un programa de emergencia, con el objeto de sostener la estructura funcional del turf en el ámbito provincial, preservando los puestos de trabajo directos e indirectos que genera la actividad turfística. La presente declaración se efectúa en virtud de las limitaciones impuestas por el Decreto 260/20 dictado por el Poder Ejecutivo Nacional que afecta su funcionamiento y la vigencia del artículo 8 de la Ley 15.165.
FUNDAMENTOS
Que el Covid -19, declarado como pandemia por la OMS afecta actualmente a 184 países con más de 300.000 personas infectadas en todo el mundo.
Sabido es que Argentina ha tomado un conjunto de medidas para el cuidado de la población como consecuencia de la pandemia: Decreto del Poder Ejecutivo Nacional 260/2020 del 12/3/20 y su modif. 287/20 del 17/3/20 y el DNU 297/20 de fecha 19/3/20 y su última prórroga 355/20 de fecha 11/4/20 por el cual se extiende el aislamiento social preventivo y obligatorio hasta el 26 de abril del corriente.
Ahora bien, la emergencia sanitaria, y en especial la cuarentena devino en una crisis económica sin precedentes que ha dañado seriamente la dinámica de la economía en su conjunto pues ha producido una ruptura en la cadena de producción de bienes y servicios a nivel nacional y provincial y por ende en la cadena de pagos.
La Provincia de Buenos Aires se encuentra sumamente afectada por la pandemia no escapando a dichos efectos la industria del Turf, actividad significativa por su capacidad de generar empleo.
Dicha actividad resulta un resorte esencial de la economía rural. Se desarrolla en torno a los caballos sangre pura de carrera e involucra tres áreas principales: la cría la cuida y los hipódromos, engranaje neurálgico de dicha actividad. Conjuntamente a dichas áreas se desarrollan otras conexas con ellas como la provisión de servicios veterinarios, médicos, transportes de alimento, de monturas y accesorios de cobertura periodística publicidad gastronómica que generan trabajo en directo y una importante actividad comercial. La característica más destacada de esta actividad es su necesidad de mano de obra Intensiva que afortunadamente en su mayor proporción no puede ser reemplazada por medios tecnológicos constituyéndose por ende en mano de obra artesanal.
La Provincia de Buenos Aires concentra un 75% de la producción equina del país, siendo la cuna del turf. En el sector calculan que por cada caballo que nace trabajan de manera directa entre ocho y diez personas, siendo nuestro país el cuarto productor mundial en cantidad de nacimientos: 8000 pariciones anuales. Además, la actividad hípica nuclea actores que componen la cadena productiva tales como entrenadores, peones, capataces, agrónomos, padrilleros, serenos, domadores, herreros, criadores, propietarios, talabarteros, genetistas, forrajeros, alambradores, viruteros, vareadores, farmacéuticos y personal de mantenimiento a los que urge la reactivación del sector.
Resulta de vital importancia declarar en emergencia económica a la industria del turf procediendo a la creación de un programa que posibilite sostener la estructura funcional del mismo en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires en virtud de su capacidad de general empleo para la región.
Cabe agregar que la presente declaración se efectúa de acuerdo a las limitaciones impuestas por el Decreto 260/20 dictado por el Poder Ejecutivo Nacional y afecta su funcionamiento y la vigencia del artículo 8 de la Ley 15.165. En efecto, dicha ley declaró el estado de emergencia social, económica, productiva, y energética en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires, como así también la prestación de los servicios y la ejecución de los contratos a cargo del sector público provincial, centralizado, descentralizado, organismos autónomos, autárquicos, de la Constitución, aun cuando sus estatutos, cartas orgánicas o leyes especiales requieran una inclusión expresa para su aplicación, facultando al Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Salud, a ejecutar acciones tendientes a controlar brotes y epidemias.
Por su parte el Decreto N° 132/2020 declara el estado de emergencia sanitaria a raíz del coronavirus (COVID-19) en el ámbito de la Provincia de Buenos Aires por el término de ciento ochenta (180) días contados a partir del dictado del mismo y faculta al Ministro de Salud a dictar las normas interpretativas, complementarias y aclaratorias de aquél en el marco de su respectiva competencia, “tendientes a la implementación de medidas direccionadas a coadyuvar con el esfuerzo sanitario para neutralizar la propagación de la enfermedad”;
Es obligación del estado provincial promover políticas públicas de protección del empleo que posibilite a los bonaerenses mantener su fuente de trabajo dado que aportan de manera significativa a la economía nacional y regional y que como consecuencia de la pandemia no están pudiendo llevar a sus hogares el sustento diario.
Por lo expuesto es que solicito a mis pares que acompañen con su voto el presente proyecto de declaración.
La Región
Abandonaron una camioneta con cuatro cadáveres electrocutados en el hospital de Bahía Blanca
Según las primeras investigaciones, se trata de los cuerpos de cuatro personas que intentaron robar cables de una línea de media tensión en cercanías de la ciudad, y recibieron una descarga de 33.000 voltios. Además de los muertos, había un herido, que sobrevivió.
A última hora de anoche, una camioneta sorprendió al personal del Hospital Municipal de Bahía Blanca. Porque en su interior había cuatro cadáveres y un herido, y el conductor trató de huir luego de dejar el vehículo estacionado, aunque fue detenido. Los fallecidos y el herido habían sufrido una descarga eléctrica mientras intentaban robar cables.
Las primeras informaciones, según La Nueva Provincia, aseguran que todos se hallaban robando cables en un campo del kilómetro 57 de la ruta nacional 33 -pasando el paraje García del Río- y sufrieron una descarga eléctrica de 33 mil voltios. El incidente ocurrió después de las 23 del lunes.
En esas circunstancias, las víctimas fueron trasladadas por un sexto hombre a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok, patente NUD 310, que quedó estacionada en la puerta del centro asistencial.
“Una descarga descomunal”
Si bien el conductor se dio a la fuga, horas después fue capturado tras un allanamiento en una vivienda de La Pinta 377. El detenido fue identificado como Ángel Daniel Gallardo, de 66 años.
Los fallecidos, según la Policía, eran Facundo Uribe (32), Joaquín Acosta (18), Fernando Gallardo (25) y Federico Strick (28). También ingresó con quemaduras por descarga Emanuel Chamorro Sepúlveda (20), pero se encuentra consciente.
Los ladrones recibieron una “descarga eléctrica descomunal”, señalaron desde la empresa distribuidora EDES a La Brújula 24, en referencia a los cables de medita tensión que estaban manipulando.
En el vehículo ocupado por los cuatro fallecidos, a su vez, se secuestró un handy con la frecuencia policial, elemento que ahora está siendo sometido a una investigación.
Perseguida
Al filo de la medianoche, la llegada de la camioneta provocó un revuelo en el Hospital, donde arribaron de inmediato el superintendente de la ciudad, Gonzalo Bezos, el secretario de Seguridad de la Municipalidad, Federico Montero, y el jefe policial Gonzalo Sandoval.
Se supo que la Amarok venía siendo perseguida por un móvil policial de la Patrulla Rural, que había advertido su presencia sospechosa en un campo de aquel distrito, que ya había sido blanco de delitos similares.
Los policías, al parecer, habrían perdido el rastro de la Amarok al ingresar a Bahía, pero con la ayuda del Centro Único de Monitoreo (CEUM), se pudieron determinar su llegada a la guardia del Municipal.
Para este martes se harán peritajes con el personal de EDES en la zona, ubicada a unos 30 kilómetros de Bahía Blanca. (DIB) MM
La Región
Un poco más solos
Y entonces sabíamos que iba a pasar, que algún día esa suerte de ausencia larga a la que lo había llevado la vejez y el extravío de la enfermedad se iba a convertir en un hueco definitivo. Eso al fin hace la muerte: reduce el último vestigio de lo cognoscible. Pero -y aquí el adversativo funciona a favor- queda el resto, la intensa y perenne memoria de lo que hizo, de lo que dijo (hizo mucho más de lo que dijo), de lo que fue, desde que silenciosamente llegó a la ciudad que lo abrigó.
Ha devuelto largamente esa manta que lo contuvo cuando llegó a Tandil, allá por 1988, cuando empezó a cifrar su sello en la Parroquia de Begoña y el definitivo, en la Parroquia del Santísimo Sacramento, allí donde siempre -rompiendo una tradición católica de más de un siglo- había imperado una visión católica integrista, muy lejos -o en antítesis- al Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, del que él participó, surgido en la década del 60.
Secuestrado por la Triple A en plena dictadura militar -estuvo detenido de 1976 a 1981 en La Plata, bajo la órbita del torturador Etchecolaz- un obispo literalmente lo rescató y le salvó la vida. Fue Emilio Bianchi di Cárcano, que le dio cobijo en Azul. Su próximo paso fue Tandil y de aquí no se fue más. Si hay algo tan inobjetable como su labor pastoral fue la intuición que tuvo Raúl Troncoso para entender la matriz idiosincrática de la sociedad lugareña, y vale aquí incorporar el oxímoron ideológico del conservadorismo que hace.
El sacerdote detectó enseguida cómo funcionaba nuestra comunidad y, sobre todo, el círculo de poder. Y actuó en consecuencia: fue el hombre que durante más de treinta años supo hilar con tacto e inteligencia una malla de contención entre los más pobres y los más ricos. Ese puente sólo pudo tenderlo Raúl y está hecho de gestos mínimos, de política, de guiños y sobreentendidos.
El estallido social de 2001 encontró en su figura una suerte de liderazgo ecuménico, silencioso y eficiente para evitar males mayores a la hora de aquellos saqueos que aquí no se produjeron.
Fue el cura que menos habló políticamente en sus sermones pero que más hizo por los que peor estaban. Esta opción -que seguramente le valió algunos reproches de quienes esperaban algo más desde el púlpito- fue el acto más pragmático de su vida: en el púlpito que había sido de Actis y de Mosse, el primero un cura popular visceralmente anticomunista y el segundo un sacerdote abiertamente cerrado y aristocrático- tomó por el atajo del bajo perfil, la apertura de la Iglesia y las obras como prioridad; también de la real politik (el teléfono de Troncoso fue un ícono del poder en los más altos niveles y sus charlas a solas eran memorables) para la construcción de su gran misión a través de la Iglesia, como la labor de Cáritas, las Casas de la Esperanza, y su compromiso con el patrimonio serrano y los derechos humanos.
Por eso mismo nunca dejó de estar donde debía y si hay una imagen que revela este compromiso, fue cuando a principios de los 90 lideró la desoladora marcha de un puñado de personas que pedía justicia por el asesinato de Gilda Mansilla, una doméstica cuyo crimen aún hoy permanece impune. O en lo que tal vez sea la marcha de silencio más dolorosa y terrible que recuerde la historia de Tandil, que sucedió tras la explosión de un horno en Metalúrgica Tandil y la muerte de tres jóvenes trabajadores.
La muerte de Raúl Troncoso, justamente en estos días tan difíciles, no sólo duele por el vacío que abruma, por su pérdida irremediable, y por el largo adiós que acaba de comenzar. Nos duele también, a muchos, porque sin duda hoy estamos un poco más solos que ayer.